MENORCA

La Grecia española: casitas blancas de ensueño y un mar azul turquesa

Aterrizamos en Menorca para descubrir un pueblo que nos traslada a Grecia sin salir de nuestras fronteras

La Grecia española, casitas blancas de ensueño y un mar

La Grecia española, casitas blancas de ensueño y un mar

Alba Armida

El viajero que visita Grecia puede llegar hasta allí motivado por su imponente legado histórico, su animada vida nocturna o, cómo no, por el bello paisaje de casitas blancas y techos azules que brillan con luz propia dispersas por el mar Egeo.

Las islas Cícladas, con Mykonos y Santorini a la cabeza, son destinos perfectos para disfrutar del sol, las playas y un ambiente relajado y festivo que hace que cualquiera se olvide del estrés y del frenético ritmo de vida que se suele llevar la mayor parte del año. Ahora bien, ¿sabes que hay un destino español que se considera la Grecia española? Vente con nosotros a descubrir Binibeca Vell, con sus casitas blancas de ensueño y un mar azul turquesa.

Este encantador pueblo de la isla de Menorca es como un trozo de Grecia en el corazón del Mediterráneo occidental. Desde su arquitectura blanca y calles estrechas hasta su paisaje costero, evoca una sensación de familiaridad con las icónicas islas griegas. Esta similitud no es solo una cuestión superficial, ya que también se extiende a su modo de vida con una relajada atmósfera y la interesante historia que se respira en cada rincón de este pueblo menorquín.

Rincones de lo más instagrameables en Menorca

Binibeca Vell se caracteriza por sus casas encaladas con techos de terracota. Las viviendas se entrelazan en callejones serpenteantes que nos dan la sensación de encontrarnos en un pintoresco laberinto que invita a perderse y descubrir pequeños tesoros escondidos en cada esquina. Así, podemos descubrir rincones de lo más instagrameables (si necesitas algunos consejos de experto para sacar las mejores fotos, aquí tienes algo de inspiración), carteles que solicitan silencio (hay que recordar que Binibeca en verano es un destino muy concurrido) o animales callejeros que no tienen miedo a acercarse a cualquier viajero con buenas intenciones.

Descubrir la Grecia española no te va a llevar más de una jornada, ya que el pueblo de Binibeca Vell es pequeñito y se recorre en poco tiempo. Aun así, lo mejor es dejarte seducir por su ambiente relajado y tomarte las cosas con calma. Puedes pasear por sus callescomprar algo en las tiendas que salpican el pueblo (menorquinas, gorros, artesanía y artículos playeros copan la mayoría de escaparates) o acercarte a su centro comercial, un lugar que de comercial tiene poco, ya que está salpicado por cafés, bares y restaurantes en los que disfrutar de un buen cóctel viendo el atardecer (como si estuvieras en Mykonos) o disfrutando de alguna de las especialidades culinarias menorquinas.

El encanto de Binibeca Vell no se limita solo a las pocas calles que conforman el pueblo, sino que se extiende a sus alrededores naturales. Los acantilados escarpados y las aguas cristalinas del mar Mediterráneo ofrecen un telón de fondo impresionante para este pueblo costero que nos traslada a Grecia sin salir de Baleares. 

El viajero que quiera explorar los alrededores no debería dejar de visitar calas cercanas, como Cala Binibèquer o Cala Binibeca, donde se puede nadar en aguas tranquilas y disfrutar del paisaje virgen de la costa menorquina. Eso sí, como consejo que merece la pena tener en cuenta, hay que saber que el coche se hace imprescindible.

Menorca talayótica, Patrimonio Mundial

Si has tomado nota de nuestro consejo y quieres descubrir más sobre la historia de Menorca, debes saber que Binibeca Vell se encuentra cerca de importantes yacimientos arqueológicos, como los talayots de Torre d'en Galmés, que ofrecen una visión fascinante de la antigua civilización talayótica que una vez habitó la isla y que desde el pasado septiembre de 2023 forman parte de la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO.

 La gastronomía local (tanto de Binibeca como de Menorca) también es un aspecto destacado y no deberías dejar de probar exquisiteces como la ensaimada menorquina (ojo, que aquí hacen una de galleta Lotus exquisita), la caldereta de langosta, el queso de Mahón, o su archiconocida coca Bamba, una especie de empanada típica rellena de carne, guisantes, sobrasada y otros ingredientes.

En definitiva, para aquellos que buscan una escapada tranquila y pintoresca que evoca la esencia de las islas griegas, Binibeca Vell es el destino perfecto. Con su arquitectura encantadora, su ambiente relajado y su rica oferta natural, este pueblo menorquín ofrece una experiencia inolvidable para todos los que lo visitan. Ya sea explorando sus laberínticas calles empedradas, disfrutando de las vistas al mar o brindando con una exquisita ‘pomada’ que nada tiene que ver con una crema de uso tópico.