RUGBY

Mundial de Rugby | Francia respira aliviada y Nueva Zelanda pierde su aura

Los galos provocan la primera derrota en una fase de grupos del Mundial de Nueva Zelanda (27-13) en un partido sobrio y denso en el que tuvieron más paciencia

Penaud se lanza para sumar el primer ensayo francés ante Nueva Zelanda

Penaud se lanza para sumar el primer ensayo francés ante Nueva Zelanda / EFE/EPA/MOHAMMED BADRA

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

Ocurrió varias veces durante el partido y será una constante en este Mundial. Con la jugada parada, varios jugadores franceses se reunieron y respiraron has tres veces de forma profunda y coordinada. La idea era aislarse del contexto de juego, fuese bueno o malo, y reconectarse al partido con las pulsaciones más bajas. La maniobra le salió bien a los de Faben Galthie, que mantuvieron la cabeza fría y supieron jugar la partida de ajedrez que le propuso Nueva Zelanda en este partido inaugural cargado de emotividad y tensión para los bleus, en esta ocasión ‘blancos’ porque los kiwis ganaron el sorteo y decidieron vestir como locales con la camiseta negra y utilizar el vestuario local. Ajustaban así una cuenta pendiente desde 2007.

Pitada a Macron

El partido arrancó con una sonora pitada del público a Emmanuel Macron, quien ha conjurado a su selección para aglutinar al país en torno a su selección oval estos dos meses. Y esa pitada podría haber sido dirigida a los entrenadores y a los jugadores, que ofrecieron un partido plomizo y denso difícil de digerir. Nueva Zelanda quiso llevar el encuentro a campo francés, esperando que la presión y el ambiente pesasen en el ánimo galo y cometiesen algunos errores. Pero Galthie lo dejó claro desde el inicio, patadas a campo rival para si no tenían la posesión al menos discutir la territorialidad. Se jugaría donde ellos querían.

A los dos minutos una patada cruzada fue recogida por Telea para apoyar el primer ensayo. Poco después Marchand se retiraba lesionado y entraba Mauvaka. Las malas noticias se acumulaban para el XV del gallo. Galthie pedía cabeza y sus jugadores se abstraían respirando en grupo cada vez que podían. Y a fuerza de patadas a campo rival y cazar en grupo en delantera comenzaron a equilibrar el choque forzando las indisciplinas de los All Blacks y rentabilizando los golpes. Con Dupont vigilado por la escalonada defensa neozelandesa, Thomas Ramos ganaba protagonismo en los locales.

Al descanso se llegaba con Francia liderando el partido (9-8) gracias a los golpes de Ramos y a la mala lectura de juego de los medios kiwis, donde ni Aaron Smith ni Mounga encontraban el ritmo adecuado mientras Barrett se limitaba a rescatar patadas sin éxito y los centros oceánicos no aparecían. Otro ensayo de Telea a los dos minutos de la reanudación volvía a incomodar a una Francia que no terminaba de soltarse.

Una melé del partido entre Nueva Zelanda y Francia

Una melé del partido entre Nueva Zelanda y Francia / EFE/EPA/MOHAMMED BADRA

Ensayo de Penaud y Ramos, al fondo

Pero en la segunda parte los franceses dieron un paso adelante y comenzaron a madurar más las jugadas con la pelota en las manos. El campo se hacía más profundo en sus ataques y más ancho de defender para los neozelandeses, que veían como Penaud ensayaba en el minuto 55 liberando con ello toneladas de presión y nervios. Una jugada con un movimiento majestuoso de Jalibert, que regaló el ensayo al ala y se reivindicó como 10 titular ante la ausencia del lesionado Ntamack. Volvían a respirar en grupo, volvían a mover la almendra. A partir de esa jugada Francia no dejó de crecer y Nueva Zelanda fue menguando convertida en una selección previsible y plana que no era capaz de leer el juego que pedía el partido, precisamente su arma más poderosa: la comprensión de juego.

Ramos seguía creciendo desde el fondo de la cueva y el partido ya caminaba hacia el triunfo galo cuando una patada a la caja de Dupont botó dentro de los cinco metros kiwis y el capricho del destino dejó la pelota colgada en el aire, donde Mounga quedó suspendido viendo cómo Jaminet entraba como un tren de mercancías para cazar la bola y posar el ensayo final.

El 27-13 final no tiene trascendencia real de cara al Mundial, más allá de las sombras que arroja sobre el deficiente desempeño de los All Blacks, a quienes nadie da por muertos aún. Pero esta derrota supone la primera en la fase de grupos de un Mundial de Nueva Zelanda, un equipo que ha perdido su aura y ahora debe trabajar más los partidos ofreciendo su mejor versión si quiere seguir con vida en esta Copa del Mundo.

Francia, por su parte, se saca un peso de encima con este triunfo que le permite mantener el relato de su favoritismo en este Mundial. Galthie sonrió al final y Macron estaba eufórico. Y los jugadores del gallo se reunieron por última vez en el centro del campo al acabar el choque, inhalaron y exhalaron tres veces juntos y celebraron la victoria con alivio. 

FICHA TÉCNICA

FRANCIA (9+18): Wardi, Marchand, Atonio, Woki, Flament, Cros, Ollivon, Alldritt, Dupont, Jalibert, Villiere, Moefana, Fickou, Penaud y Ramos -También jugaron- Mauvaka, Gros, Aldegheri, Taofifenua, Boudehent, Lucu, Vincent y Jaminet

Ensayos: Penaud (55')

Conversiones: Ramos (56')

Golpes de castigo: Ramos (5', 20', 29', 65', 74')

NUEVA ZELANDA (8+5): De Groot, Taylor, Laulala, Whitelock, S. Barrett, Papali'i, Cane, Savea, Smith, Mo'unga, Telea, Lienert-Brown, Ioane, Jordan y B. Barrett -También jugaron- Taukei'aho, Tuungafasi, Newell, Vaa'i, Jacobson, Christie, Havili y Fainga'anuku

Ensayos: Telea (2', 42')

Golpes de castigo: Mo'unga (25')

Estadio: Saint Denis, París. Lleno. 

Árbitro: Jaco Peyper, sudafricano.