RUGBY: PORTUGAL 33- ESPAÑA 30

España muere en la orilla en Lisboa con bochorno arbitral incluido

España encajó un parcial de (20-0) en contra en veinte minutos pasando del (13-23) a un (33-23), lo que le condenó a perder

El francés Rousselet concedió un ensayo con un jugador luso pisando fuera porque no había TMO para corregirle

Imagen del partido de Rugby entre Portugal y España

Imagen del partido de Rugby entre Portugal y España / Portugal Rugby

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

España no jugará la final del Championship de rugby porque se quedó en la orilla después de nadar durante todo el partido. Un parcial de (20-0) en contra en 22 minutos, desde el 42 al 64, arruinó la gran primera parte de los de Bouza en Lisboa dando la vuelta al tanteador del (13-23) al (33-23). Nos decía el seleccionador español en la previa del torneo que había detectado un margen de mejora en lo físico, y ese diagnóstico inicial se ha refrendado con el desempeño de los suyos en los partidos.

Hay equipo, adiós a los apocalípticos

Pero por encima de todo ha quedado claro que España tiene mimbres, que hay materia prima con la que trabajar y que se destierra de una vez el mensaje apocalíptico que se ha instalado en las redes sociales que sin “los ‘franceses’ no hay Mundial”. Este equipo necesita reforzar posiciones de enorme trascendencia estructural, como la segunda línea, pero más allá de eso, ha quedado claro que estos Leones son competitivos y con trabajo y paciencia pueden conformar un bloque que aspire a ganarse en el campo una plaza para Australia 2027. Sobre todo ahora que habrá 24 participantes.

Ante Portugal partía España con la etiqueta de víctima, pero Pichardie y sus compañeros demostraron que los derbis ibéricos no entienden de favoritismos y que los Leones se crecen cuando tienen delante a los Lobos. Parecía evidente que mientras los de Bouza fuesen capaces de cerrar el campo a las estampidas portuguesas, el partido estaría en su mano. La primera parte fue un ejercicio de superioridad y concentración española, con una defensa seria, sin concesiones. Portugal no encontraba los pasillos y los nuestros llevaban al partido a su terreno para sacar brillo a sus fortalezas. Entre ellas, las apariciones por sorpresa del back three para generar superioridad y rentabilizarlo en el ingoal rival.

Al cuarto de hora fue Bell quien se sumó al despliegue e Iñaki Mateu el que terminó aprovechando esa ventaja para posar el ensayo. Y en la jugada final del primer tiempo una aparición en el espacio de Martiniano Cian, revelación de los Leones en este torneo, permitía a España irse (13-20) al descanso con una sensación de superioridad, sumando en cada llegada a la 22 rival, y combatiendo con seriedad en los puntos de encuentro. La segunda parte comenzó con un golpe con el que Bauti Güemes abrió aún más brecha, pero a partir de ahí los Leones se desfondaron.

Lima pisa fuera del campo antes de lanzarse a ensayar en el Portugal-España de rugby

Lima pisa fuera del campo antes de lanzarse a ensayar en el Portugal-España de rugby / Movistar +

España sufrió la inesperada baja de Joaquín Domínguez en la primera línea por lesión y a Lucas Santamaría se le hizo muy largo el partido en el front row. Desde ahí, comenzó a sufrir físicamente, lo que los lusos aprovecharon para castigar a la defensa visitante y encontrar espacios. A los Leones se les hizo largo el partido, una vez más, y llegaron los ensayos de José Lima (que no debió subir al marcador) y Manuel Cardoso, además de un par de golpes de castigo. España se aferró al duelo y aún logró otro ensayo, por medio de Brice Ferrer en un maul tras touch, pero el tiempo no dio para más. Al final, el (33-30) ofrecía una doble lectura: por un lado, la agria de perder un partido que se tuvo ganado y no se sujetó por falta de físico y experiencia. Esto último es lógico en un equipo joven que comienza a dar sus primeros pasos en el panorama internacional. Por el otro, la conclusión positiva de que hay jugadores para armar un equipo con opciones reales de pelear por estar en el Mundial.

Necesitamos un segunda de peso y presencia en el eje, que convierta nuestra melé en más poderosa y gane la ventaja cargando con la pelota. Y el equipo echa en falta un 10 que se estabilice y ofrezca un valor añadido en la toma de decisiones, el desequilibrio en el mediocampo y un pateo que condicione el juego rival. Sin embargo, más allá de confirmar esto, que ya lo venimos advirtiendo desde hace tiempo, la buena noticia es que el equipo tiene margen de mejora en lo físico, y en eso se trabaja, y que ha implementado una idea de juego que ofrece réditos. Al touch-maul clásico de Miguelón, que ayudó a posar el ensayo final, se suma el desequilibrio que ha mostrado atrás con las apariciones de Bell, de un Carmona que creó y regaló dos ensayos ante Alemania y, sobre todo, de un Cian que se hizo ver en Bélgica, en el Central ante los teutones y en Lisboa.

Bochorno arbitral

Otro asunto a tratar es el tema del arbitraje. Lo ocurrido en Lisboa, de ser otro deporte, habría generado titulares como “atraco”, “escándalo”, “robo” y otros sustantivos de ese grosor. El ensayo de Jose Lima nunca debió subir al marcador, ni por el pase, manifiestamente adelantado que recibió de su 8, ni, sobre todo, porque en el momento de ensayo estaba pisando fuera del campo con el árbitro a tres metros de él. El colegiado, el francés Benoit Rousselet, concedió el ensayo y en esta competición no hay TMO que le pueda corregir. No se entienda esto como un reproche resultadista, si no como una reclamación para elevar el nivel y la formación arbitral, que debe ser más profesional si la idea es acercar a estos países del Tier 2 al primer escalón. Sea Rugby Europe o Wolrd Rugby quien tenga que interceder, no se puede mejorar el nivel de los partidos si los árbitros suponen una rémora para el juego. Y este desafortunadamente lo fue para ambos. Los árbitros son fundamentales en el desarrollo del juego y hay que ofrecerles todas las herramientas e instrumentos para que hagan mejor su trabajo. Y jugar sin TMO a estos niveles resulta una broma de mal gusto. 

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