ALUMBRADO NAVIDEÑO

Madrid enciende la Navidad de los 12 millones de luces

El alcalde Almeida, la cantante Ana Guerra y los actores de 'Campeonex' activan el pulsador que ilumina 145 kilómetros de la capital

Cae confeti y estallan los fuegos artificiales mientras se encienden este jueves las luces de Navidad en la Puerta del Sol.

Cae confeti y estallan los fuegos artificiales mientras se encienden este jueves las luces de Navidad en la Puerta del Sol. / EFE

Roberto Bécares

Roberto Bécares

Julio Sánchez tiene las manos apoyadas sobre la valla que rodea el inmenso árbol de Navidad de la Puerta del Sol. Detrás de él miles de personas se apelotonan para ver el encendido navideño, una ceremonia a la que el Ayuntamiento madrileño le empieza a dar toques neoyorquinos, con actuaciones en directo, fuegos artificiales y un enorme botón que supuestamente activa todas las luces de la ciudad. Julio aguanta estoico los apretujones, como si no fueran con él. Lleva una buena zamarra para el frío y cuando se da la vuelta para ver el gentío muestra un brillo peculiar en sus ojos. Tiene 89 años, pero su cara es la de un niño que estuviera a punto de vivir algo único, como si lo viviera por primera vez. [VEA IMÁGENES DEL ENCENDIDO DE LAS LUCES]

"No me lo quería perder por nada. He llegado a las cuatro de la tarde [tres horas antes]", asegura este ex empleado de banca, vecino de la calle Narváez. Admite que la Navidad ya no es como antes, que tiene la familia desperdigada aquí y allá, pero le sigue llegando el calorcito al alma cuando llegan estas fechas. "La Navidad es que es vida, es alegría, dan ganas de vivir, y más a mi edad; no sé si será la última, por eso quería estar", admite con una naturalidad que apabulla, pero no deja de sonreír. "Yo ya me he adelantado al Ayuntamiento y he puesto las luces en casa", presume. 

Magia

Son las 7.15 de la tarde y, en un escenario como de festival, los niños de la Escolanía del Colegio Nuestra Señora del Recuerdo cantan un villancico. El alcalde de la ciudad, José Luis Martínez Almeida, sale al escenario sonriente. Habla de "magia pura", de "Madrid, la ciudad más acogedora del mundo", de "ciudad de futuro, de esperanza". Choca escuchar a un político hablar así en los días que corren. Y es que la Navidad trae siempre algo de armisticio, de bajar los brazos por un rato, y rendirse incluso a uno mismo. Si en la Navidad de 1914, en plena I Guerra Mundial, la gran guerra, los soldados británicos y alemanes pudieron parar la batalla por unas horas para intercambiar cigarrillos, comida y alcohol, e incluso jugar un partido de fútbol, pensar en una tregua un siglo después no es tan descabellado. 

Para dar la bienvenida a la Navidad la cantante Ana Guerra, la sorpresa de la noche, interpreta el tema principal de 'Wish: el poder de los deseos', la nueva película de Disney, una compañía que cumple precisamente cien años. Ella recuerda cuando, de niña, salía a cantar en las cenas familiares con una toalla atada a la cintura, soñando con ser Ariel, la sirenita. "Los deseos se cumplen", expresa emocionada. El plantel de actores de la conmovedora película 'Campeonex' sale a accionar el pulsador junto al alcalde. Alguno le suelta algún comentario de su vida privada. "Estás bien informado tú", le responde Almeida con esa misma sonrisa de niño que lucía Julio. Una sonrisa que se contagia. 

El alcalde Almeida, la cantante Ana Guerra y los actores de 'Campeonex' pulsan el botón que activó en Sol las luces navideñas.

El alcalde Almeida, la cantante Ana Guerra y los actores de 'Campeonex' pulsan el botón que activó en Sol las luces navideñas. / EFE

Aprietan el botón y el abeto de Sol, de 35 metros de alto, se enciende de un dorado de anuncio Freixenet. Cae confeti sobre el escenario y sobre parte del público. Los fuegos artificiales empiezan a atronar e iluminan el cielo también. Los rosetones rojos, rosas y naranjas de Arenal se encienden y los de la calle Mayor también. Del cielo de Carretas caen hilos de flores rosas, como de 'Avatar'. Hay aplausos. Caras de asombro. "Me han gustado mucho los fuegos artificiales", explica Matías, de siete años. "El árbol es mi favorito", cuenta Celeste, de nueve años, sonriente, pero no más que la madre. Otra vez esa sonrisa. La de Julio. El público -12.000 personas, según el Consistorio, entre ellas mucha familia y muchos grupos de amigos adolescentes- empieza a abandonar la plaza lentamente. 

Nada será igual

Ya es Navidad. La ciudad será la misma, pero ya nada será igual hasta que pasen los Reyes. El olor del puesto de castañas de la Plaza de Oriente, que con la reforma parece la Plaza de los pintores de Montmatre, huele ya distinto, con más sabor, y el chocolate de San Ginés o la de la chocolatería 1902 sabe más rico. Falta algo, sin embargo. Si en Nueva York la Navidad no comienza hasta que suena el 'All I want for Christmas is you' de Mariah Carey, en Madrid no termina de arrancar del todo hasta que llega Cortylandia, que este jueves lucía apagado con una grúa ultimando la instalación que casi todos los años ilusiona incluso más a los padres que a los hijos, por eso de los recuerdos que brinda. 

Por la Plaza Mayor y sus puestos navideños no hay tanta gente como se espera en los próximos días, aunque ya hay quien viste el reno en la cabeza. Con tan poca gente, Chencho (La gran familia, 1962) no se perdería, o si lo hiciera sería más fácil encontrarle. En La Campana hay cola, como siempre, para comer el bocata de calamares, y enfrente, en el Bar los Arcos, se afanan por colocar sus luces de Navidad, que hombre, ya toca, no vamos a ser menos.   

El alumbrado ilumina ya más de 230 emplazamientos de los 21 distritos de la ciudad mediante los tradicionales arcos, 6.600 cadenetas, 115 cerezos de luz y doce grandes abetos luminosos, entre otros elementos. En total, el Área de Obras y Equipamientos ha instalado casi 12 millones de bombillas 100% led de alta eficiencia energética que cubrirán un total de 145 kilómetros.  

Este año, una de las principales novedades podrá observarse en la Gran Vía, convertida en un gran jardín de invierno gracias al diseño de Sergio Sebastián. En la calle Mayor, diseñada por Teresa Sapey, las protagonistas serán las campanas navideñas, mientras que la calle del Carmen estrenará unas grandes flores obra de Ben Busche. Hubo un tiempo, cuando se ataban los perros con longanizas, en la época de Alberto Ruiz-Gallardón, que comenzaron a encargarse las luces a diseñadores conocidos, como Ágatha Ruiz de la Prada o Devota & Lomba. Una tradición que se ha mantenido, pero con más medida. 

Roberto Verino ha sido el encargado de diseñar el nuevo abeto luminoso de la plaza Mayor; García Madrid, autor del abeto luminoso de la Red de San Luis, y Marta Rota para Tot-Hom, creadora de los nuevos motivos de la calle Goya. "Ha estado muy bien el encendido", confiesa Michael y Max, neoyorquinos, a los que sorprendió mucho, dicen, los fuegos artificiales. "Hemos venido de Vitoria de vacaciones, y cuando nos hemos enterado que estaba hemos venido a verlo, y la verdad nos ha gustado mucho; había mucha gente", confesaba otra pareja de unos 35 años a la que pillamos haciéndose un selfi con el árbol en la espalda. Con la misma sonrisa de Julio.