CHAMPIONS LEAGUE

Curro Galán: "En Ucrania piensas en hoy, no en el futuro. El tiempo adquiere otro sentido"

El Real Madrid se mide este martes (21:00 horas) al Shakhtar en Varsovia, donde los ucranianos están exiliados mientras Putin bombardea objetivos civiles en Kiev, Lviv y Dnipro. En el staff del equipo de Donbás destaca la presencia de dos españoles, el andaluz Curro Galán, que nos atiende por teléfono, y el canario Diego Castro.

Curro Galán, entrenador de porteros del Shakhtar, posa con sus jugadores.

Curro Galán, entrenador de porteros del Shakhtar, posa con sus jugadores. / @FCShakhtar

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

Curro Galán es el entrenador de porteros del Shakhtar. Un onubense que sigue pendiente del Recreativo desde el corazón de Ucrania. Después de colgar las botas y enrolarse en la Academia del Atlético formando porteros. Pero “el pasado verano decidí dar el paso de salir afuera a entrenar para vivir una experiencia y me llegó esta posibilidad con el Shakhtar. Lo consulté con la novia y la familia y aquí estamos”

-Empecemos por lo inminente. ¿Cómo está el equipo tras los bombardeos de Kiev, Lviv y Dnipro?

-El ambiente es muy tenso en el grupo. Creo que por suerte no hay ningún daño familiar, pero igualmente están tocados por lo que está pasando y los bombardeos. Hay silencio y mucha tensión.

-¿Cómo está de presente la guerra en el día a día del equipo?

-Intentamos abstraernos, pero irremediablemente influye. En las últimas horas hay mucha preocupación por estos bombardeos en ciudades donde están las familias de los jugadores. También se ha hablado de la explosión del puente de Crimea y lo que conlleva. Tristemente la guerra está en el día a día del equipo.

-Oiga, su odisea arranca en verano, así que ya sabía dónde se metía cuando firmó por el Shakhtar... 

-Sí, claro. Firmé en julio, cuando el Shakhtar fichó a Igor Jovicevic y nos llamó para acompañarle. Igor es croata, pero se considera casi ucraniano porque ha entrenado al Karpaty de Lviv durante seis años. Está muy comprometido con la causa y te contagia eso. 

-¿Dónde viven?

-No tenemos casa, vivimos en hoteles. En Kiev, en Lviv, en Varsovia... Tu hogar está donde está tu maleta. 

-No debe ser sencillo preparar a los jugadores pasando la mitad del tiempo en un autobús o un avión.

-No lo es, pero entre su implicación y las soluciones creativas que encontramos, lo suplimos.  

-El club se mudó hace ocho años de Donetsk a Kiev por la guerra. ¿Cómo se mantiene vivo un club de nómadas sin estadio ni afición?

-Aquí hay jugadores como Trupin que salieron de Donetsk con 14 años rumbo a Kiev huyendo de la guerra, y ahora han tenido que salir también huyendo de Kiev por la guerra. En su caso se mudó toda la familia para construir una nueva vida en la capital junto a su hijo y... Otros, como nuestro lateral Viktor Kornienko, se incorporaron a la pretemporada directamente desde el frente. Desafortunadamente se rompió un ligamento y está lesionado ahora. Pero hablamos de un grupo al que la guerra le ha condicionado la vida. 

-¿Cómo se digiere eso? ¿Qué se le dice a un chico que te llega de la guerra?

-Le hablas de fútbol, le intentas transmitir tu apoyo y estar cuando te necesitan. A veces simplemente quieren que alguien les escuche. Es una cuestión de humanidad más que de deporte. 

-¿Cómo afectó el estallido de la guerra el equipo?

-La guerra desmontó la plantilla porque los brasileños se fueron todos. Entonces se apostó por confeccionar una plantilla con gente de la tierra, que era la única opción viable. Pero tenemos mucho talento porque hay varios chicos de los que ganaron el Mundial sub-20. La mayoría tiene poco más de veinte años y si no fueran futbolistas estarían en el frente combatiendo como muchos de sus hermanos y amigos. Pero creo que se ha acertado con los refuerzos porque han llegado jugadores muy útiles para la plantilla como Oleksandr Zubkov, que jugaba en el Ferencvaros y marcó en el Bernabéu, como Maryan Shevd, que estuvo dos años en el Sevilla Atlético, o veteranos como Pyatov.

-Después de muchos años apostando por un estilo de juego muy peculiar, han cambiado sustantivamente el modelo de equipo pasando de tener ocho brasileños a once ucranianos. 

-En el Bernabéu salimos con once ucranianos, quizás eso no se ha valorado lo suficiente. Dieron la cara y no se dejaron intimidar por un rival como el Real Madrid y por el escenario, siendo muy jóvenes.

-¿Cómo son los ucranianos?

-Son gente con un corazón enorme. Mira, en la portería, que es donde yo trabajo, llegó Pyatov, toda una estrella del fútbol ucraniano y de la selección. Y pese a no estar siendo titular, siempre tiene una sonrisa y un consejo para sus compañeros. No he visto un reproche de nadie desde que estoy aquí. Todos están al servicio del grupo porque saben que salen a jugar con la camiseta del Shakhtar, pero lo hacen para dar alegrías a toda Ucrania. Incluso ha cambiado la relación entre clubes. Cuando el Dinamo de Kiev, un rival histórico, se jugaba la clasificación para Champions con el Benfica, todos queríamos que pasaran porque era bueno para Ucrania. 

-¿Cómo se vivió desde dentro la goleada al Leipzig en Alemania?  

-Fue especial. Era una forma de reivindicarse con el foco de la Champions puesta en ellos. Hubo mucha emoción y una alegría desbordada. 

-¿No les da la sensación a veces que es frívolo hablar de fútbol con lo que está ocurriendo?

-Por supuesto, pero es nuestro trabajo y a eso hemos venido. Tratamos de preparar entrenamientos divertidos porque somos conscientes de que son las únicas dos horas del día en la que se abstraen del problema de la guerra. 

-En este contexto tan complejo, ¿plantean objetivos a medio plazo o priorizan el día a día?

-En Ucrania ahora el futuro no existe. Existe el hoy, el entrenamiento de ahora, como mucho el próximo partido. El tiempo adquiere otro sentido en estas circunstancias. Los jugadores entran al entrenamiento serios, se van soltando poco a poco y aparecen las sonrisas. Es el premio que nos llevamos día tras día. Afortunadamente los resultados nos acompañan y eso hace crecer al equipo. 

-La emoción debe estar a flor de piel en una coyuntura tan especial, ¿no?

-Sin duda. Los discursos del capitán y del entrenador son siempre muy inspiradores. En sus palabras hay mucha épica y agradecimiento hacia sus compañeros por su sacrificio. Como dice Igor son héroes para sus paisanos y se comportan como tal. 

-¿Se arrepiente de haberse enrolado en esto?

-Es la aventura de mi vida.