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"Nunca recuperaréis Gibraltar": cerveza, lamentos y orgullo en el Peñón durante la final del Mundial

Los llanitos vivieron con pasión la final femenina del Mundial: "España se lo mereció, tumbaron a nuestras jugadoras"

Así se vivió la final en Madrid

España supera a Inglaterra y hace historia ganando su primer Mundial femenino

EPE

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Lucy, de Birmingham, camina despacio por la calle principal de Gibraltar, la Main Street, a eso de las once de la mañana. Va haciendo fotos, sin prisa, luciendo la camiseta oficial de la selección inglesa en la Eurocopa de 2022. La mayoría de tiendas están cerradas todavía. Son de joyas, ropa y tabaco y lucen enormes carteles publicitando que venden sus productos sin IVA. "Estaba en el Puerto de Santa María de vacaciones, he venido solo hoy para ver el partido, no quería que nadie me dijera nada por celebrar los goles de Inglaterra, o que me pegaran", bromea mientras mezcla español e inglés y asegura que su jugadora favorita es Millie Bright. 

"La verdad es que el torneo se ha seguido bastante, hoy vendrá gente a verlo. Lo vamos a poner en la televisión, claro", explica Matthew, dueño de The Angry Friar, un pub inglés de los de toda la vida, con sus barras de madera y su tirador de ales. Johnny, de unos 30 años, va paseando a su perro. Dice que no ha visto ni uno de los partidos de este Mundial, pero hoy seguro que se anima con el España-Inglaterra. "Este año no estoy muy metido, pero la gente lo está hablando en las calles mucho, y con la final entre España e Inglaterra más, normal por dónde estamos. Yo desde hace un tiempo estoy solo a mi negocio, a una agencia de viajes, a ganar dinero", cuenta mientras asegura que jugó en las categorías inferiores del Arsenal y muestra un tatuaje de un cañón, el símbolo 'gunner'. 

El pub de The Angry Friar de Gibraltar.

El pub de The Angry Friar de Gibraltar. / R. B.

Camisetas de la selección

Se va acercando la hora del partido y cada vez se ven más camisetas de la selección inglesa por las calles, repletas de cañones y recuerdos de batallas de otro tiempo. Muchas personas van camino del Ocean Village, la zona de restaurantes y bares de la costa, una suerte de paseo del puerto, lleno de banderines y bastante agradable. "No, lo siento, no tenemos sitios ya si no tienen reserva", explica el manager del Arena Sports Bar, donde una decena de pantallas gigantes muestran ya los calentamientos de las jugadoras.  

Andrew es empresario, lleva 23 años viviendo en la colonia británica, está junto a su hijo, de unos diez, y su mujer, y afirma que le ha costado mucho conseguir la mesa. "Hoy esto se va a llenar, va a ser un buen partido", asegura en un castellano-gaditano mientras muestra en su móvil la publicidad del partido de una casa de apuestas irlandesa: "Españoles, hagámoslo más interesante, quien gane se queda Gibraltar". "Son unos cachondos", bromea.  

A la hora de los himnos los ingleses cantan el suyo tímidamente. Unos cánticos y gritos que irán aumentando a medida que avanza el partido y empiezan a caer las ocasiones... y las pintas de cerveza. Sobre todo con el disparo al larguero de Lauren Hemp al principio del partido, que levantó a casi todos de sus asientos en el Sports Bar con un “ooooohh”. 

Uno de los hoteles en los que se vio el partido en Gibraltar.

Uno de los hoteles en los que se vio el partido en Gibraltar. / R. B.

El gol de Olga, sin embargo, enmudeció el local, decorado con camisetas de equipos españoles e ingleses. Había muchas familias de llanitos y también turistas británicos repartidos por todas las mesas, vestidos con camisetas de la selección, pero también de equipos como el Chelsea, el Manchester United o el Newcastle.

“Estáis teniendo más la pelota, por ahora merecéis ganar, a ver si hay más suerte con la segunda parte”, decía Eddie, vestido con la camiseta de Harry Kane, al salir del local a fumar un cigarro y que confesaba que la gente se ha tomado en serio este Mundial. “Aquí ha habido gente todo el torneo”. Los locales llenos se repartían por todo el Ocean Village, como en The Ivys, una hamburguesería que está en los muelles y que estaba a rebosar de gibraltareños [en el Peñón se calcula que viven 30.000 británicos]. 

El local se convirtió en un hervidero en la segunda parte, donde el público estalló con la parada de la portera al penalti lanzado por Jenni Hermoso: “Come on”. Incluso alguien gritó ante el solaz de los clientes: “¡Inglaterra vuelve a ganar!”. Quedaba todavía partido, pero apenas tenían ocasiones. Así el público coreaba casi como goles las tarjetas contra el conjunto español, las paradas de Bardsley o los pases a banda que hacían presagiar una ocasión de peligro.

“Lo tenemos lleno, pero durante el Mundial de Qatar era una locura, lo teníamos todos reservado, incluso lo de fuera. Y siempre había alguna pelea”, confesaba la camarera, procedente de La Línea de la Concepción, de un local que ya tenía 'sold out' las cervezas de Guinness y de Kilkenny, y que en uno de los mostradores, medio escondido, lucía un peluche de un león con la camiseta del Athletic de Bilbao. 

Una terraza llena de aficionados de Inglaterra en Gibraltar.

Una terraza llena de aficionados de Inglaterra en Gibraltar. / R. B.

'Go England'

Los “go England” y “come on” se repetían en los minutos finales. Curiosos de todo tipo paraban en la puerta de los bares a ver si se obraba el milagro. “Vamos ahí con el tikitaka”, presumía Armando, llanito de madre española que acababa de jugar al pádel e iba más con España que con Inglaterra. “La mayoría de los que hay aquí son ingleses, pero yo me siento más español”, razonaba. 

El pitido final de la árbitra provocó un lamento generalizado y el público comenzó a tomar las calles de vuelta a casa. “La verdad es que España se lo mereció, tumbaron a la selección inglesa. Jugaron mejor, esa es la verdad, sobre todo en la primera parte, igual en la segunda nosotros fuimos mejores”, confesaba James, británico que vive en La Línea “porque es más barato, casi la mitad, además, me gusta mucho España”. Mientras la gente abandonaba el Sports Bar un llanito pasaba por la calle gritando desaforado cada poco, con rabia: "You will never get Gibraltar (Nunca recuperaréis Gibraltar)". "Aquí sí es verdad que la gente que vive tiene orgullo de que esto sea británico", razonaba James, que tenía la bandera de la Union Jack pintada en la cara.