MUNDO RURAL

Una ganadería de Zamora sufre un nuevo ataque de buitres

Las aves acaban con la vida de una vaca parturienta y de su ternero, algo que ya ha sucedido cinco veces en dos años en esta explotación

La vaca y el ternero fallecidos en Almaraz de Duero tras el ataque de los buitres.

La vaca y el ternero fallecidos en Almaraz de Duero tras el ataque de los buitres. / Emilio Fraile

A. B.

La ganadería bovina del Ayuntamiento de Almaraz de Duero, en Zamora, ha vuelto a sufrir un ataque de buitres. Las aves carroñeras han acabado con la vida de una vaca parturienta y de su ternero cuando no había terminado de nacer.

Los cuidadores de la explotación extensiva hallaron en la mañana del domingo a la madre y a su cría moribundos y rodeados de estas aves, a varios metros de distancia del lugar donde se encontraba el resto de la cabaña ganadera. Al parecer, las aves carroñeras habrían seguido a la vaca, al percatarse de su situación de vulnerabilidad, para atacarla a picotazos.

La presencia humana ahuyentó a los buitres, que no pudieron culminar su trabajo y comerse a los animales en ese momento, aunque ambos tenían las caras llenas de picotazos, especialmente en la zona de los ojos. Finalmente, madre e hijo murieron como consecuencia de las heridas.

No es la primera vez que la ganadería del Ayuntamiento de Almaraz de Duero sufre el ataque de los buitres. En mayo de 2020 estas aves atacaron cuatro veces diferentes en un periodo de 15 días, provocando la muerte de cuatro terneros recién nacidos y de dos novillas recién paridas, dejando otros animales gravemente heridos.

Aunque los buitres se alimentan principalmente de la carroña de animales que mueren por otras causas, en ocasiones ante la falta de alimento pueden atacar a animales vivos, y los terneros recién nacidos constituyen una presa fácil para estas rapaces.

A pesar de las voces que se empeñan en identificar como bulos todos los ataques del buitre al ganado vivo se han llegado a documentar varios casos de este tipo en Castilla y León, y el pasado mes de noviembre una sentencia del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Zamora condenaba a la Junta de Castilla y León a indemnizar a un ganadero de Almeida de Sayago por la pérdida de una vaca y un ternero como consecuencia de la actuación de estas aves necrófagas.

Igual que en el caso de ayer de Almaraz, en Almeida los buitres habían atacado a una vaca y a su ternero aprovechando la indefensión de la res, que estaba dando a luz. El ganadero llegó a tiempo para espantar a la manada de rapaces pero no para salvar las vidas de la vaca y su ternero. Estos hechos sucedieron en marzo de 2019, dos años y medio antes de que la justicia avalara la versión del ganadero sayagués.

Aunque la Junta de Castilla y León sí indemnizaba a las explotaciones que pierden ganado por el ataque de carnívoros como el lobo –hasta el cambio de estatus del cánido el 22 de septiembre de 2021, cuando dejo de hacerlo–, los ataques de necrófagos no estaban reconocidos y no hay en la comunidad un programa específico para compensar los ataques de los buitres, a pesar de los casos registrados no solo en Zamora, sino también en otras provincias como Salamanca, Ávila o Burgos.

Esta situación contrasta con la de otras autonomías donde los ganaderos sí son indemnizados, sin necesidad de recurrir a la justicia, cuando sufren ataques de los buitres, como por ejemplo en La Rioja, País Vasco, Comunidad de Madrid o Castilla-La Mancha.

Ganadería pública

cuenta en la actualidad con cerca de 200 reses

La historia de la ganadería municipal de Almaraz de Duero arrancó en la primavera de 2014 con novillas de la raza Hereford, famosa por la alta calidad de su carne. El objetivo del ayuntamiento presidido por José Martín era aprovechar los pastos de titularidad municipal, que se estaban estropeando por falta de actividad.

El pastoreo permite mantener limpias las praderas y prevenir incendios, al tiempo que las ventas suponen una fuente de ingresos para el municipio.

En 2019, un brote de tuberculosis obligó a practicar un “vaciado sanitario” sacrificando 330 vacas. Este duro golpe no acabó con la ganadería pública de Almaraz, ya que terminado el periodo de cuarentena el Ayuntamiento pudo adquirir nuevas reses de distintas razas cárnicas de bovino y progresivamente ir retomando la actividad en los pastos del municipio, aunque al poco tiempo ocurrieron los cuatro ataques del buitre, anteriormente mencionados, en mayo de 2020.

Además de contribuir a mantener limpias las praderas y a prevenir incendios, la práctica de la ganadería extensiva produce una carne de alta calidad y contribuye a preservar la calidad de los suelos, conserva y mejora el paisaje, potencia la biodiversidad de especies y contribuye a llevar a cabo un uso razonable del agua. Además, supone conservar un aspecto más de la cultura rural, pues tradicionalmente en Almaraz siempre hubo ganado que pastaba en semilibertad, algo que se va perdiendo poco a poco en todo el mundo rural. Los ataques de la fauna silvestre son otro hándicap que desaniman a los ganaderos a conservar la práctica extensiva, junto al bajo precio que perciben por sus productos en no pocas ocasiones.

La ganadería municipal no está libre de nuevos ataques. En Almaraz comienzan los Arribes del Duero y es abundante la presencia de buitres y de otras aves rapaces en este entorno. El término municipal de Almaraz, y el del pueblo vecino de Villaseco del Pan, están declarados Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) a pesar de no pertenecer al Parque Natural de Arribes del Duero.