COPA DEL REY | CACEREÑO 0 - 1 REAL MADRID

La varita de Rodrygo clasifica a un gris Real Madrid para octavos de la Copa

Una jugada individual del brasileño desatascó el encuentro ante el Cacereño a favor de los blancos, inferiores en intensidad y propuesta frente a un equipo de Segunda RFEF

Hasta seis mundialistas fueron titulares en el Príncipe Felipe, que se creyó una hazaña que no se dio, pero a favor de la que remaron todos los presentes en el feudo extremeño

Rodrygo celebra el gol que permitió la clasificación del Real Madrid para octavos de final.

Rodrygo celebra el gol que permitió la clasificación del Real Madrid para octavos de final. / CRISTINA QUICLER / EFE

Denís Iglesias

Denís Iglesias

Partidos de Copa del Rey como el Cacereño - Real Madrid son una prueba de profesionalidad para los equipos grandes donde los secundarios deben justificar un lugar en el que les gustaría estar a los del club inferior (en categoría), dispuestos a invertir la lógica. No fue el caso de lo vivido en el Príncipe Felipe, donde los alternativos blancos no dieron la talla ante un equipo de Segunda RFEF. Ancelotti salió sin daños, pero con dudas, gracias a una genialidad de Rodrygo a 20 minutos para el final.

El Real Madrid no se bajó del autobús que le llevo a Extremadura en una travesía inusual. El Cacereño fue más intenso en todas las facetas, escribiendo el guión de siempre en este tipo de partidos, pero con el que los modestos todavía sorprenden. Enfrente tuvo a un conjunto blanco donde Odriozola, a pierna cambiada, tuvo sus primeros minutos de la temporada. Y en el que pese a las agudas rotaciones formaron seis mundialistas: Militao, Camavinga, Tchouaméni, Hazard, Asensio y Rodrygo. Arsenal más que de sobra para despachar una eliminatoria a partido único que acabó enquistándose.

MASCANDO CHICLE

La presión alta del equipo de Segunda RFEF mostró la solidaridad que le faltó a los de Ancelotti. Esperaban que el púgil se desgastase por la sucesión de los golpes, ignorando que cada asalto resistido era una victoria. El Real Madrid fue un puzzle descompensado en el que jugadores poco habituados a verse las caras en el terreno de juego se limitaban a salir del paso con toques precipitados. Solo Ceballos entendió las circunstancias especiales del partido. Ejerció de timonel de un barco donde la tripulación mascaba chicle, como Militao. Una frivolité del brasileño fue respondida por una entrada del local Luis Télles con la que marcó territorio.

El Cacereño se fue despojando de la imagen de equipo amable con el que intercambiar la camiseta al final del partido. Monopolizó el esférico y las escasas oportunidades de un primer tiempo interrumpido por faltas que fueron abriendo calvas en el verde del Príncipe Felipe. Lunin achicó la asfixia que el equipo extremeño pretendió con las jugadas a balón parado donde se igualan las fuerzas.

No se le congelaron las manos al ucraniano, que tuvo más trabajo que su homólogo Iván Moreno. El aporte ofensivo del Real Madrid se quedaba en disparos desde fuera del área y alguna contra aislada. Mal tiradas la mayoría, como la que terminó en un gol anulado a Lucas Vázquez por un fuera de juego clarísimo de Marco Asensio, otro de los que lo intentó, pero no pudo.

GENIALIDAD BRASILEÑA

Ancelotti se vio obligado a mover ficha. Volvió a apostar por jugadores del primer equipo, a pesar de tener a canteranos con hambre en el banquillo. Entraron Rüdiger y Valverde, a los que poco después se unió Vallejo, recambio obligado para un Odriozola que aguantó 50 minutos. Una permuta entre dos futbolistas inactivos que encima llevaba al central a ocupar una posición nada natural para él. Se le vieron las costuras ante demonios como Manchón, que no dejó de intentarlo en todo el partido.

El "sí, se puede" comenzó a extenderse por un campo que se volcó en el ánimo a los suyos y dejó tras el descanso de lado la admiración de un Real Madrid que vivía entre orsais. El único modo de desatascar la situación pasaba por una individualidad. Rodrygo puso el brillo que faltaba con una jugada canchera.

Encaró a Clausí y Aguado, limpió el barro con un quiebro y puso el balón en la escuadra en una gran definición. El brasileño mostró un camino que lleva años sin tomar Hazard, que terminó sustituido por Álvaro Rodríguez, jugador del filial. La varita salvó al plan B de Ancelotti, una nómina apagada de jugadores que deberá activarse ante la maratón de partidos que les espera.

FICHA CACEREÑO 0 - 1 REAL MADRID

CACEREÑO: Iván Moreno, Molina, Aguado, Josín, Gomis (Pedro Ramírez, min. 82), Iván Fernández (Miguel García, min. 72), Luis Télles (Sergio Bermúndez, min. 75), Clausí, Merenciano (Karim El Kounni, min. 46), Manchón y Grande (Rubén Solano, min. 72).

REAL MADRID: Lunin; Lucas, Militao (Rüdiger, min. 46), Nacho, Odriozola (Vallejo, min. 51); Camavinga, Tchouaméni (Valverde, min. 46), Ceballos; Hazard (Álvaro Rodríguez, min. 68), Asensio (Arribas, min. 81) y Rodrygo.

GOL: 0-1: Rodrygo (min. 69).

ÁRBITRO: Cuadra Fernández. Amonestó a Tchouaméni, Manchón, Iván Fernández, Luis Télles, Sergio Bermúdez, Camavinga, Pedro Ramírez.

ESTADIO: Príncipe Felipe. 15.000 espectadores con gradas supletorias.