CLUBES-ESTADO EN EL FÚTBOL

City Football Group, un proyecto ‘made in BCN’, capital árabe y ambición global

El grupo en torno al Manchester City, en el ojo del huracán tras captar más de 1.000 millones de Abu Dabi, lo lideran Ferran Soriano y varios ejecutivos catalanes. El valor del ‘holding’ ya supera los 4.000 millones de euros

El Manchester City, apuros

El Manchester City, apuros

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Marc Menchén

"Estoy seguro de que de aquí a cien años el Manchester City existirá. Pero ¿seguirá entonces existiendo Google?". Esta reflexión corresponde a Ferran Soriano, el hombre que en diez años ha convertido un club que ni siquiera formaba parte del Big Six de la Premier League en una superpotencia europea. Su ambición es la de continuar alimentando la marca 'citizen' construyendo el primer gran holding futbolístico global, aunque hoy su mayor preocupación probablemente es la nueva investigación iniciada por la competición británica ante el posible quebranto de un centenar de normas por el camino. Y es que el ascenso al olimpo del fútbol se ha hecho gracias a una inyección de 1.012 millones de libras desde que Abu Dabi tomó el control del club en 2008.

El City fue el primer caso de lo que la industria del fútbol ha denominado ‘clubes-Estado’ -después llegaría el PSG y ahora el Newcastle-, los cuales se considera que han distorsionado e inflacionado la industria. Durante quince años, los reguladores aceptaron que el club que hoy entrena Pep Guardiola acumulase unas pérdidas de 747 millones de libras con tal de construir plantillas a las que no podrían aspirar con su volumen real de ingresos, según la información depositada en el Registro Mercantil de Reino Unido.

Y esa es la crítica de buena parte del sector, dividido entre quienes critican las formas y quienes alaban el proyecto con un claro sello 'made in' Barcelona. Ferran Soriano salió de la junta directiva del Barça en 2008 y no pudo postularse como candidato en las elecciones de 2010 porque no se lo permitieron. El ejecutivo fue el elegido por un grupo de empresarios catalanes para presidir Spanair en 2009 y no vieron con buenos ojos que pudiese compaginar ambas actividades. La historia cambiaría en 2012.

El 30 de enero de ese año la aerolínea acabó presentando concurso de acreedores y una semana antes ya se especulaba con el posible salto de Soriano al City. Tras fracasar el intento de venta de Spanair a Qatar Airways por los riesgos que implicaba la operación, la Generalitat dejó caer la compañía y el ejecutivo era libre para volver al mundo del balón. Y así sería en agosto de 2012, con un traspaso que -como pasa en otras ocasiones con los técnicos- supuso la llegada de Soriano y numerosos ejecutivos que lo habían acompañado en el intento de construir una compañía de aviación que rivalizara con Iberia.

El exvicepresidente del Barça cogió la carpeta de ideas que le habría gustado aplicar en el Camp Nou y se llevó con él a su equipo de confianza. Jorge Chumillas dejó la dirección financiera de Spanair -antes pasó por Puig- para asumir la misma responsabilidad en el Manchester City en enero de 2013, mientras que Nuria Tarré pasaría primero por Grandvalira para en 2015 reencontrarse con sus excompañeros como directora de marketing. Del Barça reclutaría a Omar Berrada, quien llegó como responsable de negocio internacional y hoy ya es el director de operaciones del grupo, y ya en 2019 incorporó oficialmente a Esteve Calzada como director comercial, tras varios años asesorando externamente. En la parcela deportiva, antes de la llegada de Pep Guardiola, la dirección de fútbol recae en Txiki Begiristain tras su paso por el Barça y toda la red de scouting en Latinoamérica la supervisa Joan Patsy.

Influencia blaugrana

Esta influencia blaugrana se ha notado con creces en la definición de la identidad futbolística del Manchester City, pero también ha quedado clara en la aplicación de ideas disruptivas que Soriano nunca fue capaz de aplicar en los despachos del Camp Nou por la singularidad del club. Sin ir más lejos, la primera operación corporativa que ejecutó fue la compra de una plaza en la MLS junto a los New York Yankees en 2014. Ocho años después la franquicia sigue perdiendo dinero, pero ha sido un activo crucial para dar dimensión global a la marca 'citizen' y contar con un club en el mayor mercado mundial del patrocinio.

Así consumaba una iniciativa que en 2009 el Barça decidió descartar tras varios meses negociando la compra de una franquicia en Miami junto a Marcelo Claure, uno de los mayores inversores del sector tecnológico y que desde 2020 controla el Girona FC junto al City y Pere Guardiola.

El conjunto de LaLiga es uno de los doce que Abu Dabi ha adquirido para dar forma a City Football Group. Hoy el holding lo forman Manchester City (Inglaterra), New York City (Estados Unidos), Melbourne City (Australia), Yokohama Marinos (Japón), Montevideo City Torque (Uruguay), Girona FC (España), Sichuan Jiniu (China), Mumbai City FC (India), Lommel SK (Bélgica), ESTAC Troyes (Francia), Palermo FC (Italia) y Club Bolivar, que es propiedad de Claure y se integró como club asociado en su red. A estos hay que añadir el Esporte Club Bahia de Brasil, adquirido a finales de 2022 por casi 130 millones de euros.

La elección de los países no es casual, pues ha permitido al grupo plantar bandera en los mayores mercados comerciales de todo el mundo, a la vez que contar con filiales en algunos de los países que tradicionalmente han producido algunos de los mayores talentos futbolísticos. Dicho de otro modo, un mix entre cumplir el objetivo de aumentar los ingresos y reducir el elevado coste que en la última década ha asumido el City para fichar futbolistas, tras acumular una inversión de 1.077 millones de libras en fichajes desde la llegada de Abu Dabi al capital.

Es casi una necesidad, pues todas las investigaciones sobre el club han girado en torno a la realidad de sus ingresos, especialmente tras la masiva filtración de documentos de Football Leaks en 2018. Ahí, se evidenció lo que muchos aún critican, y es que la facturación del Manchester City está muy influenciada por marcas directamente vinculadas a la propiedad y con precios alejados de la realidad del mercado. Hoy, seis de sus 32 patrocinadores globales tienen su sede en Abu Dabi, a los que se añaden otros tres en el ámbito regional. Ahora bien, porcentualmente tiene una relevancia mucho más significativa, pues controlan o han controlado algunos de los principales activos publicitarios.

Etihad, la aerolínea oficial de Abu Dabi, aparece en el frontal de la camiseta del Manchester City desde 2009 y también da nombre al estadio. Según la citada filtración, ese contrato está valorado en 67,5 millones de libras (76,2 millones de euros), más que lo que, por ejemplo, recibe el FC Barcelona de Spotify. ¿Por qué? Porque los documentos de Football Leaks revelaron que, en varias ocasiones, los pagos no los realizaba la aerolínea, sino Abu Dabi United Group (Adug), el vehículo de inversión que también posee el City.

Como muestra de esa acusación, este correo del propio Chumillas en 2012: "Tendremos un déficit de 9,9 millones de libras para cumplir el FFP [Financial Fair Play] de la Uefa [...] El déficit se debe a la terminación de RM [una referencia al entrenador Roberto Mancini]. Creo que la única solución que queda sería una cantidad adicional de ingresos de patrocinio de AD [se entiende que Abu Dabi] que cubran esta brecha".

Irregularidades prescritas

Estas son las pruebas por las que Uefa quiso expulsar dos años de Europa al City y no pudo porque el TAS consideró que habían prescrito las posibles irregularidades. Ahora intenta la Premier. Son pruebas de que el mayor holding futbolístico se construyó por la vía rápida y de forma artificial para entrar a competir con la élite y ejecutar una visión que hoy hasta 80 grupos -entre clubes y fondos de inversión- tratan de replicar en todo el mundo.

Porque quienes piensan en rentabilidad sí ven un verdadero potencial en lo que hoy es el holding 'citizen', que entre que abrió su capital a China Media Capital en 2015 y la entrada del gigante Silver Lake en 2019 se revalorizó un 60%, consiguiendo una valoración de 4.800 millones de dólares (4.357 millones de euros). Más relevante aún: Abu Dabi compró el club en septiembre de 2008 por solo 200 millones de libras esterlinas.

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Ahora bien, cuándo entrará en verde es más difícil de predecir. Mientras el club de la Premier League sí da beneficios de manera consistente, con el paréntesis de la pandemia, la matriz del grupo que escapa al control de Uefa y Premier League sigue muy lejos de ganar dinero. A City Football Group se trasladaron parte de los costes de estructura y asume el coste inicial de todas las inversiones, de ahí que, pese a que el club de Manchester representa el 90% de todos los ingresos, no sufre las consecuencias contables de crear un imperio que -entre clubes, fondos de inversión en start-ups e iniciativas de entretenimiento- ha perdido 590 millones de libras entre 2014 y 2021.

Se desconoce cuándo se espera que el conjunto del holding entre en beneficios, pero aviso a inversores: lo que Soriano considera que no es discutible es que dentro de cien años seguirán existiendo.