ENTREVISTA

Alizzz reta (otra vez) a la "burguesía intelectual" independentista: "Siempre estoy del lado de la industria en catalán"

Tras levantar ampollas con 'Qué pasa, nen', el artista publica un cancionero bilingüe dedicado a las distintas fases del amor: este sábado, presenta 'Conducción temeraria' en el festival Tomavistas de Madrid

'Conducción temeraria' es el segundo álbum de Alizzz.

'Conducción temeraria' es el segundo álbum de Alizzz. / RAFA CASTELLS

Pedro del Corral

Pedro del Corral

Nada le gusta más a Alizzz que la velocidad. Lleva 12 años desafiando la barrera del sonido para equilibrar una vida salpicada de éxitos como productor, compositor y artista. Y, obvio, en el momento de presentar su segundo álbum, Conducción temeraria (Whoa! Music, 2024), de nuevo el kilometraje se ha disparado. Está deseando llevarlo al directo, una meta que este sábado alcanzará en el festival Tomavistas de Madrid. “Quiero mostrarme como soy, sin filtros. La honestidad es el valor clave de mi carrera”, dice. Basta con ver cómo, a pesar de la rapidez, cada paso que da es firme, estable y sólido. Por él, sobre todo.

“No hago música reflexiva. Simplemente, me dedico a expresar lo que siento. Intento buscar la verdad haga lo haga. Soy un kamikaze… Prefiero huir hacia adelante que mirar atrás”, relata Cristian Quirante, el nombre detrás de Alizzz. Curtido en el estudio de C. Tangana, Rosalía, Becky G, Lola Indigo y Doja Cat, ha desarrollado una trayectoria de alto vuelo que le ha catapultado a los primeros puestos de venta. El pelotazo de El encuentro, junto a Amaia Romero, fue el punto de inflexión: “Es una canción que, como hoy, será igual de importante en una década. Lo siento cada vez que la toco en directo”. Ahora, tocará medir Destellos, Tiemblo y compañía.

Alizzz ha compuesto temas para C. Tangana, Rosalía, Becky G, Doja Cat...

Alizzz ha compuesto temas para C. Tangana, Rosalía, Becky G, Doja Cat... / RAFA CASTELLS

Los 10 cortes de Conducción temeraria giran en torno al amor. Una obsesión a la que el cantante ha intentado dar sentido desde todos los prismas posibles. En parte, como si de un manual de instrucciones se tratara: “Si hay algún hilo interesante del que tirar, me atrevería con cualquier temática. La prioridad es aportar algo de valor”, apunta. Un fin complicado teniendo en cuenta la trinchera en la que se ha convertido el mercado. Cada vez hay más propuestas, pero menos oportunidades: “Noto que hay más riqueza a mi alrededor que cuando empecé. Este caldo de cultivo llevará al país a una posición mejor”.

Cantar en catalán

A la pregunta de si se siente un snob, Alizzz se toma unos segundos para contestar. Se hace un largo silencio que, de repente, rompe con una carcajada. Quizá, para quitarle hierro. “Intento no serlo. Soy una persona que duda muchísimo y, de momento, creo que no caeré en ello. Si tienes un ego frágil, tiendes a pensar que eres la hostia. Y, entonces, te sientes en poder de la verdad. Yo, en cambio, no estoy en este punto”, señala el músico, ganador del Grammy Latino a Mejor Ingeniería de Grabación por El madrileño, de C. Tangana. Asimismo, ha producido a Javiera Mena, Paula Cendejas y Ana Torroja, entre otras.

En este disco colabora con Conociendo a Rusia, Cuco, María Arnal y Renaldo & Clara. Con estos últimos, además, lo hace en catalán, una lengua que no ha obviado a la hora de crear. Los motivos detrás de esta decisión son más personales que políticos: “Me salió así. Cuando vives entre dos lenguas, vas cambiando con naturalidad. En función de con quién te pasen las cosas, te sale una u otra. Dicho esto, me parece normal que se hagan obras en este idioma y se promuevan. Tenemos que apoyarlo. Siempre estoy del lado de la industria en catalán”. ¿Faltan proyectos que la terminen de impulsar? La respuesta es clara: “Cuantos más, mejor”.

Foco heterosexual

Con Qué pasa, nen hubo quien se le echó encima por cargar contra la "burguesía intelectual" independentista. En uno de sus versos decía: "Me siento como Chanel, un catalán de segunda / Burguesía intelectual, podéis comerme la polla". En cuestión de horas, se convirtió en objetivo de la llamada cultura de la cancelación: “La he sufrido, pero supongo que es algo de la época que nos ha tocado vivir. Hay peña en internet que, según qué digas, se va a poner en tu contra y va a hacer bastante ruido. Miedo no tengo. De hecho, de no haber sido por el mensaje, esta canción habría sido un absoluto fracaso”. Otra de las críticas que suelen hacerle es el foco heterosexual en el que enmarca su música: “No me planteo abrirlo. Me parece marketiniano hacer las cosas así”.

Autor de hits como No te debí besar, Ya no siento nada y Todo me sabe a poco, frente a la adversidad, ha desarrollado un olfato particular para identificar tendencias. “Lo tengo más o menos afinado según el día. No tengo fórmulas, cada vez que me enfrento a un tema lo hago desde cero. Hay tardes con más suerte que otras”, puntualiza. Este método, unido a la universalidad de sus letras, le ha convertido en un referente intergeneracional: “Me gusta lo cotidiano. Escribo sobre historias que nos pasan a todos de algún modo u otro. Por ahí, cazo a la gente”.

La burbuja de los festivales

Siempre atento a las últimas tendencias, Alizzz no pierde la oportunidad de localizar nuevos nombres que le enganchen. Sólo hay una condición: la conexión tiene que producirse a primera escucha. “Me cuesta horrores encontrar algo que me llame la atención. No me gusta caer en la nostalgia y revisar viejas canciones. Últimamente, estoy escuchando demos que no salieron. En este mundo de grabaciones mal hechas estoy encontrando cosas que me emocionan”. Respecto a los festivales se muestra tajante: “No sé si hay tanto público, pero hay artistas llenando el Wizink Center con una facilidad pasmosa. Incluso Bernabéus”.

En 2021, Alizzz participó en la producción de 'El madrileño', de C. Tangana.

En 2021, Alizzz participó en la producción de 'El madrileño', de C. Tangana. / RAFA CASTELLS

El escenario se ha convertido en su gran aliado. Allí, flanqueado por su banda y frente a la multitud, es donde se siente pleno. De ahí que, tras bajarse, precise un periodo de adaptación. “Necesito un tiempo de descompresión. No puedo ponerme a hablar de lo que voy a comer mañana. Me gusta estar tranquilo, fumar un cigarro y tomar algo”, concluye. No sin antes añadir: “Quienes nos dedicamos al arte tenemos una sensibilidad especial. Si bien soy una piedra a nivel mental, tengo un punto de fragilidad. He vivido momentos al límite, pero espero no romperme”.