El Betis y el Valencia afilan espadas para la Copa: de la meritocracia de Pellegrini a las reservas de Bordalás

La final de la Copa del Rey del próximo sábado (22:00 horas en La Cartuja) hace días que empezó a disputarse. Las aficiones, los jugadores y los técnicos del Betis y del Valencia así lo sienten antes de afrontar la jornada intersemanal. 

Esta se disputará el martes, el miércoles y el jueves, encabalgando con la anterior que se cierra este lunes, con el Barcelona - Cádiz (21:00 horas). El Betis recibe al Elche y el Valencia visita al Villarreal. Antes, el Mallorca y el Alavés disputan un partido clave por la salvación.

“No tiene sentido el partido entre semana, pero no es cuestión de quejarnos ahora, solo afrontarlo y hacerlo lo mejor posible”, señalaba José Bordalás, técnico valencianista, después de la derrota ante Osasuna que resta fuelle en una preparación casi mística de la final copera. 

Sospechas arbitrales

Bordalás daría por finalizada ya LaLiga después de dilapidar las opciones de clasificarse para Europa por esta vía. Pero las circunstancias se lo impiden. El conjunto ché visita mañana martes al Villarreal en un duelo de rivalidad regional donde estarán los secundarios. El primer equipo arropó este domingo al Mestalla, el filial que consiguió el ascenso a Segunda RFEF. Un cruce de generaciones para reforzar la conjura y el ADN.

La intención es minimizar los riesgos, aunque ello suponga una nueva derrota para un equipo que se juega la temporada a una carta con problemas como la excesiva dependencia de Guedes –que sufrió un duro golpe en Mestalla– en ataque o la preocupación por factores exógenos como las designaciones arbitrales en la final donde el Valencia intentará el asalto de la novena (en su palmarés están los trofeos coperos de 1941, 49, 1954, 1967, 1979, 1999, 2008 y 2019).

“Esperemos que en la cita tan importante del sábado no condicione”, expresaba Gayá, capitán valencianista, tras un penalti no señalado sobre Bryan Gil o una falta de Diakhaby a Sergio herrera que impidió un gol. 

La meritocracia de Pellegrini

Aunque no es oficial, el favorito para dirigir la final de Copa es el canario Hernández Hernández, internacional desde el 2014, que esta temporada ha dirigido dos partidos al Valencia: empates frente al Athletic y Rayo (1-1)  y derrota contra el Real Madrid (4-1); mientras que arbitró un Betis 0 -1 Real Madrid y la segunda ronda copera en la que el conjunto verdiblanco superó al Talavera en la prórroga. 

Para Bordalás, la Copa es su primera gran oportunidad de ganar un título. La reivindicación personal de una carrera construida paso a paso. Su rival, Manuel Pellegrini, vive la previa desde la madurez de todo lo vivido y con un discurso diferente. 

“El que no juegue bien será difícil que esté en el once de la final”, advertía antes del encuentro frente a la Real Sociedad (0-0). Es un mensaje hacia una plantilla que conoce como su familia y que se ha esforzado hasta el límite en tres competiciones. 

De hecho, el duelo de mañana martes ante el Elche (21 horas) es influyente en la ambición bética por clasificarse para la Champions. La victoria agónica del Atlético ante el Espanyol (2-1) amplía la distancia de un punto con la cuarta plaza más el average. Y no solo eso, el encuentro se disputa en el Benito Villamarín, un campo que querrá recordar en masa y en músculo a los suyos antes del asalto de la tercera (el Betis ganó las Copas de 1931 y 1977).

Claro once tipo

El chileno lo tiene todo bajo control menos las lesiones, que en el caso de Víctor Camarasa han terminado con su etapa en el Betis en el quirófano: anunció que se operará para solucionar sus problemas en el tendón rotuliano. 

Pellegrini quiere la implicación del grupo para llegar más allá del once tipo que exhibió en el Reale Arena, que ahora tiene más claro que nunca, a excepción de en la portería, donde existen rotaciones sin importar la cita, o el lateral derecho, en el que hay una equilibrada alternancia entre Sabaly y Bellerín.

El resto de cartas, un mazo de gala, con Bartra y Pezzella reconocidos como eje de la zaga, Álex Moreno en el carril izquierdo; Guido en la medular, Canales y Fekir por delante; arriba Juanmi y Borja Iglesias y de escolta, William Carvalho.  

A esto hay que añadirle una racha de imbatibilidad de cinco partidos en LaLiga. Al otro lado de la escena copera, un Valencia sólido en defensa después de la goleada ante el Barça y con un nivel de resiliencia superior al de la media, compartido con su afición. Pulsaciones diferentes, pero a un solo partido, las fuerzas se igualan. Cada bando vivirá su particular Semana Santa. Entre lo bronco y copero del Valencia y el invento del Ingeniero.