RUGBY | MUNDIAL FRANCIA 2023

Mundial de rugby (Previa de cuartos) | Francia-Sudáfrica: El día D, la hora H

Los anfitriones, con Dupont en el XV pese a partirse el pómulo, se miden a los vigentes campeones del mundo en uno de los partidos del Mundial

Fabien Galthie, seleccionador de Francia de rugby

Fabien Galthie, seleccionador de Francia de rugby / Anne-Christine Poujoulat/AFP

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

Una sola vez se han cruzado Francia y Sudáfrica en los Mundiales, fue en el 95 y con aquel incidente que la historia obvió tras el brillo de la gesta de Mandela y su gente. Un ensayo no concedido, el reloj regalado por los sudafricanos al árbitro en cuestión... Francia no olvida.

Imagen del precedente entre Francia y Sudáfrica en el mundial de rugby de 1995

Imagen del precedente entre Francia y Sudáfrica en el mundial de rugby de 1995 / AFP

Este domingo los franceses tratarán de cobrarse en plato frío la venganza ante los vigentes campeones del mundo, que puede que arranquen sin poder izar la bandera bokke ni escuchar su himno. La Agencia Mundial Antidopaje ha sancionado a Sudáfrica porque su legislación no se ajusta al Código Mundial y podría empezar el partido con un contratiempo que puede ser un arma emocional en ambos sentidos. 

La estadística desmiente el relato

En lo deportivo el duelo es de dimensiones estelares. Se hablará de champagne galo y de los smash players sudafricanos, pero el relato no hace justicia a la realidad porque esta ambiciosa Francia minimiza los riesgos y mete mucha presión a los rivales, mientras esta Sudáfrica de la 'Bomb Squad' juega todas las pelotas, da igual en la parte del campo que estén. No regalan una pelota y son, exceptuando a Chile, el equipo que menos metros ha ganado con el pie en la primera fase porque utilizan cada balón para cargar. Mientras Sudáfrica recorre de media 502 metros por partido con su pateo, Francia llega a los 1079 entre las patadas a la caja de su medio melé, las tensas de su 10 y coces de su 15. Sudáfrica ataca todo y eso, desde la mentalidad preventiva de Galthié invita a llevar el partido al campo bokke, porque sus delanteros van ganando metros al trote y consumen más tiempo, además de alejar a los francotiradores sudafricanos de los palos franceses. 

Es muy sintomático que los dos vayan a jugar este partido jugando a ser el rival. Los franceses, conscientes de la exigencia física a la que se va a enfrentar, han colocado en el banquillo una fórmula 6+2 para tener 'carne' suficiente que echar en la parrilla sudafricana. Y los Springboks, curiosamente, apostarán esta vez por un 5+3, aparcando el mediático 7+1. Sin embargo, no solo hay que quedarse en la cantidad si no en la calidad, porque los tres que se sentarán en el banquillo son Faf de Klerk, Handré Pollard y Willie Le Roux. Y eso, leyendo entre líneas, ofrece una idea de la batalla que imaginan Nienaber y Erasmus y cómo acabará la misma. El pack titular bokke es el que más caps acumula en la historia de Sudáfrica (623), sin embargo, entre el 9 (Reinach), el 10 (Libbok) y el 15 (Willemse) apenas suman 78. Por tanto, huele a partido a galope tendido desde el arranque con un Cobus que obligará a la defensa francesa a estar atenta en la base del ruck para cerrarle esas puertas que solo ve él. 

Libbok no puede permitirse el lujo de fallar a palos porque su delantera va a tensar las bisagras a los 'gordos' franceses, donde se echa en falta a Julien Marchand. Mauvaka deberá tener cuidado con la entrada de la primera sudafricana, capaz de destrozar a los irlandeses, y Atonio va a tener que ir más abajo de lo habitual o lo sacarán por arriba. Vermeullen, que sale a escena con Kolisi y Du Toit, dará trabajo al back five galo, que presenta mucho desequilibrio con Alldritt y Ollivon ganando una ventaja que optimiza al apoyo... Antoine Dupont. El 9 arriesga y llegará con la cara partida para llevar a los suyos a semifinales ante el reto más exigente. El partido promete ser largo, o así lo esperan los sudafricanos que sacarán a sus mariscales de campo en el segundo asalto de este rubgy que se juega con 23. 

Por fuera Kolbe y Arendse, que entra por el lesionado Mapimpi, van a tener trabajo arriba, con la presión en las patadas, y abajo, con las llegadas de dos killers: el 'niño' Bielle-Biarrey y el clínico Penaud. En el mediocampo Danty y Fickou se las verán con una de las parejas de centros más pétrea del Mundial, De Allende y Kriel. En realidad se podría decir exactamente lo mismo en el sentido inverso en estas dos líneas de tres cuartos. 

Antoine Dupont y Fabien Galthie, en rueda de prensa del Mundial de rugby d

Antoine Dupont y Fabien Galthie, en rueda de prensa del Mundial de rugby d / Anne-Christine Poujoulat/AFP

Champagne sudafricano y sartenazos franceses

Insisto en que el relato dice que el juego lo ponen los franceses y el físico los sudafricanos. Pero la nómina de titulares y banquillos dice justo lo contrario. Por tanto, el partido puede romper por cualquier lado y nada debería sorprendernos. Desde disfrutar del champagne sudafricano a relamernos con los sartenazos franceses. Sea como fuere, ver a Faf, Handré y Willie acabando el partido no será una casualidad. Es mucho más que un cuarto de final, por los matices, los detalles, la estrategia, las decisiones...  

Posdata: Galthié y los entrenadores bokkes (Jacques y Rassie) convivieron dos semanas cuando el primero dejó Toulon y los segundos estaban en Munster. Fabien viajó a Irlanda a estudiar su trabajo y terminó jugando al fútbol con Nienaber. Se conocen bien, se procesan una admiración recíproca y mantienen una relación cordial. Y quizás sea eso lo que explique esas maniobras en las alineaciones y las convocatorias.