LIBROS

Manu Marlasca: “No hay nadie bueno ni malo las 24 horas del día”

El periodista presenta ‘Tú bailas y yo disparo’, una novela policiaca y sobre policías en la que habla de la capacidad del mal para corromper y de la entrega incondicional de quienes se dedican a hacer justicia

El periodista y escritor Manuel Marlasca.

El periodista y escritor Manuel Marlasca. / Carlos Ruiz B.k

Resulta difícil encontrar a una persona que no sepa quién es Manuel Marlasca, el periodista de sucesos, actualmente responsable de la crónica negra en el programa TardeAR de Telecinco, pero con una larga trayectoria en otros medios como LaSexta, Interviú, Antena 3 o Telemadrid. Con 36 años de reporterismo a sus espaldas, pocos profesionales de la información de nuestro país pueden presumir de conocer mejor los entresijos del trabajo policial y judicial.

Algo más privada y desconocida es su faceta como lector empedernido de todo tipo de géneros y autores. En el momento de realizar esta entrevista, nos confiesa que acaba de terminar un libro de Joseph Conrad y que está leyendo El día del Watusi de Francisco Casavella e Iluminaciones de Pedro García Cuartango.

Marlasca es autor de varios libros de divulgación periodística en los que ha analizado solo, o en compañía de otros autores, algunos de los crímenes más espeluznantes de nuestra historia reciente como hizo, por ejemplo, en Cazaré al monstruo por ti, donde se sumergió en el caso del pederasta de Ciudad Lineal. Nunca, hasta ahora, se había atrevido a dar el paso a la ficción. “Tengo un respeto reverencial por la literatura y me daba cierto pudor escribir una novela”, reconoce. “Aunque bien es verdad que yo desde el año 2006 tenía un cuaderno en el que había ido apuntando algunas ideas que habían ido tomando forma como el esqueleto de una novela. Así que, cuando acabé mi último libro de true crime junto a Luis Rendueles, y animado por mi agente, Mónica Carmona, empecé a escribir porque tenía una historia que contar”.

Así surgió Tú bailas y yo disparo, editada por Destino, una novela que, más que negra, el autor define como “de policías” y que tiene vocación de ser la primera entrega de una serie. En ella, conocemos al Grupo X (leído como 10) de la Brigada de Policía Judicial de Madrid y los acompañamos en su investigación sobre el macabro hallazgo de un torso de mujer en una fábrica abandonada. Los agentes Jimmy Valle, Luis Mangas y Paula Vicente, pertenecientes a diferentes generaciones y con estilos y pasados muy diferentes, serán los encargados de las pesquisas en las que contarán con la ayuda de Julia Zaldívar, una inspectora especialista en la lucha contra las redes de trata de mujeres que se convertirá en una pieza fundamental para resolver el caso.

El equipo pronto comprenderá que se enfrenta a un desafío enorme: un asesino con recursos para llevar a la Policía hasta callejones sin salida, una trama poderosa y con conexiones comprometidas relacionada con otros asesinatos nunca resueltos y una investigación que dejará profundas cicatrices en todos los que participan en ella.

Es cierto que yo me he ahorrado toda la parte de documentación que tiene que realizar cualquier novelista, porque ese trabajo ya lo traía hecho de casa. Conozco muy bien cómo funcionan los mecanismos policiales, los judiciales, cómo es una autopsia, cómo es una inspección ocular..."

El autor reconoce que su experiencia como reportero desde 1988 ha jugado bastante a su favor en la creación de la historia y de los personajes. “La novela es fruto de mi experiencia y también de muchos años de lecturas”, confiesa. “Es cierto que yo me he ahorrado toda la parte de documentación que tiene que realizar cualquier novelista, porque ese trabajo ya lo traía hecho de casa. Conozco muy bien cómo funcionan los mecanismos policiales, los judiciales, cómo es una autopsia, cómo es una inspección ocular, lo que hace el Grupo Operativo de Prevención e Intervención Policial, lo que hace el GEO, lo que hace la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales… Evidentemente, hay muchos lugares, situaciones y personajes en el libro que son ficticios, pero también muchos son reales y los conozco de primera mano y si no me he documentado para que sean verosímiles”.

De hecho, aunque ya pasó a la historia, el Grupo X que se retrata en la novela, existió. Según Marlasca, la Brigada Judicial de Madrid tiene dos grupos de homicidios, el V y el VI, pero en torno a 2002, cuando los asesinatos en la demarcación de Madrid se multiplicaron, fue necesaria la creación de un tercer grupo de homicidios, que fue el Grupo X y que estuvo en activo diez años, hasta que el número de muertes se redujo. “En parte, el libro es un pequeño homenaje a ese grupo y a los otros dos, que conozco muy bien debido a mi trabajo”, apunta. “Sus integrantes son ficticios, pero sí que es verdad que me he inspirado en alguno de los policías reales para crear a Jimmy, Luis y Paula. He conocido, por ejemplo, a algún agente que le apasiona Led Zeppelin y a otro que es muy madridista o que cría canarios, como vemos en el libro. Lógicamente cualquier escritor, por mucha ficción que quiera hacer, acaba introduciendo cosas reales en su historia. Cuando Javier Marías situaba Todas las almas en Oxford, no lo hacía por casualidad, sino porque conocía muy bien esa universidad donde fue profesor”.

Marlasca, con su primera novela.

Marlasca, con su primera novela. / Carlos Ruiz B.k.

Personajes ambiguos

Hay una característica común entre los personajes que pueblan las páginas de Tú bailas y yo disparo y es cierta ambigüedad que consigue aportarles una ración extra de realidad. Algo que, en ocasiones, echamos de menos en muchas otras ficciones en las que la diferencia entre buenos y malos resulta casi naíf. “Todos los personajes de la novela tienen sus luces y sus sombras”, confirma Marlasca. “Esa es una parte del ser humano que me interesa mucho y, lógicamente, cuando me he puesto a escribir literatura, he tratado de indagar en ello. Quizá yo no soy quién para dar una respuesta a esa cuestión, pero sí para profundizar en ella. Lo que he vivido en mi experiencia como reportero es que cuando se investiga un delito grave, un enorme foco ilumina todas las facetas de la vida de los investigados y entonces te das cuenta de que todos tenemos zonas oscuras. No hay nadie bueno ni malo las 24 horas del día, todos tenemos matices y no somos esencialmente ángeles o demonios. Los asesinos también quieren a sus hijos y tienen familias y debilidades”.

El crimen organizado no tiene límites, va a corromper todo lo que pueda y ese poder debería hacernos levantar las orejas a todos. Lo que pasa es que preferimos vivir en el confort de no pensar que el crimen organizado puede campar a sus anchas y puede tentar a todo el mundo"

Otro de los temas clave de la novela es la corrupción y el poder de esta de extenderse y contagiarse. El dinero es capaz de corroer hasta la voluntad más firme, tal y como hemos visto ya innumerables veces en nuestro país. Para Marlasca, su capacidad de destruir el Estado tiene que ver con el poder que las redes criminales van acumulando. “El principal activo de las organizaciones mafiosas es el dinero y el poder que este otorga para corromper y para llegar hasta las estructuras más sensibles del Estado”, aclara. “Desgraciadamente en España hemos visto algún caso donde la corrupción ha llegado hasta el corazón del país o al corazón de las Fuerzas de Seguridad. En el libro lo que quería plantear era eso, que el crimen organizado no tiene límites, va a corromper todo lo que pueda y ese poder debería hacernos levantar las orejas a todos. Lo que pasa es que preferimos vivir en el confort de no pensar que el crimen organizado puede campar a sus anchas y puede tentar a todo el mundo. Cuantas más alas les demos a estos delincuentes, más corrupción va a haber, por lo que deberíamos estar muy vigilantes con eso”.

500 páginas de divertimento

A pesar de incluir este tipo de reflexiones, Marlasca confiesa que el objetivo de su libro es que los lectores pasen un buen rato siguiendo las aventuras del Grupo X, sin mayores pretensiones. “Igual que no hago periodismo para cambiar el mundo, sino para contar historias, cuando hago literatura también lo hago para contar historias”, confiesa.

Tampoco está muy de acuerdo con el poder o la trascendencia que muchas veces se otorga a la novela negra como agente para destapar los rincones más oscuros de la sociedad. “Hace poco leí el ensayo Los bajos fondos del corazón de Eugenio Fuentes, en el que habla de la novela negra y la define como la mezcla de dos ingredientes: daño y misterio. Yo estoy totalmente de acuerdo con él. Tú puedes plasmar o no los males de la sociedad o puedes hacer un retrato, una radiografía de tu país, pero básicamente creo que lo que tiene que tener una buena novela negra es un componente de daño y un componente de misterio. Un misterio que puedes plantear como quieras. En mi novela, se sabe muy pronto quién ha matado a quién, pero la gracia es cómo se llega a desenredar esa madeja”.

No obstante, Tú bailas y yo disparo es, además de un libro entretenido, el reflejo de algo que Marlasca ha vivido muy de cerca a lo largo de sus más de treinta años de carrera: que detrás de cada investigación, por pequeña que sea, hay una serie de personas que están poniendo su cuerpo y su alma y que estas quedan marcadas para siempre. “La entrega y la vocación de servicio de los agentes les lleva muchas veces a lugares en los que no quieren estar, donde se les va a rasgar la piel y les quedarán cicatrices y el alma rota”, concluye.