El 75% del PIB y de la población española estará en riesgo de grave escasez de agua en 2050

España se queda sin agua y padece su verano más crítico tras sufrir varias olas de calor y sequías históricas que están dejando los ríos, los lagos y los embalses en niveles mínimos. Los expertos alertan de que, lejos de mejorar, esta situación empeorará en los próximos años, salvo que se adopten medidas urgentes, porque el cambio climático propiciará que los periodos secos serán cada vez más largos e intensos.

El 17% de la población europea corre un alto riesgo de sufrir escasez de agua para el año 2050. España y Grecia son los países con mayor riesgo de sufrir estrés hídrico del continente. Sevilla, Granada, Córdoba y Murcia sufrirán el mayor riesgo de escasez de Europa.

Son algunas de las conclusiones de un estudio realizado por WWF, que demanda un cambio profundo hacia un nuevo modelo de gestión del agua, en el que la demanda se ajuste a los recursos disponibles, y así garantizar agua para la naturaleza y las personas. 

Europa será cada vez más propensa a las sequías y a la escasez de agua. En 2050, el 82% de la población de Grecia y de su PIB dependerán de zonas con riesgo alto o extremo por falta de agua. En España, será el 75% de la población y del PIB de España los que podrían enfrentarse a un riesgo alto. 

Porque la escasez de lluvias no es la única causa de la sequía. "Los gobiernos, administraciones, y empresas deberían sentir vergüenza al seguir haciendo la vista gorda ante estos riesgos recurrentes y basando cada vez más su planificación y economía en un mayor uso del agua, como si estos riesgos se fueran a resolver por sí solos pero que no lo harán por falta de medidas contundentes", denuncia WWF.

Grave riesgo de desertificación

"Si no cambiamos las políticas del agua hoy, no se evitarán las sequías de mañana", alerta la ONG. Pese al grave riesgo de desertificación, España ha apostado en sus planes hidrológicos por un modelo de gestión del agua que prioriza su uso para los cultivos de regadío intensivo e industrializados. Y estos consumen el 80% del agua del país.

Esta "gestión hídrica suicida" y la "sobreexplotación de los recursos" han llevado de nuevo a que los embalses nacionales estén en la actualidad en mínimos históricos. "Esto demuestra el fracaso de la modernización de regadíos llevada a cabo desde 2005, con la supuesta finalidad de ahorrar agua para las cuencas", resalta WWF, que revela que desde entonces la superficie regada ha aumentado en un 11%. 

"Además, en aquellas zonas donde no existe agua disponible en ríos y embalses, se hace uso del agua subterránea, poniendo en peligro las reservas de agua del futuro", indica la organización conservacionista, que indica que existen en España "más de 80 acuíferos sobreexplotados".

A todo ello se añade, según WWF, el "robo del agua en España". Se riega "con agua extraída ilegalmente una superficie similar a 1,5 veces la ciudad de Madrid, más de 88.000 hectáreas, en cuatro de los acuíferos más importantes y sobreexplotados de la Península, que afectan a valiosos espacios naturales: Daimiel, Doñana, el Mar Menor y ríos alimentados por el acuífero de Los Arenales".

Además, existen casi un millón de pozos ilegales, haciendo que España sea el país con mayor sobreexplotación de agua de Europa, según el estudio de la ONG.

Por todo ello, WWF solicita a las administraciones competentes) que den un "giro radical" en la gestión del agua y que impulsen un nuevo modelo que reduzca las demandas del regadío a los recursos realmente disponibles.

"Trasvases y embalses no son la solución"

También demanda apostar por el ahorro a través de nuevas tecnologías para garantizar la seguridad hídrica de las personas y que haya suficiente agua para la naturaleza.

Porque, según WWF, "los trasvases y los embalses no son la solución para la escasez. Necesitamos otro modelo de producción que deje de invertir en intensificar y realizar nuevos regadíos, que apoye los cultivos de secano, como una opción más sostenible, y que persiga y erradique el robo del agua", subraya.

"Además, necesitamos invertir en soluciones basadas en la naturaleza para mejorar la salud de los ríos, humedales y acuíferos y hacerlos más resilientes a los efectos del cambio climático", concluye.

WWF propone varias soluciones para evitar el estrés hídrico:

–Avanzar en la recuperación de costes de los servicios del agua que requiere la Directiva Marco del Agua para incentivar el uso eficiente de los recursos hídricos con el principio de "quien contamina, paga".

–Revisar los indicadores de sequía para mejorar la prevención para prever las excepcionales con suficiente antelación, diagnosticar sus consecuencias y realizar un seguimiento adecuado de los eventos extremos.

–Adaptar las demandas a los recursos hídricos realmente disponibles, gestionando las sequías antes de que se produzcan, a través de la adaptación de las necesidades a los recursos disponibles.

–Utilizar fuentes alternativas de recursos hídricos en períodos críticos de sequía, como la desalación de agua marina o la reutilización de las aguas depuradas, y así reducir la presión sobre las cuencas. 

–Apoyar la cultura del ahorro del agua en España, promoviendo un uso más sostenible, principalmente por parte de los sectores productivos que más consumen; en especial, los usos agrícolas. 

–Dotar de un presupuesto definido y de medidas concretas para los próximos ocho años a la Estrategia Nacional de Lucha contra la Desertificación. 

–Integrar los objetivos, medidas y recomendaciones de la Estrategia en otros planes relevantes para abordar este problema, como las ayudas vinculadas a las Política Agraria Común. 

–Impulsar una Ley de Protección de los Suelos para evitar su continua erosión y degradación.

Informe ‘Efectos del cambio climático en la Península Ibérica’: https://wwfes.awsassets.panda.org/downloads/efectos_cc_en_la_peninsula__2_.pdf

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es