SELECCIÓN | ESPAÑA - CHIPRE (M, 20:45)

El día que un policía de Chipre hizo caer a Clemente en "la mayor humillación del fútbol español"

Hace 25 años, la selección sufrió una vergonzosa derrota ante un equipo de aficionados (3-2) que supuso el fin del seleccionador vasco

Georgiou, policía y técnico de Chipre, próximo rival de España, espió a la selección desde una oficina contigua al campo de entrenamiento

No habrá paz para Luis de la Fuente: "Ni una rueda de prensa tranquila"

Javier Clemente, durante el partido de clasificación para la Euro 2000 contra Chipre.

Javier Clemente, durante el partido de clasificación para la Euro 2000 contra Chipre. / TAKIS IOANNIDES / EFE

Denís Iglesias

Denís Iglesias

Hace 25 años -en concreto el 10 de septiembre de 1998- se ponía fin a la etapa de Javier Clemente como seleccionador español. Seis intensos años que terminaron tras la deshonrosa derrota ante Chipre (3-2) en la fase de clasificación para la Eurocopa 2000. El mismo rival al que este martes se enfrenta el combinado de Luis de la Fuente (20:45, en el Nuevo Los Cármenes de Granada). Distintos protagonistas y otra época, pero con la misma electricidad que recorre la siempre difícil silla de entrenador.

Sea cual sea el contexto -actualmente el caso Rubiales-, la vida del técnico nacional es convulsa en el llamado "equipo de todos". Efectivamente, todos querían y quieren opinar sobre lo que sucede con la selección española, que entre 1992 y 1998 vivió una etapa convulsa, con un Clemente que no dejaba indiferente a nadie y un contexto de guerra mediática entre Ser y Cope, o lo que es lo mismo, entre José Ramón de la Morena y José María García. Así se refleja en una microserie de 'Informe Plus+' que narra con protagonistas como Hierro, Alkorta, Luis Enrique, Zubizarreta, Julio Salinas, Sergi Barjuán o Miguel Ángel Nadal lo acontecido en aquel periodo.

El "acuerdo bilateral" entre Clemente y Villar

Y, por supuesto, Clemente pone voz y sentimiento a todo lo vivido. "No he fracasado, estos seis años han sido la leche. Yo no hubiera dimitido, pero por encima de mí están mis jugadores y el equipo nacional. Hemos llegado a un acuerdo -con la Federación de Villar- para rescindir el contrato bilateralmente, así que ni me han cesado ni he dimitido". Así se despedía el técnico vasco en rueda de prensa ese 10 de septiembre de 1998 en el que lanzaba un último recado a la prensa: "No os he tenido miedo nunca. No merecéis que yo os tenga miedo".

El 3-2 en Chipre, el primero partido de la fase de clasificación para la Euro 2000, fue la gota que colmó un vaso que se había llenado durante los diferentes torneos. La España de Clemente cayó en cuartos del ante Italia en el Mundial de EEUU 1994, cuando se produjo el famoso y desgraciado codazo de Tassotti a Luis Enrique. En la Eurocopa 1996 perecieron ante la anfitriona Inglaterra en la misma ronda, desde el punto de penalti. En Francia 1998, el combinado nacional ni siquiera alcanzó las eliminatorias después del fatídico gol de Nigeria que Zubizarreta se mete en propia meta.

La selección de Clemente era la única que convivía con la prensa en el hotel de concentración. "Los periodistas tienen que estar con el equipo", defiende el exseleccionador en el documental. Los jugadores estaban incómodos, pero su adhesión con Clemente, incluso 25 años después, es total. Se situaban en la parte trasera de la sala donde se comparecía y esperaban atentos al combate dialéctico que se mantenía. En algún momento pasó a lo físico, cuando el técnico vasco le dio un puñetazo a Jesús Gallego, de la Cadena Ser.

Portadas de los periódicos españoles tras la derrota de la España de Clemente contra Chipre.

Portadas de los periódicos españoles tras la derrota de la España de Clemente contra Chipre. / PI

"A Clemente ya no le apoya ni la Cope"

El 'grupo', como denominaba Clemente a 'Prisa', era su enemigo declarado. Una enemistad alimentada y avivada por la guerra radiofónica que mantenían De la Morena y 'Supergarcía'. "Ya no le apoya ni la Cope", rezaba uno de los titulares posteriores a la humillante derrota contra Chipre, donde todos los medios, sin excepción, pidieron su cabeza. Incluso el líder deportivo de la Cope, con el que el seleccionador había mantenido una buena relación.

El terremoto de aquel 3-2 fue tal que llevó al pronunciamiento de cargos públicos como Esperanza Aguirre, ministra de Educación y Cultura entre 1996 y 1999. "Los españoles tienen una enorme decepción y desilusión. Se necesita una luz al final de un túnel que viene desde el Mundial", aseguraba sobre un episodio que cobra una nueva dimensión con el documental, porque se arrojan detalles inéditos. El más importante lo desvela Michalis Gavrielides, periodista que ha cubierto durante tres décadas a la selección de Chipre. "Pienso que 25 años después, Clemente me perdonará contarlo", comienza su testimonio.

El policía que espió el entrenamiento de Clemente

El entrenador español decidió no hacer el entrenamiento en Lárnaca, donde iba a disputarse el encuentro, y optó por prepararlo en la capital, Nicosia. "Creo que fue un error de mi querido Javier Clemente", afirma en el reportaje Panikos Georgiou, seleccionador de Chipre por aquel entonces, quien llamó a Gavrielides. España iba a preparar el partido en un estadio que se veía perfectamente desde la oficina del periodista. Esta era una sesión cerrada para la prensa, pero el rival de España encontró una fisura para el espionaje perfecto. Como paradoja, Georgiou era policía, responsable de uno de los servicios de inmigración del país. Aquello le pareció como estar dentro de una misión.

El entrenamiento a puerta cerrada de Nicosia que espió Panikos Georgious para derrotar a España.

El entrenamiento a puerta cerrada de Nicosia que espió Panikos Georgious para derrotar a España. / TAKIS IOANNIDES / EFE

Desde una ventana, con una visión completa delo que sucedía, Georgiou tomó nota del planteamiento. "Es igual, me da igual", dice Clemente al ser preguntado por una estrategia que, por supuesto, desconocía hasta la realización del documental. "Yo creía mucho en mi equipo y en mis jugadores. Cuando vi cómo tenía pensado jugar España, empecé a ser más optimista todavía", recuerda el entrenador chipriota. En Lárnaca se culminó la tragedia.

"A Clemente le dijeron siempre que era muy defensivo... Y aquel día jugamos, ¿tres defensas? Todos los demás para arriba", rememora Santiago Cañizares, portero en aquella fatídica noche. Estas páginas negras solo se pueden escribir desde lo imprevisible, como se plasmó a la perfección en el primer gol de Chipre, obra de Engomitis, con una vaselina perfecta. "¿¡Pero este qué es!? Este tipo chuta cien veces sin nadie en la portería y no marca gol", cuenta Luis Enrique.

Cañizares: "Me comí los tres goles de Chipre"

"Fue un gol muy bonito. Si veis cómo lo celebré, queda claro que no me lo creía", rememora el propio Engomitis. Al poco Gogic hizo el 2-0 con un cabezazo por la escuadra. Spoljaric firmaría el tercero después de que Raúl recortase diferencias y Morientes hizo el definitivo 3-2. "Pues sí, me los comí los tres", admite 25 años después Cañizares. Pero aquella no fue una derrota individual, resultó el derrumbe de una era que Clemente nunca quiso cerrar y que se rebeló hasta el innovador "acuerdo bilateral".

Como si de una guerra se tratase. El final a seis años de continua combustión que, pese a todo lo vivido desde entonces, todavía resuenan en el imaginario de un equipo nacional que nunca ha sido fácil de dirigir. Donde la autoridad, más allá de los resultados, es clave. "Pero sabes qué, si mañana me dicen que hay un torneo de veteranos, me llevo a los mismos", cierra Clemente. Genio, figura y todavía hoy, líder espiritual de una promoción que sigue dando la cara por él.

Luis Enrique controla un balón en Lárnaca durante el fatídico España - Chipre de 1998.

Luis Enrique controla un balón en Lárnaca durante el fatídico España - Chipre de 1998. / TAKIS IOANNIDES / EFE