Emergencia hídrica

"El ingente consumo de agua de las nuevas tecnologías puede provocar graves problemas", alerta la Unesco

Sistemas como la Inteligencia Artificial ayudan a gestionar los recursos hídricos, pero al mismo tiempo los gastan en grandes cantidades

La inteligencia artificial y las tecnologías relacionadas requieren grandes volúmenes de agua para refrigerar los ordenadores.

La inteligencia artificial y las tecnologías relacionadas requieren grandes volúmenes de agua para refrigerar los ordenadores. / Pixabay

"La gestión sostenible del agua genera gran cantidad de beneficios para las personas y las comunidades, incluida la salud, la seguridad alimentaria y energética, la protección contra desastres naturales, la educación, la mejora de los niveles de vida y el empleo, el desarrollo económico y una variedad de servicios ecosistémicos. A través de estos beneficios, el agua conduce a la prosperidad. Y la distribución equitativa de estos beneficios promueve la paz".

Es el primer párrafo del informe de este año de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo, ‘Agua para la prosperidad y la paz’. El documento destaca la paradoja de que las nuevas tecnologías, en especial la inteligencia artificial (IA), pueden ser claves para una mejor gestión de los recursos hídricos, pero consumen una ingente cantidad de agua.

El informe, según la Unesco, buscaba originalmente demostrar que desarrollar y mantener un futuro hídrico seguro y equitativo es esencial para garantizar la prosperidad y la paz para todos. "Sin embargo, la relación también funciona en la dirección opuesta, ya que la pobreza, la desigualdad y varios tipos de conflicto pueden amplificar la inseguridad hídrica", apunta.

"El cambio climático afectará la disponibilidad, calidad y cantidad de agua para las necesidades humanas básicas, amenazando el disfrute efectivo de los derechos humanos al agua y al saneamiento de miles de millones de personas", recoge el texto.

Una mujer india llena un bidón de agua potable en la India.

Una mujer india llena un bidón de agua potable en la India. / EFE / Piyal Adhikary

"La seguridad alimentaria, la salud humana, los asentamientos urbanos y rurales, la producción de energía, el desarrollo industrial, el empleo y el crecimiento económico y los ecosistemas dependen del agua y, por tanto, son vulnerables a los impactos del cambio climático", continúa. Así que "la adaptación y mitigación del cambio climático mediante la gestión del agua son fundamentales para casi todos los aspectos del desarrollo sostenible", concluye.

Degradación de los ecosistemas

La Unesco expone que el alcance de la degradación de los ecosistemas y su papel en los conflictos y las pérdidas de prosperidad resaltan la posibilidad de que su restauración se convierta "en una respuesta dominante a muchos desafíos relacionados con el agua, particularmente en lo que respecta a la calidad y disponibilidad del agua, la resiliencia y las respuestas al cambio climático".

De tal manera que la restauración de los ecosistemas ya se reconoce como un "elemento urgente y clave para la resolución de conflictos y la consolidación de la paz", así como "una herramienta para mejorar el acceso a los recursos, gestionar los riesgos de seguridad relacionados con el clima, reducir el reclutamiento por parte de grupos terroristas y aliviar la presión sobre las personas para migrar".

La refrigeración de centrales térmicas y nucleares y el riego de biocombustibles requieren un uso especialmente intensivo de agua. En términos de generación de electricidad, las fuentes más eficientes en términos de agua son los sistemas eólicos, solares-fotovoltaicos (PV) y geotérmicos, señala el texto.

Sequía en el pantano de Mediano en el Pirineo de Huesca.

Sequía en el pantano de Mediano en el Pirineo de Huesca. / EFE / Javier Blasco

Según la Unesco, se necesitan soluciones de almacenamiento de energía para compensar la naturaleza intermitente de la energía eólica y solar. Y aunque la energía hidroeléctrica de almacenamiento por bombeo muestra mucho margen de expansión, las baterías de iones de litio son en la actualidad la tecnología de almacenamiento de más rápido crecimiento.

Pero la extracción de litio y otros minerales críticos suele consumir mucha agua, "con riesgos importantes para la calidad de las aguas (especialmente las subterráneas), los ecosistemas y las poblaciones locales", destaca la Unesco. De otro lado, las oportunidades para aumentar la disponibilidad de agua para la agricultura incluyen el uso de aguas residuales, el riego con energía solar y la recarga gestionada de acuíferos.

La "sed" de la inteligencia artificial

Las nuevas tecnologías pueden ayudar a mejorar tanto el suministro de agua como la eficiencia en el uso del agua y la calidad y extensión de los denominados servicios WASH (suministro de agua, saneamiento e higiene). Pueden ayudar, por ejemplo, en la recarga gestionada de acuíferos, la desalinización, el tratamiento de aguas residuales con energía neutra, el reciclaje y la reutilización del agua, el riego climáticamente inteligente y una variedad de procesos industriales eficientes en el uso del agua.

Hay un problema: "Consumen mucha agua y, si no se controlan, podrían provocar graves e inesperados problemas en un futuro próximo", alerta la Unesco. "Los riesgos potenciales abarcan el daño a todo el sistema derivado de los errores de diseño, el mal funcionamiento y los ciberataques, que, en el peor de los casos, podrían producir fallos graves en la infraestructura", señala el texto.

Depósito de aguas residuales del municipio murciano de Alguazas.

Depósito de aguas residuales del municipio murciano de Alguazas. / EFE / Marcial Guillén

El consumo de agua por parte de las empresas de tecnologías de la información ha aumentado significativamente en los últimos años, hasta en un tercio, según la Unesco. Una parte importante de esta cifra se atribuye precisamente al desarrollo de la IA y las tecnologías relacionadas.

"La IA y las tecnologías relacionadas requieren grandes volúmenes de agua para los sistemas de refrigeración de los ordenadores, además de la energía (a menudo intensiva en agua) necesaria para alimentar los equipos", añade el informe.

La "sed" de estas tecnologías emergentes es enorme: se calcula que solo el entrenamiento simulado de GPT-3 en centros de datos de última generación en los Estados Unidos consumió 700.000 litros de agua (consume por término medio medio litro de agua en cada conversación).

La Unesco indica que el desarrollo de las nuevas tecnologías debe tener en cuenta este problema y minimizar en lo posible el gasto de agua, no sea que el remedio resulte peor que la enfermedad.

Informe de referencia (en inglés): https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000388948

Resumen ejecutivo (en español): https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000388950_spa

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