ENTREVISTA

Carlangas baila sobre la tumba de Novedades Carminha: "No paramos de escuchar música en inglés, pero nos extraña hacerlo en gallego"

Melancólico y luminoso a partes iguales, Carlos Pereiro arranca una etapa 'dance-punk' que reivindica sus raíces: 'Bailódromo vol. 1' es su segundo álbum en solitario

Carlangas, ex Novedades Carminha, se ha asociado con Los Cubatas para lanzar 'Bailódromo vol. 1'.

Carlangas, ex Novedades Carminha, se ha asociado con Los Cubatas para lanzar 'Bailódromo vol. 1'. / ALBA VIGARAY

Pedro del Corral

Pedro del Corral

De la risa al llanto hay apenas un salto. Es curioso porque, en cuestión de segundos, un sentimiento es capaz de ahogar al otro. Y, entonces, da igual de dónde vengas o hacia dónde vayas. No habrá vuelta atrás. La última canción de Carlangas (Lugo, 1987) marca esa fina línea capaz de voltear el corazón: de letra melancólica y melodía luminosa, Tiemblo es el estupefaciente perfecto para disparar un estado u otro. Busca el descontrol mientras pliega la aorta. “Soy un romántico, tío. No me infravalores. Adoro a Los Chichos porque cantan historias tristes mientras te levantan de la silla. Cuando recoges lo que sientes, tus temas se vuelven inmortales”. Esa es la premisa sobre la que se sustenta Bailódromo vol. 1, el segundo álbum en solitario desde que Novedades Carminha cerró su pista. Ahora, abre la suya particular. Benvidos à gran festa.

“¿Tú dónde has visto a un artista contento? Si escribes, duele. De lo contrario, estarías de birras con tus colegas. Nadie compone sobre lo feliz que es la vida. Amo a mi novia, tengo un hijo fantástico, he montado una banda… pero otra cosa es que el pechito apriete”, sostiene Carlangas entre risas. Si bien el disco saldrá en verano, ya está calentando tobillos para hacer danzar a la multitud. Además, literal. Porque, tras los festivales correspondientes, tocará en salas de pequeño aforo para convertirlas en auténticos bailódromos. Sobran los pasos, aquí la clave será llevar el ritmo a la enésima potencia: “Necesito bajar a tierra. Cuando termine cada bolo, hablaré con la peña y me tomaré un cubata. Sólo así será realista”.

'Bailódromo vol. 1' es el segundo disco en solitario de Carlangas, tras el fin de Novedades Carminha.

'Bailódromo vol. 1' es el segundo disco en solitario de Carlangas, tras el fin de Novedades Carminha. / ALBA VIGARAY

15 temporadas después de arrancar Novedades Carminha, decidió poner punto y final al grupo para dar respuesta a nuevas inquietudes. Debutó en solitario hace un año y, este 2024, regresa para ponerlas a disposición de la masa. “Tengo 36 y, dado que a mi generación le tocó vivir varias crisis consecutivas, decidí buscar una vía de escape. De lo contrario, habría podido la ansiedad con nosotros. Seguimos viviendo una época convulsa y eso he terminado reflejándolo en el sonido. Deseo que la gente se relacione y se desinhiba. No es un álbum dócil, ¿eh? Tiene su carácter”, explica. Para alumbrarlo, ha contemporaneizado los compases típicos de los 70 que tantas alegrías le dio, adaptándola a una jerga que sólo él es capaz de vertebrar.

P. Dance-punk, ¿no?

R. Me siento en esta onda. Cuando empecé la universidad, no estábamos tan enganchados a internet como hoy: el cambio tecnológico nos está consumiendo. No descansamos, ni siquiera en vacaciones. Vivimos con el síndrome del agotamiento constante. Y lo triste es que estamos perdiendo la capacidad para conectar mediante la vibra. De ahí que sea fundamental la música disco.

P. ¿Echa de menos trabajar en grupo?

R. No. De hecho, colaboro con Mundo Prestigio bajo el sobrenombre de Los Cubatas. Prácticamente, no he notado grandes diferencias en el modus operandi. Ahora bien, estoy súper orgulloso de mi carrera. Las bandas tienen una energía concreta que dura lo que dura. Y creo que nosotros lo hicimos bien más allá de cosas puntuales que no afectaron demasiado a la trayectoria. No hay vuelta atrás, pero estoy orgulloso de haber formado parte de Novedades Carminha.

P. ¿Se ha topado con alguien que no ha entendido el cambio?

R. Por suerte, no. La gran mayoría ha acogido este elepé con respeto. Y lo mejor es que ha llegado a otro tipo de audiencia. No tengo más que una cara y, posiblemente, éste podría ser el siguiente disco de Novedades Carminha... No lo es porque mis compañeros son otros, pero el discurso no ha cambiado.

Un gallego en Madrid

Bailódromo supone un regreso a las raíces más peladas de Carlangas. Aquellas que recuperan las vísceras de los comienzos y que, conforme pasan los años, se van transformando en vestigios anestesiados de lo que fuimos. De esta novena juventud han nacido un puñado de canciones que, a pesar de las arrugas, sacan lustre a miedos, dudas y nervios del presente. “Al principio, quería militar en la escena punk. Sin embargo, al poco, me aburrí y empecé a experimentar. La mezcla entre agresividad y fiesta me encanta. Ahí me encuentro de puta madre”. Así lo transmitirá en una inminente gira que le llevará hasta festivales de la talla de Sonorama Ribera, Interestelar, Ribera Sacra, Gigante y FIB, entre otros.

“Cuando me vine a Madrid, lo primero que hice fue trabajar como camarero en el Garaje Sónico, un garito situado en la plaza Dos de Mayo. Nada más entrar el dueño me dijo: ‘Aunque tengas un mal día, tienes que sonreír’. Lo mismo sucede sobre el escenario: el público me espera. Igual que he subido afónico, lo he hecho tras un día de mierda… y he bajado súper relajado. Hay un poder espiritual muy potente en esto”, cuenta. Un cometido en el que no importa si hay 100 o 5.000 personas esperándolo. Basta con dejarse contagiar por la energía tan particular que desprenden estas nuevos temas: “Lo que me pone cachondo es hacer cosas que nadie se espere. No se puede pretender gustar a todo el mundo”.

Carlangas, fotografiado en una frutería del madrileño barrio de Usera.

Carlangas, fotografiado en una frutería del madrileño barrio de Usera. / ALBA VIGARAY

P. ¿Siempre ha hecho lo que le ha dado la gana?

R. Sin duda. No podía ser de otra manera. Iba para periodista, así que llegué aquí de un modo súper visceral. La música es mi forma particular de comunicarme. Paso a paso, he ido adquiriendo destrezas que me han permitido hacer lo que quería.

P. ¿Qué pasa cuando, en mitad de un concierto, cambia de lengua y canta en gallego?

R. La reacción es buena. Está normalizado, vaya. Soy bilingüe y lo vivo con absoluta naturalidad. No paramos de escuchar música en inglés, pero nos extrañamos cuando lo hacemos en gallego. No tiene sentido. Cuando me lo pide el cuerpo, lo hago y punto. He pasado la mitad de mi vida en Galicia y la otra mitad en Madrid, por lo que estoy acostumbrado a pasar de un idioma a otro. En este disco, por ejemplo, hay un corte en gallego con una cantante muy conocida.

P. Con una evolución tan ecléctica, ¿cuál es el siguiente reto?

R. No tengo ni idea. Déjame saborear esto y te diré. El directo es mi gasolina y hacer música de baile no tendría sentido si no la pongo en práctica.  

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