Julio Guinea sobre la 'desnazificación' de Ucrania: “Preocupa que argumentos pseudocientíficos de las élites rusas sirvan para justificar matanzas”

El relato propagandístico ruso se escuda en la supuesta necesidad de 'desnazificar' Ucrania para dar validez a la invasión

Julio Guinea advierte de la importancia de "darle la vuelta" a estos argumentos y evitar que se usen para justificar los "crímenes de guerra" de Rusia

Fosa común en Bucha

Fosa común en Bucha / Ricardo Mir de Francia

Héctor González

Héctor González

La batalla por la propaganda y el relato se ha convertido en un escenario bélico más de la guerra de Ucrania, quizás uno de los más relevantes de cara al futuro. Desde el principio, Putin ha esgrimido el argumento de la necesidad de ‘desnazificar’ Ucrania y neutralizar la amenaza del régimen ultranacionalista para justificar la invasión. El alcance de este objetivo y de la denominada ‘operación militar especial’ puesta en marcha para su consecución siempre ha estado rodeado de la tradicional ambigüedad de la política exterior del Kremlin. 

Sin embargo, la reciente publicación de un artículo de RIA Novosti, grupo mediático de control estatal ruso, firmado por Timofey Sergeytsev, avanza algunas pistas del que podría ser el verdadero plan a largo plazo de Putin: tomar el control total del país, acabar con el Estado ucraniano y sus élites gobernantes, y “reeducar” a la población para asimilarla a Rusia. Una tesis apoyada, entre otros, por Dmitry Medvedev, antiguo presidente de Rusia y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad, que en su canal oficial de Telegram ha asegurado que “será necesario cambiar la conciencia sangrienta y llena de falsos mitos de una parte de los ucranianos actuales".

Una justificación "éticamente inaceptable"

Julio Guinea Bonillo, profesor de Derecho Internacional Humanitario y Derecho de la Unión Europea de la Universidad Europea.

Julio Guinea Bonillo, profesor de Derecho Internacional Humanitario y Derecho de la Unión Europea de la Universidad Europea. / Imagen cedida por Julio Guinea

Al respecto de estas publicaciones, EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha consultado a Julio Guinea Bonillo, profesor de Derecho Internacional Humanitario y Derecho de la Unión Europea de la Universidad Europea, quien ha advertido del peligro de división interna de la UE y alargamiento de la guerra si se da pábulo a las teorías diseminadas por Rusia.

“Lo que más me preocupa es que estos argumentos pseudcientíficos apoyados por las élites políticas e intelectuales rusas sirvan para justificar matanzas”, asegura el profesor contratado doctor. Tras las masacres de civiles vistas en ciudades como Bucha, Irpin o Mariúpol, la comunidad internacional está empezando a entender que no se trata solo de la invasión de un país con un objetivo militar, sino de “crímenes contra la humanidad” que están dejando tras de sí un reguero de cientos de víctimas inocentes.

Justificar estas masacres basándose en una supuesta desnazificación de Ucrania resulta “éticamente inaceptable” y una amenaza para la cohesión interna de la UE. “Hay que darle la vuelta a estos argumentos para desmontar la retórica propagandística en la que Rusia se presenta como la salvadora de Ucrania y sacar a la luz los crímenes de guerra que está cometiendo”, asegura Julio Guinea.

Acusación sin pruebas

“¿Dónde están las bases probatorias de esta supuesta nazificación de Ucrania?”, se cuestiona el profesor. Con el Derecho Internacional en la mano, “¿quién es Rusia para saltarse la Convención de Ginebra e iniciar una acción de esta envergadura?”. Según el profesor, si Rusia tuviese alguna prueba de estas acusaciones, lo que debería haber hecho es abrir una investigación internacional, documentar los hechos y poner en marcha un debate en el Consejo de Seguridad de la ONU, cosa que “no se ha producido”.

Lo que ha ocurrido de verdad es que “Zelenski no ha admitido los planes de control ruso sobre Ucrania”, no ha aceptado “ser una marioneta de Putin”. El presidente ucraniano ha hecho acercamientos, como el intercambio de presos con Moscú en 2019, pero no ha accedido a las demandas rusas sobre el Donbás ni a las coacciones en relación con la entrada en la OTAN y la UE. 

Por todo ello, Julio Guinea pone “en tela de juicio el relato que están predicando y extendiendo desde Rusia”. Lo que están haciendo no es desnazificar Ucrania, es “no tener alma ni corazón ni piedad humana”. El profesor tiene claro que, conforme vaya trascendiendo el número de civiles asesinados, cada víctima será “un dolor para la conciencia europea”, ya que son nuestros “hermanos” aunque Ucrania no forme parte de la UE. 

Una cuestión de "voluntad política" de la UE

La otra cara de la moneda de dar validez a la propaganda rusa es el peligro que esto podría suponer para la cohesión interna de la UE. Una de las mayores debilidades del Eurogrupo es su política exterior, debido a que está" hipotecada a las voluntades de los 27 Estados miembros". En palabras de Guinea, “Putin se ha cabreado al ver la unión demostrada por la UE hasta el momento, pues contaba con su división interna habitual”.

Por ello, el plan de Moscú actualmente es generar “incertidumbre y desconfianza”. Enfrentar la “verdad de Rusia” contra la “verdad de Occidente” en una batalla cultural que beneficie a sus intereses. Si alguno de los países occidentales “compra” el relato ruso, como “podría pasar en Hungría tras la reciente reválida de Viktor Orbán en las elecciones”, esto sembraría dudas y limitaría las posibilidades de adoptar paquetes de sanciones más severas, prolongando así el conflicto y dando alas a los objetivos de Rusia.

En consecuencia, el objetivo único y prioritario de la ONU y los líderes europeos tendría que ser “parar inmediatamente la guerra”. Asimismo, la UE debe aprobar sanciones más graves y “cortar ya el grifo del gas y del carbón”, puesto que continuar comprando el combustible a Rusia significa “seguir manteniendo la maquinaria de guerra” de Putin. 

Estas medidas son enormemente costosas y difíciles de adoptar, pero “Europa debe dejar de anteponer la economía a evitar esta agresión”. Teniendo en cuenta la superioridad militar de Rusia y el riesgo de un escalamiento global del conflicto, el mejor desenlace posible pasa porque las sanciones occidentales consigan ahogar la economía rusa, al mismo tiempo que las ayudas a Ucrania le permitan plantear un escenario de rendición en  condiciones más favorables. “Todo depende de la voluntad política y de no permitir que la teoría rusa de la desnazificación de Ucrania siga dando validez a la invasión”, zanja Julio Guinea.