Opinión | JORNADA LABORAL

Trabajar menos, producir más y vivir mejor

Reducir el tiempo de trabajo sin reducir el salario para que seamos más felices, más productivos, contaminemos menos y tengamos mejor salud y más tiempo para nuestra vida

Trabajadores en sus oficinas.

Trabajadores en sus oficinas. / MANU MITRU

La jornada laboral de 4 días ha venido para quedarse. Podemos tardar más o menos, podemos debatir si conviene repartir las 32h semanales a lo largo de 5 jornadas, dejando todas las tardes libres, o si es mejor concentrar el trabajo en 4 días de 8h y así tener fines de semana de 3 días. O si debiera ser cada uno quien elija lo que mejor le viene, de acuerdo con su empresa. Lo que no es tan discutible es que, tarde o temprano, el futuro es ese. Reducir el tiempo de trabajo sin reducir el salario para que seamos más felices, más productivos, contaminemos menos y tengamos mejor salud y más tiempo para nuestros hijos y nuestra vida.

Son muchos los estudios que muestran con contundencia el porcentaje de población a favor de una reducción de la jornada de trabajo sin reducción de salario pero, además, cada vez son más las empresas que también se muestran favorables. Algunos países como Bélgica ya han avanzado hacia la jornada de 4 días y Reino Unido se nos ha adelantado al poner en marcha un proyecto piloto sobre la jornada laboral de 4 días. España fue pionera en plantear este estudio piloto a finales de 2021 con una enmienda de Más País en el Congreso de los Diputados, pero la puesta en marcha del proyecto de Errejón por parte del Ministerio de Industria está siendo lenta. Se prevé que a la vuelta del verano las empresas ya puedan solicitar las ayudas.

Las jornadas interminables, el presentismo, los problemas para conciliar la vida personal con la laboral, el estrés, la salud mental, la brecha salarial, son problemas que hoy en día afectan a la mayoría de los trabajadores y que podrían ser historia. Muchos trabajadores sienten que “no les da la vida” y priorizan unas buenas condiciones laborales en cuanto a flexibilidad, que una oferta centrada solo en el salario. A ello sumemos los desplazamientos, la contaminación, el mayor consumo energético, que también estresan el medio ambiente.

Tres veces más mujeres que hombres se piden una reducción de jornada. Es cuestionable que la pidan “voluntariamente” porque, habitualmente, la piden solo para poder sobrevivir. Para hacer una doble jornada de trabajo y de cuidados -no remunerados- que perjudicarán su nivel de estrés y de ingresos de por vida. Los niveles de ingresos de las mujeres caen un 33% en los 10 años siguientes a tener hijos según el estudio del Banco de España y esto también repercute en sus pensiones. Un gran porcentaje de la caída se debe a la reducción de jornada o a cambiar de trabajo por uno con menos horas. Un perjuicio económico y en su carrera profesional que no suelen sufrir sus compañeros varones.

Así que además de todos los beneficios descritos arriba para empresarios y trabajadores de la semana laboral de 32h, sea en versión de 4 días o en versión de tardes libres, también "la jornada 4d" podría ayudar a un mayor equilibrio en el reparto de las tareas domésticas y de cuidados, y una reducción de la brecha salarial, ya que con horarios más racionales para todos, las mujeres no se verían obligadas a prescindir de parte de su salario para sobrevivir. Además, los hombres tendrían la oportunidad de disfrutar del privilegio de pasar tiempo con los hijos, de cuidar a los padres, de compartir esa responsabilidad de los cuidados y así permitir también a las mujeres competir en igualdad.

El proyecto piloto español alcanzará a unas 150 empresas de distintos sectores y pretende medir los beneficios de la reducción de jornada laboral sin reducción salarial. Los sindicatos también defienden la viabilidad de la propuesta. Para ello las empresas recibirán ayudas en concepto de innovación que les faciliten llevar a cabo los cambios necesarios para hacerlo posible. Son varias las empresas en nuestro país que ya han puesto en marcha este proyecto motu proprio. Todas coinciden en los beneficios: más productividad, más motivación, trabajadores más contentos, retención de talento, posibilidad de atraer a los mejores. Desde empresas de software como DelSol a restaurantes como Francachela, demuestran que es un proyecto viable y ventajoso también para los empresarios. Así que la cuestión no es si la semana laboral debe ser de 32h o no, sino cuándo.