LLUVIA DE ESTRELLAS

Lluvia de estrellas: cómo y cuándo ver las Perseidas este verano de 2023

El pico de este fenómeno tendrá lugar las noches del 12 al 13 de agosto, cuando se podrán observar entre 80 y 200 estrellas fugaces por hor

Un picnic de 5 estrellas para ver la lluvia de Perseidas

Lluvia de Perseidas en el cielo de Monfero (A Coruña), el 11 de agosto pasado.

Lluvia de Perseidas en el cielo de Monfero (A Coruña), el 11 de agosto pasado. / EFE

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Como cada año por estas fechas, la lluvia de estrellas de las Perseidas, también conocidas como lágrimas de San Lorenzo, ilumina los cielos nocturnos de finales de julio y principios de agosto. Este 2023, la esperada lluvia de meteoros de las Perseidas alcanza su punto máximo en la noche del 12 al 13 de agosto, brindando a los observadores del cielo un regalo potencialmente impresionante.

Los meteoros se ven mejor desde el hemisferio norte, y en condiciones ideales sin nubes, los observadores podrían ver hasta 50 por hora. Además, la luna no interferirá, según un comunicado de la Royal Astronomical Society (RAS).

Una lluvia de estrellas sin luna

Este año, el pico debería ser desde la tarde del 12 de agosto hasta la mañana del 13 de agosto (los observadores en la costa oeste de América del Norte y el Océano Pacífico oriental están particularmente bien ubicados). La Luna será una delgada media luna saliendo poco antes de que comience el crepúsculo, por lo que la luz de la luna no interferirá, y hay una ventaja real de estar en un sitio de cielo oscuro lejos de las luces de los pueblos y ciudades.

Por la noche, el radiante está más bajo en el cielo, por lo que se ven menos meteoros. Los que sí aparecen son los 'rozadores de tierra', donde las partículas de escombros entrantes simplemente rozan la parte superior de la atmósfera de la Tierra y pueden dejar largas estelas brillantes. Más tarde en la noche, los números aumentan a medida que el radiante se eleva más alto en el cielo, con la mejor vista probablemente antes de las 02.00 UTC, cuando el cielo comenzará a aclararse antes del amanecer.

¿Por qué se producen?

Las lluvias de estrellas, conocidas popularmente como estrellas fugaces, se producen como consecuencia de la entrada de cuerpos celestes en la atmosfera terrestre. En el caso concreto de las Perseidas, este fenómeno astronómico tiene su origen en los fragmentos del cometa 109P/Swift-Tuttle que, en un determinado momento de su órbita, entran en contacto con la atmósfera terrestre. Un impacto que, visto desde la superficie, genera los característicos destellos de luz de las lágrimas de San Lorenzo.

Cada año, entre finales de julio y mediados de agosto, la Tierra pasa a través de una nube de polvo desprendida por el cometa cuando se acerca al Sol. Los meteoroides de las Perseidas golpean nuestra atmósfera a 210.000 kilómetros por hora, produciendo ese característico espectáculo de luz.

Es por eso por lo que es erróneo hablar de lluvia de estrellas, porque las estrellas no caen. Así que las Perseidas no son sino fragmentos de polvo y roca que se desintegran en la atmosfera terrestre.

La mayoría de los meteoroides desprendidos del Swift-Tuttle son pequeños fragmentos parecidos a un grano de arena. Cuando impactan contra la atmósfera terrestre aumentan su temperatura hasta unos 5.000 grados centígrados en una fracción de segundo, lo que provoca que se desintegren a una altura de unos 100 y 80 kilómetros de altitud. Ese efecto es el que provoca que emitan un destello de luz. Las partículas más grandes, del tamaño de un guisante o incluso mayores, pueden producir unas estelas mucho más brillantes, conocidas con el nombre de bólidos.

Puntos estratégicos

Si bien es cierto que cualquier lugar puede ser bueno para disfrutar de las Perseidas, para aquellos que quieran vivir el fenómeno en todo su esplendor lo más aconsejable es acudir directamente a un observatorio astronómico. En estos lugares, que ya de por sí cuentan con una visibilidad óptima del cielo, durante los días de la lluvia de estrellas se organizan charlas, talleres y otras actividades para observar las lágrimas de San Lorenzo.

Para los amantes de la naturaleza, las reservas naturales también se posicionan como un buen lugar para disfrutar de las Perseidas. Al destacar como sitios apartados de las grandes metrópolis, la ausencia de contaminación lumínica está asegurada. Además, en muchos casos estos parajes naturales cuentan ya de por sí con vistas espectaculares. Por lo que las lágrimas de San Lorenzo tan solo conseguirían coronar el territorio.