ELECCIONES GENERALES

Sánchez blinda a su equipo en las listas del PSOE ante la incertidumbre del resultado del 23J

El presidente tira de su plana mayor para vender la gestión y apunta a una repetición del actual Gobierno si lograra la investidura

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este lunes, en un acto de ElDiario.es.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, este lunes, en un acto de ElDiario.es. / David Castro

Pintan bastos para el PSOE en las elecciones generales pero sería un error dar por acabado a Pedro Sánchez, con las resurrecciones políticas que atesora en su trayectoria. El presidente del Gobierno ha decidido ir al 23J con toda su infantería y que el debate bascule sobre los frutos logrados durante esta legislatura. Casi todos sus ministros van en las candidaturas para hacerles partícipes del éxito o del fracaso electoral. Frente a la toxicidad que ha supuesto la coalición con Podemos, el jefe del Ejecutivo quiere exhibir la cara amable de la gestión socialista.

Si la apuesta le sale, sigue contando con ellos en el caso de poder ser investido, un escenario muy incierto a tenor de la mayoría de encuestas, y si finalmente no logra revalidar su cargo blinda a todos para la labor de la oposición que tendrán por delante. Sánchez, al mismo tiempo, ha diseñado un grupo parlamentario muy afín, sin apenas críticos, ante lo que pueda pasar. A diferencia de Alberto Núñez Feijóo, él encara la cita definitiva de julio sin relevo.

Las candidaturas definitivas no se aprobarán hasta el sábado, día en el que el PSOE celebrará un comité federal que no se prevé excesivamente problemático, pero los nombres más importantes se empezaron a conocer este miércoles. Todos los ministros ocuparán posiciones de salida, salvo la vicepresidenta primera, Nadia Calviño; la titular de Justicia, Pilar Llop, y el de Inclusión Social, José Luis Escrivá, que han rechazado concurrir.

Como siempre desde que alcanzó el liderazgo del PSOE, Sánchez encabezará las listas del partido por Madrid. Detrás de él, en el número dos, estará la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, quien ha ido ganando paulatinamente peso en el Ejecutivo y se ha labrado una reputación en Bruselas como defensora de la política 'verde'. La lucha contra el cambio climático es una de las banderas de Sánchez, y más todavía en esta campaña, ante la posibilidad de que el PP acabe pactando con Vox, cuyas posiciones son abiertamente negacionistas. El presidente ha mostrado siempre una confianza sin reservas en su vicepresidenta, incluso en los enfrentamientos internos que ella ha tenido con otros ministros o presidentes autonómicos socialistas. 

En el número tres estará el titular de Presidencia, Félix Bolaños. En el número cuatro, la responsable de Defensa, Margarita Robles, muy bien valorada entre el electorado moderado, que hace cuatro años apoyó al PSOE y ahora se está marchando al PP. Y en principio José Manuel Albares, de Exteriores, también ocupará un puesto de salida en las planchas madrileñas.

Los cabezas de lista

Salvo en Cataluña, donde Miquel Iceta (Cultura) estará en el número dos por Barcelona y Raquel Sánchez (Transportes) en el tres, dentro de unas listas del PSC que liderará de nuevo la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, el resto de ministros serán cabezas de lista. María Jesús Montero, titular de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE, en Sevilla. Isabel Rodríguez, responsable de Administraciones Públicas y portavoz del Ejecutivo, en Ciudad Real. Fernando Grande-Marlaska (Interior), en Cádiz. Diana Morant (Ciencia), en Valencia, donde el exministro de Transportes, José Luis Ábalos, ostentará el segundo puesto. Héctor Gómez (Industria), en Tenerife. José Miñones (Sanidad), en A Coruña. Pilar Alegría (Educación), en Zaragoza, tras un enfrentamiento con el líder del PSOE aragonés, Javier Lambán, crítico con Sánchez, quien había intentado colocar a un dirigente más cercano. Y por último, en un escalafón inferior del Gobierno, una inclusión muy relevante: Antonio Hernando, actual director general de la Presidencia y miembro del núcleo duro de Sánchez, será el número uno por Almería.

Hernando tendrá que ser cesado en la reunión del Consejo de Ministros del próximo martes y lo mismo sucederá con la directora de la Guardia Civil, Mercedes González, si finalmente como se apunta va en la lista por Madrid.  La ley electoral permite presentarse a los miembros del Gabinete y a los secretarios de Estado pero no a los subsecretario o directores generales. Tanto su inclusión como la de los ministros denota miedo a perder, a no poder seguir en sus puestos tras el 23J. La contraparte es que este grupo parlamentario tendrá dirigentes con mucho más peso político que el actual.

¿Reflexión en el comité federal?

Con la aprobación de las propuestas de los territorios, que este jueves se finiquitará, las listas quedan solo pendientes de la revisión mañana del comité electoral y del comité federal del sábado. Pero la reunión del máximo órgano del PSOE, se celebra en un contexto en que no supone sólo un trámite formal. Los socialistas no han hecho todavía una reflexión interna sobre las razones del batacazo del 28M. Tampoco se han prodigado los análisis públicos. Sobre todo porque con las lágrimas aún de la noche electoral, Sánchez anunció que habría elecciones el 23J unas horas después.

Su movimiento taponó cualquier posibilidad de una autocrítica global o que se generalizara la idea de que se había perdido la Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares, Extremadura, Canarias y La Rioja por el castigo al Ejecutivo central y a la figura del presidente. Es lo que piensan los socialistas de las comunidades en las que se ha perdido el Gobierno. Pero esta valoración ha quedado relegada ante la urgencia de volcarse en las generales.

El comité federal, aunque no se prevé tenso, supone la oportunidad de comprobar si realmente el PSOE quiere o no analizar las causas de la derrota, sobre todo porque acudirán los presidentes autonómicos derrocados. Sánchez ha asumido los resultados "en primera persona" pero resultó significativo que en la reunión del pasado miércoles en el Congreso, donde citó a diputados y senadores 48 horas después de adelantar los comicios, nadie tomó la palabra.

El ambiente en el partido es de pesimismo y no son pocos los cargos territoriales los que auguran que lo que realmente está en juego es dejar el grupo parlamentario en la oposición con más o menos diputados. Pero las sensaciones en Moncloa son totalmente distintas. Allí siguen pensando que los ciudadanos van a reconocer su gestión y que los beneficios de las medidas adoptadas se van a imponer a las dudas sobre qué hará un Gobierno de PP y Vox. Por eso la presencia de ministros en las listas se vende también como un reclamo, aunque eso no contradice que, en caso de perder, todos podrían sobrevivir cuatro años como diputados.