RUGBY

El rugby vuelve a los patios de los colegios (y esta vez para quedarse): "Los que lo prueban, repiten"

El balón oval se normaliza como una actividad más gracias a proyectos como 'Get into Rugby', plan promovido por la Federación Española | La modalidad 'rugby cinta', sin contacto, ayuda a convencer a los padres y les forma en valores

Un grupo de niños practica el 'rugby cinta' en un colegio de Ordizia (Euskadi).

Un grupo de niños practica el 'rugby cinta' en un colegio de Ordizia (Euskadi). / EPE

A mediados del mes de mayo se dieron cita en Valladolid alrededor de 1.500 niños y niñas de entre 12 y 13 años para participar en el II Campeonato de España y Torneo Nacional de rugby M14. Una semana más tarde se celebró en Pozuelo de Alarcón (Madrid) la Fiesta Nacional de Escuelas de Rugby, con la asistencia de más de un millar de chavales de 10 y 11 años.

Las cifras, al tratarse de deporte alejado de las actividades extraescolares, resultan llamativas. La pena es que puedan ser solo flor de un día. Para evitar que el entusiasmo de la novedad se difumine, hace ya tres años la Federación Española de Rugby (FER) tuvo a bien implementar un programa educativo para revertir la situación.

Objetivo: llevar el rugby a 800 colegios en España

Y lo ha puesto en marcha poniendo toda la carne en el asador, porque se ha marcado un ambicioso objetivo como es el de introducir el rugby en 800 colegios de toda España. Traducido en números, se trata de posibilitar que cerca de 50.000 alumnos entren en contacto por primera vez en su vida con el balón ovalado y ya, de paso, de fomentar su afición por un deporte al que tanto le cuesta despegar. 

El proyecto federativo de Get into Rugby cuenta con el aval del Consejo Superior de Deportes (CSD) y por World Rugby. De momento, ha tenido una excelente acogida. Tanto es así que en las primeras quince horas se contabilizaron 180 colegios. Dos semanas después ya eran 400 inscritos, y para el 12 de junio, fecha en que concluye el plazo para inscribirse, se aspira a superar las previsiones más optimistas.

Centros educativos de todas las comunidades autónomas se han apuntado a esta iniciativa. Andalucía parece la más interesada seguida de Madrid, Cataluña, Aragón y Comunidad Autónoma de Valencia. El reto es conseguir también que algún colegio de la Ciudad Autónoma de Melilla se apunte. En Ceuta, ya lo han hecho al menos dos. 

Un partido de rugby entre escolares desarrollado en Marbella.

Un partido de rugby entre escolares desarrollado en Marbella. / EPE

Cambiar el paradigma de la formación

El que dirige y supervisa todo este proyecto es César Archilla, el actual director de desarrollo en la FER y que, en síntesis, viene a ser una guía práctica y accesible para aprovechar al máximo el potencial educativo del rugby dentro de un colegio. “Lo que pretendemos es cambiar un poco el paradigma que teníamos sobre la forma que tienen los clubes de captar jugadores y trabajar en la formación de los profesores en los distintos centros educativos”, explica.

En definitiva, se trata de formar a los profesionales de la enseñanza que, por regla general tienen escasos conceptos de lo que es y de lo que significa el rugby, a través de cursos presenciales que no exceden en ningún caso las doce horas, y de darles las herramientas “suficientes” para que puedan desarrollar el plan preconcebido y llevar esta disciplina deportiva a los patios o a los polideportivos de los colegios.  

Así, mientras la FER se dedica a la promoción del rugby, a los clubes les queda la tarea de captar jugadores. El primer paso para cualquier centro escolar que muestre interés por el plan tendrá que ser el de inscribirse en la web de Get into rugby.

Fomentar el rugby desde la inclusión

A diferencia de lo que ocurría antaño cuando los jugadores de un club iban a un colegio y enseñaban a los alumnos tres o cuatro conceptos que luego no se traducían en la incorporación de chicos o chicas a su disciplina, ahora son los propios colegios los que demandan la presencia de personal especializado de los clubes o de la federación para formarlos.

El siguiente paso sería organizar un festival o unas jornadas de encuentros entre distintos centros de enseñanza de la zona que abarcaran los clubes para invitar a participar a chicas y chicos de distintas edades. “Ahí es donde empezaría su tarea de captación”, añade Archilla.  

Soltar de sopetón a un chico o a una chica de secundaria si quiere probar con el rugby requiere una cierta explicación previa. Tal vez el carácter inclusivo en lo que se refiere a género y a las habilidades motrices, ayuda a convencerles. “Y otra cosa, que no hay contacto”, se apresura a señalar Archilla.

La inclusión, a su juicio, es uno de los puntos “más fuertes” del plan Get into Rugby. La modalidad de 'rugby cinta' que se practica en los centros escolares consiste en que cada jugador lleve un cinturón por encima de la camiseta con una cinta en los costados que, si el adversario consigue arrancarla, se considera un placaje.

Esto es, nadie toca al jugador que porta el balón. Desaparece, por tanto, la figura del jugador dominante “y todo está estructurado en los principios de acción del rugby como es que avance, que haga avanzar al portador del balón y que se colabore en las tareas de defensa”.

Más de 1.500 niñas y niños se reunieron en una competición escolar en el País Vasco.

Más de 1.500 niñas y niños se reunieron en una competición escolar en el País Vasco. / EPE

Fomentar los valores para que sean hábitos

Como parte del programa, la FER ha publicado el libro El rugby escolar y sus valores educativos donde a lo largo de 70 páginas se desgranan los consejos y estrategias educativas orientadas a fomentar los valores y las habilidades que promueve el rugby. 

Se trata de dar a conocer los valores a través de una metodología basada en comportamientos. Por ejemplo, el respeto es uno de los valores a lo que más se apela en el mundo del rugby, y eso hay que trasladarlo a un tipo de comportamiento para los alumnos.

Así, el libro aconseja que los niños se saluden antes de comenzar la actividad del 'rugby cinta', o a que cuando acaben, ayuden al profesor a recoger todo el material. Sin olvidar tampoco a que se colabore para no dejar de lado a las niñas que quieran participar. “El respeto no es solo no silbar al contrario cuando va a chutar a palos o no hablar con el árbitro”, subraya Archilla. De ahí la importancia de promocionar este tipo de comportamientos “porque luego se convierten en hábitos”.  

El libro cuenta también con una unidad didáctica formada por ochos sesiones teóricas y prácticas con sus respectivos recursos audiovisuales de apoyo y muestran el reglamento de juego y sugerencias de una línea pedagógica para la enseñanza y aprendizaje del rugby cinta. Además, contiene propuestas de evaluaciones para medir el progreso y comprensión de los estudiantes desde un ámbito cognitivo, motriz o social y otra propuesta de un proyecto interdisciplinar con una metodología de aprendizaje para implementar en los centros escolares.

Las actividades del Club de Rugby Marbella están integradas en el plan 'Get into Rugby'.

Las actividades del Club de Rugby Marbella están integradas en el plan 'Get into Rugby'. / EPE

Diferencias entre el rugby XV y el 'rugby cinta'

A su vez, otro proyecto que está muy en boga en el tema de la enseñanza de la educación deportiva, tiene cabida a través de los roles, es decir, como explica Archilla, “que en una clase no todos tienen que ser jugadores, también pueden ser árbitros, organizadores o responsables de eventos, por ello les hacemos una propuesta de cómo poder implementar esto en los centros escolares”. 

Hay formadores que se encuentran con las típicas reticencias de padres o de directores de colegio cuando les pronuncian la palabra rugby. “Se asustan al principio porque creen que los niños se pueden hacer daño”, comenta Ignacio Molina, un exjugador del VRAC de Valladolid con quien fue cuatro veces campeón de Liga.

Al ver la cara de susto de los padres y directores, lo primero que hace es explicarles las diferencias entre el rugby XV “que ven en televisión” y el 'rugby cinta' “donde se busca la evasión y tratar de evitar que te quiten una cinta, algo que ni siquiera notas cuando lo consigue el adversario”. 

La exitosa experiencia del Rugby Marbella

A los seis años, Molina ya entrenaba con el Club de Rugby Marbella y ahora, de vuelta a su localidad natal, trabaja como profesor de educación física en el colegio Alborán. Su labor formativa comienza a partir de que un centro escolar de la zona de la Costa del Sol se inscribe en el programa Get into Rugby.

A continuación, se encarga de instruir tanto a los maestros de primaria como a los profesores de secundaria “en un deporte donde se encuentran un poco perdidos porque no es tan accesible como otros caso del fútbol o del baloncesto”. Ni siquiera los profesores que han cursado Educación Física conocen muy bien los aspectos relacionados con el rugby.

Actividad desarrollada por Club de Rugby Marbella, comandada por Ignacio Molina.

Actividad desarrollada por Club de Rugby Marbella, comandada por Ignacio Molina. / EPE

“Date cuenta de que esta asignatura solo se estudia en las universidades de Valladolid y Barcelona”, apostilla Molina. Ya cuando lo ven por primera vez “y descubren que los niños y niñas se lo están pasando en grande todos juntos y mezclados se convencen del todo de las virtudes del rugby”.

El efecto llamada en la Costa del Sol ha sido de tal magnitud que, si en la primera edición se apuntaron cinco colegios de la zona. Molina espera triplicar la cifra el año que viene y acoger a mil niños. “El premio más grande que hemos tenido es que muchos de ellos han venido después al club para apuntarse la siguiente temporada. No te exagero si te digo que ya lo han hecho uno o dos de cada diez niños”. 

Más de 1.500 niños practicando rugby en Euskadi

A casi mil kilómetros de Marbella Julen Goia, un internacional en el XV de El León con alrededor de 40 caps (convocatorias), adiestra a niños y niñas de la comarca del Goiherri en el 'rugby cinta'. Lo hace desde 2016 cuando fichó por Ampo Ordizia tras su paso en Francia por Biarritz Olympique y Mauleón. Goia, que había estudiado educación física, quería hacer una labor de promoción del rugby como actividad extraescolar en los centros de enseñanza de otros pueblos cercanos como Beasain, Lazkao o Segura.

“Me tomaron un poco por loco”, recuerda. Poco a poco la idea fue cuajando entre los alumnos a partir de tercero de primaria “porque cognitivamente, los niños no están preparados antes para coger un balón y que no se les caiga”. Al principio iba solo en su coche, impartía la clase en horario lectivo y de vuelta a casa. Ahora tiene la ayuda de otro profesor de su club, Unai Ibarzabal, que enseña en las ikastolas de Urola Garaia (Zumárraga, Legazpi, o Urretxu), y de un amplio grupo de voluntarios.  

Un grupo de niños participa en el País Vasco en las clases que encabeza el exinternacional Julen Goia.

Un grupo de niños participa en el País Vasco en las clases que encabeza el exinternacional Julen Goia. / EPE

La iniciativa va razonablemente bien. “Fíjate, una vez se apuntaron los 16 chicos y chicas de una misma clase”, subraya. No todos se quedaron, claro. De momento, del grupo de chavales que empezó con el 'rugby cinta' ninguno ha llegado a jugar en División de Honor, aunque sí lo han hecho en juveniles o en el segundo equipo. Las estadísticas están para romperse porque los datos son más que prometedores. El pasado curso se impartieron 240 horas lectivas entre unos 2.000 alumnos, y durante el Covid se consiguió meter el rugby cinta como actividad extraescolar, algo de lo que Goia se siente “muy orgulloso”. 

La consecuencia inmediata fue que la temporada pasada se creó una competición en la que intervinieron 16 ikastolas de doce pueblos diferentes organizándose 138 partidos en los que tomaron parte 1.500 niñas y niños. La experiencia de tantos años permite decir al jugador del Ordizia una cosa tal vez poco conocida para el gran público, y es que en esta modalidad las chicas demuestran comprender los conceptos con mayor rapidez “y ven mejor los espacios”. En resumen, según Goia, “demuestran ser más listas y vivas que los chicos a esas edades”