EXPOSICIÓN EN CHILE

Cibernética pop, diseño industrial de masas y gráfica colorida: la revolución de Allende se construía con estilo

50 años después del golpe de estado de Augusto Pinochet, una exposición en Santiago de Chile rescata la creatividad transformadora de aquella experiencia democrática arrasada con violencia

Reproducción de la Opsroom del centro de operaciones de Synco (Sistema de Información y Control) de Chile

Reproducción de la Opsroom del centro de operaciones de Synco (Sistema de Información y Control) de Chile / Cedida

Cuando los militares golpistas entraron el 11 de septiembre 1973 en la sala Opsroom, se toparon con unas sillas blancas y rojas llenas de botones. Pantallas luminosas y visualizaciones de datos colgadas de las paredes redondeaban la atmósfera de ciencia ficción de aquel habitáculo que parecía salido de la serie de televisión Star Trek. Los militares preguntaron: “¿Esto están usando para el control del país?”. Poco después, destruyeron la sala. La Opsroom era el centro de operaciones de Synco (Sistema de Información y Control), la tecnología que el gobierno chileno activó para coordinar, entre otras cosas, la producción industrial del país. Combinando máquinas de télex, un ordenador central monitoreaba en tiempo real las empresas que Salvador Allende había nacionalizado. Gracias a la aplicación Cibernet de Synco, que se adelantó dos décadas a Internet, el gobierno llegó a driblar el caos provocado por una huelga de camioneros instigada por la derecha. 

Opsroom, la sala que ha alimentado durante décadas el mito de la cibernética chilena, ha sido reconstruida por primera vez para la exposición Cómo diseñar una revolución: la vía chilena del diseño, en el Centro Cultural La Moneda (CCLM) de Santiago de Chile. Enmarcada en las actividades del 50 aniversario del golpe de Estado que interrumpió el gobierno de Salvador Allende, la muestra contiene piezas de diseño gráfico e industrial desarrolladas desde el sector público o con apoyo gubernamental que aspiraban a mejorar las condiciones de vida de la población. En palabras de Regina Rodríguez Covarrubias, directora del Centro Cultural La Moneda, permite "conocer y valorar un Chile vanguardista que usó sus recursos creativos para democratizar la cultura, educar y construir lazos de convivencia en favor de la equidad y la innovación".

La exposición, en cuya producción ha participado el Massachusetts Institute of Technology (MIT), presenta obras que pretendían sintetizar socialismo y democracia, ideales revolucionarios y participación cívica gracias al diseño. Creaciones que, aparte de su lado utilitario, contenían las semillas de un nuevo mundo y abrían horizontes de esperanza: de la legendaria Opsroom a televisores y coches de precios asequibles, de cartelería para legitimar la nacionalización de la industria del cobre a tocadiscos pensados para las clases populares, pasando por portadas de los discos de la Nueva Canción Chilena, calculadoras caseras, juguetes pedagógicos o piezas de señalética. "La vía política chilena implicó también una nueva vía chilena al diseño, primer país en implementar un diseño socialista democrático. Este caso de innovación en diseño fue excepcional, porque surgió desde el Estado", asegura a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Hugo Palmarola (UC), comisario de la muestra junto a Eden Medina y Pedro Ignacio Alonso. ¿Hasta dónde habría llegado la vía chilena del diseño sin el golpe de Estado de Pinochet?

Equipo modular de sonido para el Comité Sectorial de Industrial Eléctricas y Electrónicas e Industria de Radio y Televisión, 1973

Equipo modular de sonido para el Comité Sectorial de Industrial Eléctricas y Electrónicas e Industria de Radio y Televisión, 1973 / Archivo personal y fotografía de Gui Bonsiepe

Diseño industrial

Instituto Tecnológico del Estado de Chile (INTEC)Gui Bonsiepe televisor Antuautomóvil YAGÁN
Animales de juguete, para la Junta Nacional de Jardines Infantiles. Creación del Área de Diseño Industrial del Comité de Investigaciones Tecnológicas de Chile [INTEC], 1971

Animales de juguete, para la Junta Nacional de Jardines Infantiles. Creación del Área de Diseño Industrial del Comité de Investigaciones Tecnológicas de Chile [INTEC], 1971 / Archivo personal y fotografía de Gui Bonsiepe

El apartado de la exposición titulado Cómo nutrir la infancia recopila los objetos –cunas, sillas, juguetes para párvulos– que el gobierno Allende desarrolló para conseguir el bienestar de la infancia. La consecución del "niño nuevo" era considerada una fase crucial para el "hombre nuevo" que propugnaban las izquierdas latinoamericanas. "Al observar proyectos de diseño como una cuchara para medir la leche en polvo, una sala de control cibernética o un afiche para la acción colectiva, vemos las diversas formas en que las personas que trabajaron en estos proyectos intentaron crear una sociedad más igualitaria", asegura a este medio la comisaria Eden Medida, que trabaja en el MIT. De no haber sido por el golpe de Estado, los diseños del INTEC habrían entrado en una fase producción industrial masiva. 

'La leche da más vida... ¡Al abordaje muchachos!'. Diseño de Waldo González y Mario Quiroz para la Polla Chilena de Beneficencia ['Polla', en Chile, es 'lotería']./ Pontificia Universidad Católica de Chile


Gráfica popular


El apartado Cómo promover la música popular recoge una recopilación de portadas de la Nueva Cancion Chilena de la que formaron parte Violeta Parra, Margot, Víctor Jara o Inti-Illimani. Durante el gobierno Allende, la discográfica Discoteca del Cantar Popular (DICAP) hizo especial hincapié en el diseño de sus discos. Con un lenguaje visual diverso y original, repleto de símbolos de las luchas latinoamericanas, los hermanos Vicente y Antonio Larrea, junto con Luiz Albornoz, crearon los logotipos, fichas, carátulas e interiores de la mayoría de discos. Su estética impregnó los conciertos que incentivaban en fábricas, sindicatos y poblaciones pequeñas. Su labor creativa fue construyendo imaginarios para la resistencia de la producción discográfica local frente a las empresas multinacionales que controlaban los medios audiovisuales.

Interior del disco de Víctor Jara 'El derecho de vivir en paz'. Diseño de Vicente Larrea, Antonio Larrea y Luis Albornoz. / Archivo personal de Alex Pulgar


La muestra, que tiene la Nueva Canción Chilena como hilo musical, recopila piezas gráficas de carácter pedagógico y llamadas a la acción colectiva. Entre ellas, destacan el diseño gráfico de Santiago Nattino para la educación técnica de los campesinos, los carteles de Waldo González y Mario Quiroz para el Servicio Nacional de Salud o el trabajo editorial del Taller Gráfico de la Universidad Técnica del Estado. Mención aparte merece la Editorial Quimantú, que en apenas un año y siete meses de funcionamiento sacó a circulación más de 11 millones de libros y revistas con financiación pública. Con una estética híbrida que caminaba entre popular y lo cult, la gráfica propiciada por el gobierno Allende caló en las calles y marcó a sucesivas generaciones.

Señalética para la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo en el Tercer Mundo [UNCTAD III]. Grupo de Diseño Gráfico del INTEC,1972. / Pontificia Universidad Católica de Chile


A 50 años del golpe de Pinochet, la via chilena del diseño emerge con personalidad redoblada. "Los proyectos de diseño que presentamos en la exposición son especialmente importantes porque permiten hacer memoria y reflexionar cómo a través del diseño gráfico e industrial de uso cotidiano es posible pensar en nuevas alternativas y posibilidades para el cuidado de la democracia y de la justicia social", afirma Hugo Palmarola.

Cómo diseñar una revolución: la vía chilena al diseño, que se prolongará hasta finales de enero de 2024, está batiendo récord de visitas (20.000 en el primer mes). Y despertando interés internacional. La reconocida editorial suiza Lars Müller Publishers, vinculada al histórico movimiento arquitectónico Bauhaus, publicará un volumen con el contenido de la exposición, arropado con artículos de investigadores del diseño, tecnología, historia de Chile y cultura visual.

¿Hasta dónde habría llegado la vía chilena del diseño sin la interrupción del golpe de Estado de Pinochet? La pregunta flota sobre los diseños de la muestra y resuena como eco insistente. SYNCO, la novela de Jorge Baradit que especula sobre un Chile en el que el golpe de Estado de 1973 fracasó, brinda una posible respuesta. El Synco de la novela convierte a Chile en “un organismo armónico, con sus cables telefónicos que se hunden en la tierra como una aorta plástica”. Sin dictadura, la aplicación Ciberfolk podría haber funcionado a todo tren, como en la novela de Baradit: el dispositivo, todo un ancestro de Internet, habría permitido que la gente opinara desde sus casas sobre el gobierno.