Opinión | ELECCIONES EN FRANCIA

Solo pueden quedar dos

Posters de campaña electoral de Emmanuel Macron, Marine Le Pen y Jean-Luc Melenchon.

Posters de campaña electoral de Emmanuel Macron, Marine Le Pen y Jean-Luc Melenchon. / REUTERS/Benoit Tessier

Toda Europa, y no solo los franceses, tendrán la mirada puesta en la primera vuelta de las elecciones presidenciales que tendrán lugar en Francia dentro de tan solo tres días. Si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta este próximo domingo, y ninguno lo va a lograr, estos comicios ejercerán de criba electoral para todas las candidaturas menos para dos: aquellas que obtengan más apoyo popular ahora se enfrentarán en una segunda vuelta el próximo 24 de abril.

La situación electoral actual es de máxima fragmentación partidista, y ya no solo en la izquierda, algo más habitual, sino, también, en esta ocasión, en la derecha. No obstante, las preferencias de los franceses parecen seguir teniendo un componente centrípeto. En este primer asalto Francia no se juega todo, pero sí una parte muy importante de su futuro de cara a los próximos años. Los datos del Barómetro electoral que Ipsos está llevando a cabo en el país vecino nos da bastantes pistas sobre lo que puede suceder este próximo 10 de abril y por qué sucederá.

Elecciones de continuidad

Las elecciones, cualquier elección, suele celebrarse en dos tipos de contexto: bien de continuidad, cuando el clima es favorable a que el actual presidente o partido gobernante siga en el Gobierno, bien de cambio, cuando el clima es favorable a un relevo del presidente o el partido o los partidos hasta el momento gobernando. Los datos del sondeo de Ipsos no dejan entrever la existencia de una pulsión de cambio entre la ciudadanía francesa, sino que, al contrario, señalan vientos favorables a la reelección de Macron. El actual presidente sigue liderando, y así ha sido desde el comienzo de la campaña, la intención de voto de la ciudadanía francesa: con un 27% supera en 6.5 puntos a Marine Le Pen (segunda con el 20.5%) y en 10.5 puntos a Jean-Luc Mélenchon (16.5%).

En este sentido, la menor participación estimada ahora en comparación con la registrada en la primera vuelta de las elecciones de 2017, podría ser un indicador que apuntala la tesis de la continuidad: las elecciones de cambio suelen habitualmente venir precedidas de una mayor movilización electoral. En estos momentos, se estima que votará entre el 70% y el 72% de los franceses inscritos, cuando hace cinco años votó el 77.8%.

No obstante, la sensación de ganador anticipado que parece transmitir los datos del Barómetro de Ipsos podría estar perjudicando, por relajación de su electorado, al candidato del partido ¡En marcha! A lo largo de este último mes, la intención de voto a Macron ha caído lenta, pero progresivamente, y ahora se sitúa 3,5 por debajo de la registrada a mediados de marzo. Al contario, la tendencia de sus rivales más cercanos ha mejorado a lo largo del último mes: tanto Le Pen como Mélenchon han aumentado 4,5 puntos su intención de voto, respectivamente, en las últimas tres semanas.

Emmanuel Macron durante un acto de campaña en París.

Emmanuel Macron durante un acto de campaña en París. / EFE

Moderada incertidumbre

En la primera vuelta de los comicios de 2017, la diferencia entre el primer candidato (Macron) y el cuarto (Mélenchon) fue de tan solo 4,4 puntos: un cuatripartidismo competitivo que arrojaba un alto grado de incertidumbre. Ahora, el sondeo de Ipsos arroja una diferencia entre el primero y el cuarto de 17 puntos. El primer puesto de Macron parece claro. El segundo puesto está más disputado: Le Pen aventaja a Mélenchon por cuatro puntos. Al candidato de Francia Insumisa se le dan bien las campañas electorales y suele ir de menos a más, entre otras cosas, porque cuenta con un electorado más joven, menos movilizado y que no suelen tomar su decisión hasta que se van acercando la cita de las elecciones.

A Le Pen, la última campaña de 2017 se le hizo algo larga: en los días previos a los comicios perdió la primera posición al verse superada por un Macron en ascenso. Ahora, sin embargo, la situación es la contraria: la candidata de Agrupación Nacional se mantiene al alza frente a la tendencia descendente del actual presidente. A pesar de la mayor competencia por la segunda plaza, parece difícil que no se repita el cara a cara entre Macron y Le Pen que ya se vivió en la segunda vuelta de las elecciones de 2017.

La candidata de Agrupación Nacional, Marine Le Pen.

La candidata de Agrupación Nacional, Marine Le Pen. / EUROPA PRESS

Guerra de Ucrania: un contexto inestable garantiza estabilidad

Las crisis ponen en marcha una serie de mecanismos que afectan a las actitudes, opiniones y comportamientos de los ciudadanos. Uno de ellos, es el de respaldar al gobierno como primera reacción (el conocido como efecto rally around the flag) siempre, claro está, que su gestión sea percibida positivamente. En este sentido, dos de cada tres franceses consideran que Macron ha estado a la altura de las circunstancias en la crisis de Ucrania; y seis de cada diez confían en la capacidad de su presidente para tomar las decisiones correctas en los próximos días y semanas con respecto al conflicto.

Otro mecanismo tiene que ver con la predisposición ciudadana a apostar por lo seguro dejando las novedades para momentos menos convulsos (“en tiempo de desolación nunca hacer mudanza”, que dijo San Ignacio de Loyola). Y Macron, hoy por hoy, es el candidato que mejor representa esa seguridad: el 65% de los franceses piensa que tiene lo necesario para ser presidente (frente al 39% de Le Pen); el 64% considera que es capaz de hacer frente a una crisis grave (36% Le Pen) y el 63% cree que da una buena imagen de Francia en el extranjero (frente solo al 28% que opina lo mismo de la candidata de la derecha).

En política, ya lo sabemos, no hay que dar nada por seguro hasta el último voto escrutado. Y sobre todo cuando hay un 28% de franceses inscritos que dicen que todavía podrían cambiar de candidato de aquí al día de las elecciones. Pero tanto el contexto general como incluso este voto volátil de última hora —los indecisos, en el caso de cambiar su voto, optarían, sobre todo, por Macron o por Le Pen— parecen reforzar aún más las opciones de los dos candidatos que actualmente van en cabeza en el sondeo de Ipsos. En definitiva, todo parece indicar que los franceses se verán abocados a volver a elegir entre permanecer en el centro o desplazarse claramente hacia la derecha.