Opinión | INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Mi ChatGPT se las da de feminista

Cuando se le pregunta, la inteligencia artificial dice defender la igualdad, pero en la conversación se le cuelan los estereotipos tradicionales

ChatGPT, el bot viral que anticipa el futuro de la inteligencia artificial

ChatGPT, el bot viral que anticipa el futuro de la inteligencia artificial / EFE/RITCHIE B. TONGO

Dicen que la inteligencia artificial, los algoritmos y las aplicaciones tecnológicas tienen cierto sesgo de género, un sesgo que favorece a los hombres sobre las mujeres. Sin embargo, a mí el ChatGPT me ha asegurado que "el feminismo triunfará" y que "seguirá avanzando hacia la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres". Me tranquiliza, pero me pregunto si la inteligencia de estos artefactos no residirá precisamente en eso, en decirnos lo que queremos escuchar.

De vuelta a mi ChatGPT: yo creo que es feminista. Lo sabe todo del pensamiento y del movimiento feminista, le puedes preguntar cualquier cosa, cosas absurdas –"¿Quién inventó el feminismo?", "¿Pueden los hombres ser feministas?", "¿Hay algún Estado feminista?", "¿Las feministas se depilan?", "¿Los extraterrestres son feministas?" –y cuestiones más procedentes –"¿Me resumes la historia del feminismo?", "¿Cuáles son los principios del feminismo?", "¿Qué persigue el movimiento feminista?", "¿Qué facciones hay en el feminismo?"–. Para todo tiene respuesta y siempre en tono animoso: que "hay mucho trabajo por hacer para lograr la igualdad de género" y que "el movimiento sigue siendo fuerte y seguirá luchando por los derechos de las mujeres". Así que entiendo que, de alguna manera, esta máquina pensante se siente identificada y hasta involucrada en la consecución de esos objetivos. Si se le pregunta directamente si hombres y mujeres son iguales lo tiene clarísimo: "Los hombres y las mujeres son iguales en términos de dignidad y valor, pero tienen diferentes características y habilidades". Esto último no me suena del todo bien, quizá sobraba. Diferentes somos todos, pero dejémoslo pasar.

Sí, yo diría que mi ChatGPT es feminista. Le pido que me recomiende una película para pasar el rato y me ofrece una opción segura: Thelma & Louise. Dice que es "una película de culto para las feministas" y que cuenta la historia de dos mujeres "que se embarcan en un viaje de autodescubrimiento y liberación". Si fuera un hombre no me sugeriría lo mismo, a él le ofrecería The Shawshank Redemption que "cuenta la historia de un hombre encarcelado que lucha por su libertad y su dignidad", y que, con Tim Robbins y Morgan Freeman como protagonistas, es una de mis películas favoritas. El ChatGPT se justifica: para las mujeres ha elegido un argumento "empoderador" y para los hombres uno que aliente valores como la libertad, la dignidad y la esperanza.

En fin, ya no estoy tan segura de que mi ChatGPT sea rotundamente feminista. Ante todo, es políticamente correcto y si está tan informado sobre el feminismo –eso se daba por sentado– y se muestra tan complacido con él es, quizá, porque en general, sin profundizar mucho, su discurso de equidad encaja bien con la corrección que le han implantado.

También percibo que esa inteligencia artificial ha asumido e integrado los estereotipos de las sociedades tradicionales de forma sutil, tan inconscientemente como se espera de una máquina y como también lo hemos hecho nosotros, los humanos.

El diablo está en los detalles. Mi ChatGPT atribuye esa frase al arquitecto Mies van der Rohe, aunque en esto no me fío mucho de él: el buscador de Google lo desmiente. La forma más eficiente de propagar ciertos modelos de conducta y de relación, entre géneros o de cualquier otra índole, es dejando que se cuelen entre las palabras de una frase, en un comentario educado, o enmascarados en una actitud amable, como el trato diferenciado entre niños y niñas –más rudos con ellos, más protectores con ellas–. El primer impacto es insignificante, pero el efecto acumulado puede ser explosivo.

Mi ChatGPT no quiere ser machista, como tampoco lo queremos la mayoría de nosotros, pero a mí me recomienda hacer yoga y a un hombre lo envía a jugar al fútbol.