TENIS | ABIERTO DE CHINA

El tenis ha vuelto a China dos años después… sin rastro de Peng Shuai

El veto de los estamentos del tenis al país asiático ha finalizado a pesar de que no se ha vuelto a ver en público a la jugadora desde que en noviembre de 2021 denunció haber sido víctima de abuso sexual del entonces viceprimer ministro

Peng Shuai

Peng Shuai / DAMIR SAGOLJ (REUTERS)

Daniel Gómez Alonso

Daniel Gómez Alonso

Reúne estos días Pekín a las mejores raquetas del mundo, a excepción de Novak Djokovic. Juega por primera vez en su carrera Carlos Alcaraz en China, Aryna Sabalenka estrena su condición de número uno, Coco Gauff llega asentada como la nueva estrella del circuito femenino... Mientras el paradero de Peng Shuai (37 años) sigue siendo un misterio, el tenis ha regresado al gigante asiático prácticamente como si nada hubiera pasado. Como prometió, hace no tanto, que no haría.

Han pasado ya casi dos años desde que la campeona de Roland Garros y Wimbledon en el circuito de dobles utilizó Weibo, el Facebook chino, para acusar de abuso sexual a Zhang Gaoli, entonces vice primer ministro del país asiático, líder del Partido Comunista y cuarenta años mayor que ella, y desde entonces nunca más se le ha vuelto a ver en público.

Aunque el mensaje de Shuai desapareció apenas pasados unos minutos de su publicación, el 2 de noviembre de 2021, y el país asiático se encargó de cortar de raíz cualquier debate en sus medios de comunicación y redes sociales, el caso ya había estallado en el resto del mundo, generando una ola de indignación que llevó a pronunciarse públicamente a casi todo el circuito, incluídos grandes referentes como Rafael Nadal o Roger Federer.

Ante la repercusión mediática del caso, la Federación Internacional de Tenis (ITF) reaccionó retirando todos los torneos chinos del calendario hasta obtener las garantías suficientes de que la tenista estaba en libertad. O eso se dijo en aquel momento, porque ya en 2023 (casi) nadie sabe nada de Shuai, pero el tenis ha vuelto a China haciendo de tripas corazón.

Una videoconferencia con Thomas Bach, presidente del Comité Olímpico Internacional, y una entrevista con L'Equipe pactada con el Gobierno chino, con traductor oficial de intermediario, en la que la tenista habló de un "malentendido" y negó haber acusado a Zhang Gaoli de agresión sexual han sido las únicas noticias de Shuai en este tiempo. Sin embargo, Steve Simon, director del circuito femenino, aseguró el pasado mayo que "sabemos donde está y está a salvo", en unas vagas explicaciones que chocaban, en parte, con el comunicado que posteriormente lanzó su organización.

Un hombre lee el periódico L'Equipe con la portada de Peng Shuai.

Un hombre lee el periódico L'Equipe con la portada de Peng Shuai. / REUTERS

“Después de 16 meses con la competición suspendida en China, la situación no ha mostrado signos de cambio. Hemos llegado a la conclusión de que nunca lograremos esos objetivos por completo y que, mientras tanto, son nuestras jugadoras y torneos los que pagan un precio desmedido por sus esfuerzos”, argumentó la WTA el pasado abril para justificar una decisión marcada, como casi siempre, por el dinero.

Porque el regreso de China a la gira asiática es vital en el aspecto económico, en especial para un circuito femenino cada vez más en desventaja con respecto al masculino y que tenía su gran caladero en el gigante asiático, con hasta nueve torneos y una bolsa de más de 30 millones en premios cada año.

China, vital para el circuito femenino

Allí había llegado a acuerdos históricos como el contrato que unía por diez años a la ciudad de Shenzhen con las WTA Finals, el torneo de maestras, por un montante de 150 millones de dólares y que contemplaba un premio para la ganadora de cada edición de cinco millones, el mayor de la historia del tenis. Pero el estallido de la pandemia del covid, primero, y del caso de Peng Shuai, después, solo permitieron celebrar la primera edición, la de 2018, que se llevó Asleigh Barty. El resto, se perdieron por el camino y el torneo que reúne a las ocho mejores jugadoras de cada año se marchó a Guadalajara y Cancún (México).

Unos aficionados durante el Open de Australia con camisetas de Peng Shuai

Unos aficionados durante el Open de Australia con camisetas de Peng Shuai / DAVE HUNT (REUTERS)

Ahora, la caravana del tenis ha desembarcado en China tratando de aparentar normalidad, e intentando pasar de refilón por un asunto al que sus organismos tratan de dar el mínimo vuelo porsible. Tras la celebración de dos torneos menores del circuito masculino (el ATP 250 de Chengdu y el ATP 250 de Zhuhai), estos días se está disputando simultáneamente en ambos circuitos el Open de China, con sede en Pekín, la misma ciudad en la que, se supone, está Shuai.

"Hemos recibido garantías de que las jugadoras y el personal de la WTA que operan en China estarán seguras y protegidas mientras estén en el país. Nos tomamos en serio este compromiso y responsabilizará a todas las partes", defendió por su parte de la WTA, acusada desde ciertos sectores de que su postura de fuerza ha coincidido sólo con el periodo post-covid, en el que apenas se celebraron eventos deportivos en el país asiático.

"Hay todavía muchas preguntas que resolver", reconoció a su llegada a Pekín Coco Gauff, dejando claro que a pesar de que las intituciones que rigen el tenis se hayan resignado a aceptar su posición frente al poder de China, los enigmas alrededor de la figura de Shuai continúan e inquietan a los jugadores.

Alcaraz se enfrenta en octavos a Musetti

Carlos Alcaraz, número dos del mundo, inició su camino Abierto de China con una cómoda victoria frente al alemán Yannick Hanfmann por 6-4 y 6-3 y avanzó a los octavos de final del torneo, comenzando a sumar parte de los 1.500 puntos que necesita recuperar a Novak Djokovic, actual número uno del ranking mundial, para acabar en lo más alto de la tabla a finales de año. Este domingo se verá las caras con el italiano Lorenzo Musetti (no antes de las 9.00; Movistar) en la lucha por un puesto en cuartos.