MODA

La moda sostenible no es una tendencia, es una necesidad

Prensa Ibérica y El Periódico de España han organizado un encuentro de expertos para debatir sobre la sostenibilidad en el futuro de la moda. El evento ha contado con la colaboración de Signus, un sistema de gestión de neumáticos usados

 

Moda sostenible

Moda sostenible / EPE

El sector de la moda está inmerso en un sistema de producción lineal, focalizado únicamente en el crecimiento. Esta inercia afecta a toda la cadena de valor y repercute en el consumidor, que se ve abocado a un consumo frenético basado en el usar y tirar. La “fast fashion” resulta insostenible; es necesario establecer una alternativa a este voraz modelo de producción y consumo, que dibuje un horizonte más amable con el planeta y la sociedad en su conjunto. Con el fin de ser parte de esa transformación, Prensa Ibérica y El Periódico de España, han organizado la mesa de expertos ‘Claves de la sostenibilidad en el futuro de la moda’, en la que ha colaborado Signus, una entidad sin ánimo de lucro cuya finalidad de dar una segunda vida útil a los neumáticos usados en diferentes sectores, incluido el de la moda.

El encuentro ha sido moderado por Laura García del Río, jefa de Moda de la revista Woman, cabecera de Prensa Ibérica, y a él han asistido Gema Gómez, fundadora de Slow Fashion Next, una plataforma que promueve y difunde acciones a favor de la moda sostenible; Joan Carles Montes, portavoz del Departamento de Comunicación de la fundación Humana, que promueve la reutilización textil; Samuel Soria Santos, fundador de la firma de gafas Parafina, creadas con materiales reciclados; Mariana Gramunt de Azqueta, cofundadora la firma de ropa Sidikai que se guía por la premisa “zero-waste” e Isabel López Rivadulla, vicepresidenta de Women Action Sustainability y directora de marketing y comunicación de Signus.

La moda: una oportunidad para los materiales reciclados

Una de las estrategias más atractivas para hacer de la moda un sector sostenible consiste en la utilización de los materiales reciclados. López Rivadulla (Signus) habló sobre el proyecto Neomatique, pensado para dar alternativas innovadoras y de diseño en moda partiendo a un residuo: el neumático desechado. “El objetivo de esta iniciativa ha sido mostrar a los diseñadores la versatilidad de este material, que no sea solo usado para hacer zapatos o bolsos. Está teniendo muy buena acogida”, explicó la representante de Signus. Gema Gómez (Slow Fashion Next) destacó el papel fundamental de los

fondos Europeos Next Generation

a la hora de dar una segunda vida a los materiales: “la industrialización, la transformación y la digitalización son claves para introducir materiales secundarios en usos que antes eran impensables”.

Por su parte, Soria Santos (Parafina) apuntó las claves para que las prendas realizadas con materiales reciclados sean bien acogidas. “Es necesario que la ropa y complementos hechos con materiales secundarios no tengan un aspecto distinto a las que no lo son, y que el consumidor sepa que tienen unas características similares o mejores que las prendas que no parten de materia reciclada. Extender este modelo eco-responsable ayudaría a rebajar costes en la producción de las empresas que cuidan el medio ambiente”, apuntó el fundador de la marca de gafas Parafina. Gramunt de Azqueta (Sidikai) subrayó la importancia de poner la imaginación al servicio de esta transformación de la moda: “Yo creo que uno de los grandes retos de la moda del siglo XXI es orientar la creatividad, no tanto a las formas, sino al modelo de negocio. Las mentes creativas deberían pensar en cómo dinamitar los cimientos de la industria que hemos heredado para construir la que queremos”.

Nuevos modelos de negocio

La sostenibilidad en la moda no es sólo una tendencia, sino una necesidad. Según señaló la fundadora de la Slow Fashion Next, “tenemos delante de nosotros retos como el cambio climático o la pérdida de la diversidad, imposibles de afrontar si seguimos con el modelo de industria que hemos tenido hasta ahora. Las grandes empresas del sector deben acometer una transformación cuanto antes o acabarán por desaparecer”. La cofundadora de Sidikai hizo hincapié en la importancia de establecer referentes adecuados para que este cambio se produzca: “Los modelos que tenemos en la actualidad son empresas que crecen de manera exponencial, que son cada vez más grandes, sin tener en cuenta límites de responsabilidad ni de compromiso. Son referentes del siglo pasado que no valen a día de hoy”. En esta misma línea, Gómez añadió “no todos los negocios son escalables. Tenemos los armarios llenos de ropa, no necesitamos más. Necesitamos tener otro objetivo que no sea acumular”.

Las tendencias en pro de la sostenibilidad, como las compras de ropa de segunda mano, pueden ayudar a cambiar el paradigma. Tal y como explicó Joan Carles Montes (Humana) “En países como Reino Unido hay mucha tradición de compra de ropa usada. En España, estaba mal visto, pero cada vez es más frecuente la reutilización de la ropa usada, sobre todo entre los jóvenes. En Humana las ventas han aumentado en un 12% respecto al 2019, incluso con menos tiendas abiertas porque tuvimos que cerrar siente durante la pandemia. El interés por la segunda mano, por la reutilización, es un hecho”.

Cambios también en el consumidor

Para que la transformación del sector de la moda hacia la sostenibilidad sea posible es importante pensar en el consumidor. En la actualidad, los compradores están sometidos a un bombardeo constante a través de multitud de canales, especialmente las redes sociales. “Los fabricantes de productos sostenibles tenemos un gran enemigo en las redes sociales. Antes la campaña de una colección te duraba una temporada, ahora un “shooting” y está obsoleto en una semana. Las redes lo aceleran todo”, comentó el representante de Parafina. “Sería muy positivo que se estableciera una regulación para que los grandes de la moda tuvieran una limitación de prendas por colección o poner un límite de colecciones. Algunas marcas están haciendo sólo dos colecciones o incluso una al año o produciendo bajo demanda”, señaló Gómez. 

Las campañas agresivas, así como fomentar los envíos y devoluciones gratuitas no contribuye a mejorar la situación, sino que la empeora. “Se estima que el 50% de lo que se compra en Black Friday se devuelve. Eso significa un montón de camiones circulando y emitiendo gases contaminantes en las ciudades. El “e-commerce” sin control está empeorando la situación”, añadió la fundadora de la Slow Fashion Next. Fomentar la reparación de las prendas ya compradas, en lugar de adquirir otras nuevas, podría contribuir a solucionar el problema. “Tener opciones para reparar las prendas de forma cómoda y a un coste aceptable, puede ser otro motor del cambio”, señaló el portavoz de Humana.

Otra de las claves para poner freno a esta situación pasa por implicar al consumidor en la sostenibilidad y, para ello es vital ayudarle distinguir la ropa fabricada de acuerdo a parámetros sostenibles de la que no lo es: “El público está concienciado sobre lo importante que es comprar productos eficientes y sostenibles. El problema muchas veces es que no saben cómo reconocerlos. Hay demasiadas etiquetas, demasiados certificados y los consumidores no entienden absolutamente nada. Deberían establecerse códigos sencillos de identificar”, concluyó la directora de marketing y comunicación de Signus.