NOVEDAD EDITORIAL

Ledicia Costas, escritora: "La literatura puede ayudar a abrir debate sobre cuestiones como la violencia obstétrica"

La autora gallega presenta su tercera novela en gallego y castellano, 'Piel de cordero', en el que conecta el mundo de las brujas en los últimos años de persecución de la Inquisición con las mujeres actuales

El lanzamiento coincide con la publicación de su primer álbum ilustrado infantil, 'Siete dientes de león', y su primer poemario, 'Ultraluz'

Ledicia Costas, escritora, autora de la novela 'Piel de cordero' y el álbum ilustrado para niños 'Siete dientes de león'.

Ledicia Costas, escritora, autora de la novela 'Piel de cordero' y el álbum ilustrado para niños 'Siete dientes de león'. / Cedida

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

"Yo soy súper visceral escribiendo y muy instintiva, de repente empieza a salir como a borbotones y cuando acabo digo: madre mía, ¿por qué he escrito sobre esto?" Ledicia Costas (vigo, 1979) es una de las autoras más prolíficas y reconocidas de literatura infantil y juvenil. Entre otros, obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 2015 por Escarlatina, la cocinera difunta. En sus libros siempre hay fantasía y experiencias sobrenaturales, en un estilo perfectamente identificable que la acerca a la de otros autores como Roald Dahl. Desde hace un tiempo compagina este trabajo con los libros para adultos y su trabajo más reciente en este campo -el tercero- es la novela Piel de cordero (editorial Destino), publicado a la vez en castellano y gallego (con la editorial Xerais), en el que crea un mundo de fantasía de brujas y mujeres fuertes que se enlazan en el pasado y el presente. Su publicación coincide con la de su primer álbum ilustrado para primeros lectores, Siete dientes de león (Nórdica Infantil) escrito junto al ilustrador David Sierra, y un poco después de la salida de su primer poemario, escrito en gallego, Ultraluz -del que prepara una versión en castellano- convertido en espectáculo junto a los músicos Amaro Ferreiro y Sergio Martínez Puga. En estas tres novedades aborda la muerte y el duelo desde diferentes prismas, algo no buscado conscientemente y que vive en lo personal, después de perder a su pareja a finales del año pasado de manera inesperada, el también escritor Miguel López, más conocido como Hematocrítico.

Costas habla de todo ello en una conversación tranquila en Madrid unos días después de la salida de Piel de Cordero.

P: ¿Cómo nace Piel de cordero?

R: Bueno, siempre he tenido bastante interés por todo lo relacionado con el mundo gótico, con la fantasía, las historias de ultratumba, el terror... Y también es verdad que me crié en un sitio que estaba al lado de la casa de una señora que pasaba consulta y atendía a gente de toda la provincia de Pontevedra y alrededores y yo supongo que me empapé de todo eso. Hablar de la muerte es algo que me persigue todo el rato en todos los planos. Así que tengo la sensación de que todo lo que he escrito hasta ahora era como un camino para para llegar a Piel de cordero.

P: He leído que esta en realidad no fue su primera opción, ¿qué pasó?

R: Efectivamente. Es que el proceso de creación literaria es tan solitario y está tan cargado de tanta épica y tanto misticismo que al final la gente se hace unas ideas un poco equivocadas sober cómo surge la inspiración, como si fuese una luz que te ilumina de repente. Yo tenía otra historia para escribir y se lo comenté a una amiga, que me dijo: ¿has leído El baile de las locas de Victoria Mas? [Salamandra, 2021] Es un libro maravilloso, pero la historia que yo quería contar ya estaba contada ahí.Entonces tuve una pequeña crisis y estuve un par de meses en blanco. Y decidí redirigir la historia hacia esta fantasía tejida en medio de la realidad tratando la vida de las mujeres consideradas brujas en los últimos coletazos de la Inquisición. Pero quise hacerlo un poco más difícil y al mismo tiempo creo que un poco más atractivo con otra mujer del mundo contemporáneo absolutamente racional y escéptica.

'Piel de cordero', de Ledicia Costas, publicada por ed. Destino

'Piel de cordero', de Ledicia Costas, publicada por ed. Destino / Cedida

P: En el libro el protagonismo claro lo tienen las mujeres. Ahora hay una cierta tendencia literaria a presentar la caza de brujas como algo desvinculado de la religión, por el peligro que suponía para el sistema que se estaba construyendo que hubiera mujeres libres y sabias. En Piel de cordero las brujas no son autónomas, sí dependen del diablo. ¿Por qué?

R: Las mujeres que eran señaladas como brujas eran en realidad mujeres libres, sabias, y a veces los aquelarres eran simplemente una liturgia de hermanamiento, espacios de libertad radical. Y claro, esto era pura rebelión contra el sistema impuesto por la iglesia. Y el tema del demonio es muy curioso, decide que estas mujeres rebeldes y libres no pueden estar actuando por su propia cuenta, porque pobrecitas, no tienen capacidad para hacerlo, tiene que haber un macho que las guíe. Y así surge la figura de Lucifer. Y se inventan toda clase de cosas: que tenían relaciones carnales con él, que se comían bebés y todo este contexto antropológico relacionado con lo sobrenatural que a mí como creadora me atrapa. Cómo no iba a escribir sobre todo esto. Es por esto que está el diablo, en realidad, por la fantasía que arrastra, porque tiene que ver con lo oscuro.

P: El arranque de la novela lleva un poco a conectarla con Hamnet, de Maggie O'Farrell (Libros del Asteroide, 2021), aunque luego se vuelve más oscura. ¿Es una referencia que estuvo presente mientras escribía?

R: No, pero me lo han preguntado varias veces, así que esa conexión está. Mientras escribía a quien sí tenía en mente es a Angela Carter. Creo que este libro está conectado con un montón de lecturas que me han impactado desde siempre: autoras como Shirley Jackson, Maggie O'Farrell por supuesto, Fernanda Melchor... Es que esta idea de mujeres sabias con un conocimiento muy relacionado con la naturaleza en Galicia está muy presente todo el tiempo. Estas mujeres eran peligrosas porque tenían un conocimiento de las plantas muy efectivo, sanaban, y también escuchaban, y esto era un desafío muy potente, sabían más de la cuenta.

P: En el libro se contraponen dos partos, uno histórico y otro actual, pero además narras un aborto en la sanidad pública que tiene también mucho de crítica social...

R: Es que cuando te pones a hablar con amigas te das cuenta de que la violencia obstétrica es muy habitual. Es una cuestión que hay que abordar. En este sentido, la literatura puede ayudar a poner el foco para abrir el debate, creo que es importante hablar de estas cosas que afectan a muchísimas mujeres. Vivimos escenas que deberían ser impensables y ni siquiera nos atrevemos a contar. La violencia obstétrica es una realidad y está institucionalizada.

Reconocida autora infantil

P: ¿Cómo se conecta esta novela con su faceta como autora para público infantil y juvenil?

R: A mí me gusta inventar me gusta experimentar, explorar y no soy capaz de hacer siempre lo mismo, me gusta que cada libro sea diferente del anterior y usar ese elemento de sorpresa también como marca de identidad. Y sí, hay muchas cosas que aunque parezca increíble que la autora de Piel de cordero o de Golpes de luz sea la misma que escribió Escarlatina, la cocinera cadáver, por ejemplo, en realidad están conectados, porque en todos ellos hay fantasmas, ánimas y muerte. Lo mismo ocurre con La señorita Bubble, que es una colección protagonizada por una inventora y es una reivindicación del papel de la niña y la mujer en el mundo de la ciencia, que también está en Piel de cordero. Y luego también está el elemento fantástico, por ejemplo, en Siete dientes de león, que es una fantasía con una protagonista femenina anciana que es una sabia también. Yo creo que he construido un universo que es muy identificable y abarca toda mi obra.

P: ¿De dónde surgió la idea de hacer su primer álbum ilustrado, Siete dientes de león?

R: Pues por un lado, yo soy una amante del mundo de la ilustración, y creo que David Sierra hace un trabajo excepcional. Por otro, quería tener un libro para poder contar. Me gusta mucho leer en voz alta, y tenía verdaderas ganas de escribir un álbum ilustrado, de hecho tengo mogollón de ideas anotadas para escribir más. El de los primeros lectores es un público maravilloso, te quieren todo el rato. Y luego es muy bonito, porque te acompañan en los libros siguientes, ves crecer a los niños con tus libros. Los que están leyendo Siete dientes de león pasarán dentro de poquito a Pimpollo el perro influencer y de ahí a La señorita Bubble, y de ahí a Escarlatina y de ahí, pues no sé, a La liebre mecánica y de ahí a La hora de los unicornios y de ahí, pues a Infamia. A mí me pasa muchas veces en las firmas que vienen chicas de 20 años con torres de libros para que les firme, porque me llevan leyendo muchos años, y esto es muy bonito.

Portada e interior de 'Siete dientes de león', de Ledicia Costas y David Sierra (editorial Nórdica Libros)

Portada e interior de 'Siete dientes de león', de Ledicia Costas y David Sierra (editorial Nórdica Libros) / Nórdica

P: Siete dientes de león es un libro sobre la invención de los colores, pero tiene también una lectura como el proceso del duelo, ¿no es así?

R: No fue algo consciente. Cada vez que alguien me dice esto sobre uno de mis libros pienso que no puede ser que esté otra vez escribiendo sobre la muerte. Es mágico eso que tiene la literatura infantil, que está llena de capas en las que puedes profundizar y en función de quién lo lea encuentra una cosa. Pero no me gusta hacer libros que cumplen una función, la literatura debe ser otra cosa. A mí me da mucha rabia cuando me preguntan: ¿qué quieres enseñar con tus libros infantiles? Me dan ganas de decir: nada, que se emocionen los niños y niñas y que disfruten de una aventura. Si de paso, de manera transversal aprenden algo, estupendo, pero yo no quiero enseñar nada más que el puro disfrute que tiene leer un libro y emocionarte, entrar en otro mundo y vivir esa historia.

P: Después de escribir tanto sobre la muerte, no sé si eso le está ayudando también en el proceso de duelo que está viviendo tras perder a su compañero en noviembre pasado...

R: Claro. Yo creo que lo que mejor la frase que mejor resume Piel de cordero es que es muerte y resurrección, pero literalmente, en el plano literario y también en el plano vital, porque ahora mismo esos dos planos se han mezclado. Este libro para mí es una especie de resurrección porque después de llevar muchísimos meses metida dentro de un agujero muy oscuro, ahora tengo una especie de claraboya por donde entra la luz. Eso de que los libros te salvan... Yo, de verdad, en este momento de mi vida, no exagero si digo que este libro es una tabla de salvación, me está haciendo mucho bien estar centrada en el trabajo.

P: No sólo fue una muerte inesperada por todo, sino que Hematocrítico dejó mucho trabajo inacabado. ¿Cómo es eso de estar viviendo tantos lanzamientos póstumos en los que está usted involucrada?

R: Mientras hacía las revisiones de Piel de Cordero revisé cuatro libros de Hematocrítico en castellano y en gallego. Nosotros éramos como una mente colmena, no sólo compartíamos la vida, compartíamos el trabajo, hay cosas que yo he publicado en las que está él y al revés, nuestros cerebros estaban conectados y si hubiese sido al revés a mí también me habría gustado que él fuese quien se encargase de la última revisión. Su legado literario tiene más de 50 obras, es algo valiosísimo, llegaba mucho a muchas niñas y niños y de una manera muy especial, porque tenía un cerebro prodigioso, conectado con el público infantil a unos niveles extraordinarios que yo jamás había visto antes. Me toca convivir con todo esto. Pero también creo que soy súper afortunada a pesar de lo que me ha pasado, que es horrible, es un trauma tremendo, pero habérmelo encontrado en el camino y haber compartido la vida con él... Creo que he tenido mucha suerte. Estoy preparando también una cosa muy grande y muy bonita en Galicia que es el Hematofestival. Supongo que en el futuro me impresionará mucho mirar hacia atrás y pensar cómo en un momento tan horrible fui capaz de hacer tantas tantas cosas, pero soy una persona que en situaciones extremas se abraza a los libros.

P: Bueno, cada uno tiene su manera de procesar el duelo. Por eso Siete dientes de león es tan bonito, porque viene a decir que es un proceso, que tiene sus pasos...

R: Te lleva, sí, va pasito a pasito, te va enseñando. Es que a la gente además no le gusta, es muy incómodo el duelo, y a veces esto te lleva a situaciones muy violentas para ti y te tienes que hacer tú cargo y consolar a gente todo el rato y esto es agotador. Perder a Hemato ha sido un horror, es como cuando alguien se va de una fiesta sin avisar y ya no vuelve más. Hay que ser inteligente emocionalmente para poder gestionar esto con dignidad.

P: Por último no quería dejar pasar su primer poemario en gallego, Ultraluz (Edicións Xerais), que también es una publicación muy reciente...

R: En este momento precisamente lo estoy traduciendo al castellano para publicarlo a finales de este año con Espasa. Y va asociado a un espectáculo, con Amaro Ferreiro y Sergio Martínez Puga. Esta fue otra cosa que decidí retomar muy pronto después de la pérdida de Hemato. Teníamos dos pases cerrados en Vigo y Pontevedra en diciembre y decidí no cancelar y fue estremecedor, porque de repente Ultraluz, que también habla sobre la muerte, parece un libro premonitorio. Son esas capacidades que tiene la literatura para mutar y convertirse en otra cosa. Estoy muy contenta con este proyecto porque saltó a lo escénico del papel. Es algo muy especial.