PASEOS AGRADABLES

No solo existe la Quinta de los Molinos: otros parques con cerezos y almendros en flor en Madrid

Estos árboles se encuentran en muchos parques de la ciudad, pero algunos de ellos no son tan conocidos

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Una abeja revolotea alrededor de una flor de almendro para recolectar su polen

Una abeja revolotea alrededor de una flor de almendro para recolectar su polen / Raquel Manzanares

Los madrileños esperan con ilusión la llegada de esta época del año porque muchos puntos de la ciudad se cubren de flores blancas y rosadas. Sin duda, uno de los parques más concurridos en febrero y marzo es la Quinta de los Molinos, un lugar al que más de uno vuelve cada año a su cita en este adelanto de la primavera. Y es que la duración de las flores de los almendros y cerezos es fugaz.

En este breve periodo de floración los paseantes se aglomeran con la intención de pasar un rato agradable bajo los árboles o de caminar tanto solos como en compañía. Para que no se generen tales multitudes, te contamos otros parques donde también podrás disfrutar de estos árboles en flor.

El Capricho

Los adinerados duques de Osuna ordenaron la construcción de este precioso parque en el XVIII. El nombre está bien escogido porque es un auténtico homenaje a la belleza. Hay casitas que usaban estos nobles para divertirse, un templete dedicado a Baco, laberintos de setos, fuentes, un abejero, puentes, un pequeño lago y otros muchos elementos que despiertan la curiosidad de los paseantes y que convierten un paseo este parque en una experiencia bucólica. A todas estas construcciones (¡incluso hay una ermita y un búnker!) se suma la vegetación, entre las que hay bastantes almendros, que en este momento despliegan todos sus encantos.

Real Jardín Botánico

Entre las más de 5.500 especies vegetales que habitan plácidamente en el Jardín Botánico -un paraíso para la comunidad científica y para los amantes de las plantas-, por supuesto, los almendros tienen su hueco. Este gran espacio que realiza su personal oda al verde se inclina durante esta época del año ante el color rosa de estos árboles tan amados en la cultura japonesa, aunque también entre los madrileños. El recinto dedicado a estos árboles se encuentra detrás del ala sur del Pabellón Villanueva.

Senda Botánica de la Casa de Campo

Dentro de la vastísima Casa de Campo hay un camino conocido por sus piezas de botánica. En los laterales de este sendero hay cientos de almendros, pero también ciruelos de pissard (también llamados ciruelos rojos), que son unos arbolitos más esbeltos que fueron introducidos en Europa a finales del siglo XIX por un jardinero así llamado, Pissard. Sus flores son asimismo rosadas, pero sus hojas son rojizas, más oscuras, por lo que a unos metros de distancia el árbol adquiere una tonalidad casi caoba muy llamativa.

Flores de pétalos blancos en un almendro

Flores de pétalos blancos en un almendro / Carlos García

Parque de Juan Carlos I

En la parte este de la región se encuentra este amplio parque, regado por un canal de agua y por un lago, con una senda ciclista y decenas de prados en los que tumbarse a descansar cuando brilla el sol. Aún hace frío para esa actividad, así que se puede acudir a contemplar los trescientos cerezos de Sakura, que fueron un regalo de la comunidad japonesa a la ciudad de Madrid.

Parque Avenida de Portugal

Setecientos cerezos procedentes del Valle del Jerte discurren por este pequeño parque situado al sur de la Casa de Campo y cercano a la orilla oeste del Manzanares. Fueron plantadas cuatro variedades diferentes de estos árboles con la intención de que la época de floración durase más. También hay un tramo con rosales, aunque aún es pronto para verlos en todo su esplendor.

Huerta de la Partida

Madrid Río es un parque muy aprovechado por los habitantes de la capital para montar en bici, correr, disfrutar de un picnic, pasear, patinar... Y en esta época, también acuden a la Huerta de la Partida, que se encuentra en sus inmediaciones, para despejar la mente en un sendero entre avellanos, plátanos, almendros florecidos e incluso algún piñonero.

Este lugar pertenecía a la familia Vargas, de época renacentista, y aún perdura su Palacete, que también se puede contemplar en este paseo. No te pierdas tampoco el arrullo tranquilo del agua en la Fuente de la Buena Suerte o el conocido como Bosque de la Faisanera. También hay un mirador, desde el que se presentan grandes vistas de la ciudad. La Huerta de la partida se encuentra muy cerca del Puente del Rey, así como del poco desconocido túnel que mandó construir para su uso privado José Bonaparte.

Parque Lineal del Arroyo Butarque (Leganés)

En este recorrido circular por el barrio de La Fortuna (Leganés), los habitantes de Madrid Sur pueden encontrar chopos, pinos y muchos otros árboles en torno al Lago Butarque. Además de la vista de los almendros en flor, los visitantes pueden pasear en este tranquilo sendero. También hay zonas destinadas al juego infantil, máquinas para el ejercicio físico y paradas imprescindibles para apreciar la calma que se respira en este pequeño oasis.

Huerto del Francés (El Retiro)

Más de trescientos almendros se erigen con nobleza en este terreno ubicado dentro del Parque del Buen Retiro. El valor de este huerto radica en que se han reproducido las especies vegetales que existían en el siglo XIX en el pulmón verde de Madrid. Además, cuenta con una noria de agua que imita la que existía en este sitio en el siglo XVII. No dudes en acercarte a este rinconcito y contemplar toda la variedad de plantas.

Ahora que ya conoces varias alternativas, elige el parque que más te guste y... ¡a disfrutar del anticipo de la primavera!