"EL TRABAJO YA ESTÁ HECHO"

Retrato del segundo triplete de Guardiola: la temporada perfecta del City

"El Barça es el Barça, pero aquí me han tratado como un hijo", argumentó el técnico de Santpedor

Guardiola posa con su tercera Champions, la primera del City, tras derrotar al Inter en Estambul.

Guardiola posa con su tercera Champions, la primera del City, tras derrotar al Inter en Estambul. / Molly Darlington / REUTERS

Marcos López

"El trabajo ya está hecho. Esta Champions da sentido a las cinco Premiers y a todos los títulos que hemos ganado aquí. El Barça es el Barça, pero aquí me han tratado como un hijo", argumentó Pep Guardiola, tras derrotar al Inter (1-0) y erigirse en el técnico más influyente en la historia contemporánea del fútbol. Es el único que tiene dos tripletes. Uno con el Barça (2009), otro con el City (2023).

El destino: "Estaba escrito en las estrellas"

Al final, "este puto torneo", como dijo Guardiola, disculpándose de inmediato por el lenguaje grosero utilizado, se decidió por detalles. No fue la mejor versión del City, atrapado en la telaraña táctica que le tejió el Inter. Enredado, además, el conjunto inglés al punto de que se sentía atenazado por la presión por lo que la pelota, que suele volar, fluía lenta y temerosa. Al final, besó la Champions.

¿Por qué? "Estaba escrito en las estrellas", proclamó el técnico citizen. "¿Revancha para mí? No. ¿Qué cambia? ¿Soy más sabio ahora? ¿Soy mejor ahora?", se iba interpelando a sí mismo Guardiola. "¿Qué hubiera pasado si Ederson no salva ese balón? Dirían de nuevo que soy malo. Es así", certificó el entrenador.

Guardiola se enfada durante la final de Champions con el Inter en Estambul.

Guardiola se enfada durante la final de Champions con el Inter en Estambul.

"No se trata de ganar la Champions, se trata de estar siempre ahí. No queremos ganar la Champions y después desaparecer. Queremos estar siete, ocho años… Y así, alguna vez la ganas", certificó el técnico. Y la ganó en Estambul tras perderla hace dos años en Oporto.

La arenga: "¡Somos un equipo ‘happy flower!", gritó en enero

Andaba el City segundo en la Premier, incapaz de mirar a los ojos de un desatado Arsenal. Guardiola intuyó el peligro. No solo estaba en juego defender la corona liguera sino, tal vez, toda la temporada. Entonces, alzó la voz. Habló a la prensa, pero, en realidad, tal si fuera Cruyff, se estaba dirigiendo a sus jugadores, a los que veía acomodados, instalados en la pereza que proporciona el éxito.

"Nos falta pasión, nos falta energía", exclamó el técnico apelando a recuperar el fuego perdido. Y no solo en el vestuario. "Quiero una reacción del club, de toda la organización. Quiero que la afición nos exija y nos presiona. ¡Que nos grite más!", recalcó Guardiola, poco antes de lanzar un último mensaje. ¿A quién iba dirigido? A todos.

"¡Somos un equipo 'happy flower'! Si jugamos de esa manera, nos van a destruir". Y eso que el City había ganado al Tottenham de Antonio Conte (4-2). Desde entonces, llamas de pasión y buen juego empujaron al equipo de Guardiola hacia el trébol. 31 partidos jugó el equipo inglés desde el desesperado grito del técnico.

Logró 24 victorias en una reacción descomunal en la que cedió cinco empates y solo perdió dos partidos - precisamente contra el Tottenham en Londres (1-0) y la intrascendente caída con el Brentford (1-0) -, previo a dos finales ganadas en una semana: la FA Cup al United (2-1) y la Champions al Inter (1-0).

Stones celebra la victoria sobre el Inter que le da la Champions al Manchester City.

Stones celebra la victoria sobre el Inter que le da la Champions al Manchester City. / DPA

La táctica: "¿El cambio? Jugar con cuatro centrales"

Abandera Guardiola con fanatismo el juego ofensivo, retorciendo a diario su plan táctico para hallar nuevas rutas de cara al gol. Con Haaland (53 partidos, 52 tantos) había simplificado ese camino. ¿Dónde radica, sin embargo, el gran cambio del City? No está arriba sino atrás.

"Jugar con cuatro centrales. Somos mucho más sólidos en el área", relató el técnico a preguntas de Thierry Henry en el plató televisivo que instaló la CBS en el césped del Estadio Olímpico de Estambul.

Citó el técnico orgulloso los nombres de Stones (lateral en aspecto defensivo y medio centro en el inicio del juego de ataque), Akanji, Ruben Dias y Aké. Ni un solo lateral. ¿Para qué? Endureció Guardiola el rostro del City hasta transformarlo por completo.

Solo ha recibido cinco goles en 13 jornadas de Champions, donde no ha perdido ni un solo partido firmando ocho triunfos y cediendo cinco empates.

Ederson, solo, Aké y Akanji, arrodillados de felicidad; Bellanova, de tristeza.

Ederson, solo, Aké y Akanji, arrodillados de felicidad; Bellanova, de tristeza.

Ha sido, ¡quién lo iba a decir!, un equipo maduro y camaleónico, prudente en el Bernabéu, desatado luego en el Etihad, astuto en la interpretación del juego. En ocho de esos 13 partidos ha mantenido la portería a cero, firmando unas eliminatorias impecables en el aspecto defensivo.

La fórmula Stones+Akanji+Ruben Dias+Aké endureció el rostro del City y le dio solidez y jerarquía atrás

En octavos de final, el City endosó un parcial de 8-1 al Leipzig; en cuartos, 4-1 al Bayern Múnich; en semifinales, 5-1 al Madrid, al que desposeyó de su corona europea provocando que la revolución que tenía prevista Florentino Pérez se adelantara.

O sea, si se incluye la final, Ederson solo ha recibido tres goles en los siete encuentros decisivos del torneo, lo que avala el cambio de piel que ha inyectado Guardiola. El Inter tiró el doble (14 disparos) que el City (7). Y más los italianos a puerta (6) que los ingleses (4), pertrechados por la banda de los cuatro centrales, la red de seguridad del técnico.

La filosofía: "La Champions destruye proyectos; aquí, no. Gracias, Txiki; gracias, Soriano"

Sin que nadie le preguntara halló Guardiola una rápida conexión con la primera y única Copa de Europa que ganó como jugador del Barça. Era en 1992, el inicio del ‘Dream Team’. "En las finales juegas con mucha presión, excepto Koeman, que jugó como si estuviera en su jardín", certificó el técnico del City, quien halló también puntos de conexión con el origen de la época gloriosa del Barça.

Era también un equipo italiano. La Sampdoria, en mayo del 92; el Inter, en junio del 2023. Y Rodri, un medio centro, la posición a la que Guardiola dio una nueva dimensión, quedó transformado en el héroe de Estambul. "Me recordó mucho aquella final de Wembley, con esa sensación de masticar un chicle que no se acaba nunca", confesó el técnico, quien está perfectamente conectado con la ideología azulgrana que gobierna Manchester.

Soriano, CEO del City, Khaldoon Al Mubarak, presidente del club inglés, Guardiola, técnico, y Txiki, director deportivo.

Soriano, CEO del City, Khaldoon Al Mubarak, presidente del club inglés, Guardiola, técnico, y Txiki, director deportivo. / REUTERS

Allí anida, por ejemplo, desde 2012 Txiki Begiristain, autor de dos proyectos de Barça campeones (primero con Rijkaard en París-2006 y luego con Guardiola en Roma 2009). Y el técnico catalán está en Inglaterra porque antes fue el director deportivo vasco.

"La Champions destruye proyectos. En otro club me habrían echado fuera y aquí me han aguantado”, argumentó Guardiola elogiando la paciencia y calma que le han transmitido tanto Txiki Begiristain como Ferran Soriano, el CEO del City Football Group.

"En otro club me habrían echado, aquí me han aguantado"

Pep Guardiola

— Entrenador del Manchester City

Si él sigue en Manchester (renovó por dos años más por lo que estaría, de momento, hasta nueve) es por el ecosistema que le proporciona Txiki, Soriano y Khaldoon Al Mubarak, el presidente que tutela la inversión desde Abu Dabi. En el Camp Nou apenas estuvo Guardiola cuatro años. En Manchester, y "con el trabajo ya hecho" y un trébol en la mano, iniciará dentro de un mes su octava temporada.

Antes de empezar la final, Guardiola recibió un mensaje de Sir Alex Ferguson, el único dueño del trébol en Inglaterra. Lo logró en 1999 con el United. Ahora Guardiola ya está a su lado. Un Guardiola igual de emocionado, acabada la final, al rememorar sus orígenes. "Hace 14 años del triplete con el Barça. El 14 era el número de Johan Cruyff. Señal de que nos tocaba". Y tocó.