LA VIDA CONTIGO

Más de la mitad de los jóvenes españoles duerme menos para dedicar más tiempo a su ocio

Los hábitos de sueño de los españoles de 18 a 34 años de edad indican que el 30% duermen siesta habitualmente, con una media de 50 minutos

Hasta un tercio de los encuestados trabaja por turnos rotatorios o con horario irregular, lo que se correlacionaría con una destacable precariedad laboral

Más de la mitad de los jóvenes españoles duerme menos para dedicar más tiempo a su ocio.

Más de la mitad de los jóvenes españoles duerme menos para dedicar más tiempo a su ocio. / PEXELS

Andrea San Martín

Andrea San Martín

Los españoles de entre 18 y 34 años duermen una media de 7,6 horas al día y, a pesar del tópico, la mayoría habitualmente no duerme la siesta; pero si lo hacen (30%), suele ser más en días libres. Las mujeres son más madrugadoras y los hombres, más trasnochadores. Estas son algunas de las conclusiones a las que ha llegado el último informe que ha presentado este jueves la Fundación Mapfre '¿Cómo duermen los jóvenes? Hábitos y prevalencia de trastornos del sueño en España'.

El estudio ha sido elaborado mediante una encuesta con 75 preguntas cerradas y dividida en tres bloques en los que se analiza tanto datos sociodemográficos, hábitos de sueño como aquellos relacionados con el estado de salud. Con los datos aportados, un tercio de los casos confirma tener un problema de salud mental, siendo la ansiedad el más frecuente y en la mayoría de las ocasiones se debe al trastorno del sueño más común: el insomnio.

Según estudios poblacionales, hasta un 40% de la población adulta experimenta síntomas de insomnio, pero el mayor incremento se ha producido en el segmento de edad de los adultos jóvenes (18-34 años) y constituye un problema con un alto impacto económico en salud pública, tanto en gastos directos como indirectos por falta de productividad, riesgo de accidentes laborales y de tráfico, mayor tendencia a enfermar y mala calidad de vida.

Cambio de etapa vital: camino hacia la adultez

Los estudios publicados a gran escala en jóvenes están mayoritariamente enfocados a los adolescentes y analizan variables como la alteración del estado de ánimo/estrés, el rendimiento académico y la adicción a internet. En cambio, la franja de edad entre los 18 y los 34 años es una población menos estudiada que podría tener un especial interés por el cambio de etapa vital debido a que a nivel social pueden tener un mayor grado de independencia y de responsabilidades.

De tal modo que conocer los hábitos más recurrentes en esta franja de edad y su repercusión sobre el sueño, así como las consecuencias de un sueño insuficiente sobre otros aspectos de la salud y el bienestar, podría dar lugar a una mayor concienciación sobre la importancia del descanso. "Promover el desarrollo de hábitos de sueño saludables en la población joven podría ayudar a reducir la prevalencia de futuros trastornos del sueño y sus patologías derivadas", recuerda el estudio.

La falta de sueño afecta al control de impulsos y a la toma de decisiones.

La falta de sueño afecta al control de impulsos y a la toma de decisiones. / FREEPIK

Asimismo, entre las definiciones no sólo cabe destacar el trastorno del insomnio, sino también el sueño insuficiente; común en la sociedad moderna que depende de las exigencias laborales, responsabilidades sociales y familiares, afecciones médicas, abundante oferta de ocio digital y escaso tiempo libre, así como el síndrome de retraso de fase (SRF) entendido como una alteración del ciclo de sueño-vigilia que se caracteriza por la falta de sincronización de los ritmos circadianos internos con respecto al ciclo día/noche.

Los hábitos cambian dependiendo de dónde vivamos

Castilla-La Mancha, La Rioja, el Principado de Asturias, Comunidad Valenciana, Baleares y Canarias son las comunidades autónomas en las que el sueño es insuficiente, ya que duermen por debajo de las siete horas y de hecho la mayoría pasa más tiempo con la pantalla antes de dormir, como sucede también en la Región de Murcia.

A propósito, el 83% de los encuestados tienen un hábito muy común de uso de dispositivos electrónicos con pantalla en la cama antes de dormirse, con un tiempo medio de uso de 48,6 minutos.

Incluso, Cataluña destaca por su uso más frecuente de filtros de luz en las pantallas por la noche junto con Castilla y León que se preocupan por favorecer un buen entorno y condiciones adecuadas para dormir.

Si hablamos de consumo de bebidas energéticas con cafeína o teína que pueden alterar el ritmo de sueño destacan Aragón, Navarra, Castilla-La Mancha, Madrid, Canarias y Baleares. Y el 43% de los encuestados afirman consumir, como sustancia estimulante más frecuente a diario, el café, con el objetivo de permanecer despiertos.

En cambio, Madrid aunque cuente con más encuestados que indican consumo de té hay que sumarle la ventaja de la práctica habitual de ejercicio físico. También, presume por tener un menor número de accidentes de tráfico por falta de sueño, al igual que Galicia, y se observan unas "condiciones menos óptimas en cuanto a un entorno adecuado".

Globalmente, los jóvenes encuestados consideran que dormir es tan importante como la alimentación o el ejercicio físico (70% “muy de acuerdo”), siendo las mujeres y los mayores de 24 años los más concienciados. Destaca, en cambio, que solo un 24% admite dormir bien y lo suficiente.

Diferencias entre mujeres y hombres

Los encuestados españoles, de 18 a 34 años, se suelen acostar entre las 22:00 y las 00:00 los días víspera de laborable y entre las 23:00 y las 02:00 los días víspera de festivo. Mientras que, los hombres y concretamente la franja de 18 a 29 años son los que se acuestan más tarde. En cambio, las mujeres y los jóvenes de 30-34 años se levantan más pronto. Y si tienen hijos, refieren tener un sueño fragmentado por cuidado de estos en la mitad de los casos, siendo más frecuente en las mujeres.

Y aunque tarden más de una hora en dormirse, los datos reflejan una hora de diferencia también entre la hora a la que se acuestan y la que consideran que realmente están listos para dormir (sin ningún otro quehacer) y de casi una hora de uso de pantallas en la cama. Y hay dificultades a la hora de despertar, en vista de ello, necesitan el uso de alarma o de alguien que les despierte en un 77 % de los casos.

Además, entre las conclusiones, confirman haber sufrido un accidente de tráfico por falta de sueño en un 15 % de los casos, ya sea por somnolencia (8 %) o por desatención (7 %). Los hombres, los jóvenes de 18-23 años y los que presentan sintomatología de AOS (apneas obstructivas del sueño) son los que más accidentes por este motivo admiten.

Tecnologías y descanso

Más de la mitad de los jóvenes españoles (61%) admite restar horas de sueño para ocio u otras actividades de interés por la falta de tiempo personal durante la jornada, hablamos de procrastinación a la hora de acostarse (en inglés: revenge bedtime procrastination) y un 33 % duerme de forma insuficiente, por debajo de las 7 horas.

Según el estudio, de forma llamativa, el 75 % de estos mismos encuestados, que han admitido restar horas de sueño para dedicarlas a ocio u otras actividades, han contestado afirmativamente a "tener la oportunidad y tiempo suficientes para dormir". lo cual entraría en contradicción.

Probablemente, tal como está formulada la pregunta, han entendido que la oportunidad y el tiempo suficientes sí lo tienen, pero voluntariamente no lo aprovechan en su totalidad para dormir.

El uso de los móviles suele ser fuente de conflicto con los más pequeños.

El uso de los móviles suele ser fuente de conflicto con los más pequeños. / ShutterStock

Por su parte, destaca una prevalencia del 29% de trastornos de salud mental diagnosticados en nuestra muestra. Por otro lado, un 57% de los jóvenes con síntomas típicos de insomnio descartó como causa de su problema para dormir por la noche y las consecuencias durante el día (criterio diagnóstico de TIC; tecnologías de la información y la comunicación): un problema de salud mental, un trastorno de sueño diagnosticado, consumo de algún medicamento, alcohol, droga o una enfermedad.

Sin embargo, si analizamos lo que posteriormente contestó este subgrupo en la pregunta directa sobre salud mental, un 7% de estos admitió tener un problema de salud mental diagnosticado. Es decir, que no se puede descartar que el problema de salud mental sea la causa de sus síntomas de insomnio pero que, subjetivamente, no lo han considerado como tal. Esto haría que la prevalencia de TIC de nuevo pudiera estar sobredimensionada.

No obstante, según las últimas consideraciones de la clasificación del sueño denominada 'ICSD-3 TR', se debe excluir el trastorno mental como única causa de los síntomas de insomnio, pero la comorbilidad psiquiátrica no impide el diagnóstico independiente de TIC.