Acompañamientos

Qué es el chutney, cómo hacerlo y cómo usarlo en tus platos

Originario de la cocina india, se utiliza para acompañar todo tipo de platos

El chutney aporta un potente sabor original a una gran variedad de platos.

El chutney aporta un potente sabor original a una gran variedad de platos. / Pixabay

R. G.

La

cocina

de nuestro hogar puede ser un lugar de disfrute donde olvidarnos de nuestras preocupaciones y problemas y embadurnar nuestras manos, mancharnos y, en definitiva, disfrutar cocinando nuestros platos favoritos. Muchas personas, cuando tienen tiempo y energía para dedicarse a lo que más les gusta, se adentran en la cocina con la intención de dar rienda suelta a su imaginación y probar las

recetas

más apetecibles para luego degustarlas con sus seres queridos.

Una de esas experiencias que más suele atraer a esos amantes de los fogones es la de huir de lo cotidiano y experimentar con nuevas recetas. Además, en un mundo globalizado como en el que vivimos, resulta sencillo acudir a otros países y culturas diferentes a la nuestra para recopilar ideas y estimular así nuestra creatividad.

Uno de esos condimentos exóticos que se ha puesto de moda en los últimos años en España es el chutney. Originado del oeste de

India

, esta variedad de especias dulces y picantes es un acompañamiento muy popular para los panipuris (tipo de bocadillo) o buñuelos y suele estar acompañado de otras salsas de sabores similares. Pero, se sirve con muchos otros platos, como el arroz basmati, con panes o el curry.

Para entenderlo desde nuestro punto de vista, podríamos definirlo como una especie de confitura en la que frutas o verduras se cuecen a fuego lento junto con especias muy aromatizadas, azúcar y vinagre. El resultado, una explosión de sabor que inunda nuestro paladar y que es un perfecto acompañante para carnes frías, pescados, empanadas, ensaladas, fiambres o quesos, entre otros.

El chutney sirve de acompañamiento para infinidad de platos.

El chutney sirve de acompañamiento para infinidad de platos. / Pixabay

Queda claro que el chutney aporta un potente sabor original a una gran variedad de platos, pero además, este acompañamiento se adapta perfectamente a los diferentes gustos, pues dependerá de los elementos con los que lo elaboremos. Y es que, lejos de ser una receta única e inmutable, existen infinidad de tipos de chutney. De hecho, podemos crear tantos sabores como frutas o verduras tengamos en nuestra casa. Por ejemplo, podemos hacer un chutney de higos con curry, comino y vinagre balsámico; otro de tomate y albaricoque; de calabaza, naranja y jengibre: de piña y lima al romero o muchos otros tipos que se nos ocurran.

Cómo preparar chutney

A pesar de que a primera vista nos resulte un plato lejano o extraño, su elaboración es de lo más sencilla. Mucho más fácil que hacer la mermelada con la que estamos más familiarizados. En primer lugar, debemos pelar, limpiar y deshuesar las frutas y las verduras que vayamos a utilizar. Las trocearemos y las pondremos en una cazuela.

Una vez terminado este primer paso, añadiremos el vinagre, las especias y el azúcar. Es recomendable desleír antes las especias molidas en un poco de vinagre y agregar esta pasta a los ingredientes del chutney para que se traben con facilidad. Entonces, removemos todo a fuego lento hasta que veamos que se disuelve el azúcar y llevamos a ebullición.

Mientras se cuece, es posible que se creen pequeños charquitos que nos obligarán a ir removiendo todo bien. Una vez que veamos que la mezcla está espesa y se ha eliminado el exceso de líquido podremos repartirlo en varios tarros calentados. La duración de este proceso de cocción variará dependiendo las frutas y verduras que hayamos utilizado. Es decir, las frutas más duras y grandes, como por ejemplo una calabaza, tardará más en estar cocida que las más blandas, por ejemplo, un calabacín. De todas formas, no debería tardar más de una hora y media en estar listo.

El chtney se puede guardar en tarros que se conservan hasta dos o tres años.

El chtney se puede guardar en tarros que se conservan hasta dos o tres años. / Pixabay

Los tarros en los que vamos a introducir el chutney deben estar calientes para que no estallen en el momento en el que vertamos el chutney hirviendo. Los podemos calentar en el horno, a baja potencia. Nada más meter el chutney en los tarros debemos cerrarlos inmediatamente con discos de papel parafinado, con el lado parafinado hacia abajo, y ajustando después la rosca a las tapaderas.

El chutney mejora con el tiempo, por eso es aconsejable conservar los tarros en un lugar fresco, oscuro, seco y ventilado durante al menos 3 meses. Además, no tenemos que tener demasiada preocupación en comerlos rápido, ya que duran unos 2 o 3 años. Pero, para que no se nos olviden las fechas, es muy recomendable poner etiquetas explicando el sabor del chutney y su fecha de elaboración.