MADRID

Primavera Sound no tendrá edición madrileña en 2024

"La ciudad no cuenta con un recinto capaz de albergar con garantías un evento de nuestra magnitud y formato", ha comunicado la organización

La empresa ha reestructurado su oficina madrileña con la salida de varios de sus trabajadores contratados, aunque por ahora aseguran que esta continuará abierta

El Primavera Sound en el recinto de la Ciudad del Rock de Arganda.

El Primavera Sound en el recinto de la Ciudad del Rock de Arganda. / Christian Bertrand

Jacobo de Arce

Jacobo de Arce

Primavera Sound no celebrará edición madrileña el año que viene. Así lo ha comunicado la organización del festival, justificándolo por la falta de un recinto en Madrid que pueda acogerlo en las condiciones que esta cita musical de origen barcelonés considera adecuadas.

"Después de varias semanas de exhaustiva valoración de la primera edición de Primavera Sound Madrid, las circunstancias actuales nos llevan a comunicar que en 2024 el festival no podrá celebrarse", reza el comunicado distribuido por sus organizadores. "Las dificultades externas que el festival tuvo que afrontar en la recta final de la preproducción dieron lugar a una de las ediciones más complicadas que Primavera Sound ha tenido que afrontar nunca. Y a día de hoy, de cara a 2024, la ciudad no cuenta con un recinto capaz de albergar con garantías un evento de nuestra magnitud y formato en lo que a exigencias del público, requisitos de producción y despliegue musical se refiere", sentencia. 

En relación con esta noticia, este periódico ha podido saber que la empresa ha despedido en los últimos días a varios de los trabajadores de plantilla que había contratado para su proyecto madrileño. Algunos de los afectados hablan de "la mayor parte del equipo fijo", pero desde la organización no se ha facilitado el número de bajas ni se ha especificado de qué áreas, aunque dicen que algunos de ellos van a ser sustituidos y otros han dedicido volver a Barcelona. Lo que aseguran es que su oficina en el distrito de San Blas, que acoge a otras empresas cercanas al festival como la agencia creativa Vampire, continuará abierta, y la directora de la edición madrileña, Almudena Heredero, seguirá por ahora en su puesto.

Éxito artístico y de público, fracaso logístico

A pesar de que sus responsables lo acabaron calificando como un éxito, con un total de 90.000 espectadores asitiendo a las jornadas del viernes 9 (42.000) y del sábado 10 de junio (48.000) en el recinto de la Ciudad del Rock de Arganda, a más de 40 kilómetros del centro de la capital, lo cierto es que el festival se convirtió en un reguero de importantes problemas en el que era su debut madrileño, después de 20 años celebrándose en Barcelona y con ediciones más recientes en otras ciudades del mundo.

Esos problemas comenzaron cuando hubo de cancelarse la primera jornada, la del jueves, debido a las importantes precipitaciones acumuladas en la región a lo largo de los días anteriores, que convirtieron el recinto en un barrizal en el que había además el temor de que las posibles tormentas eléctricas previstas pudieran provocar alguna desgracia.

El viernes, una vez que el festival se pudo poner en marcha, los problemas fueron ocasionados fundamentalmente por el transporte. En esa jornada, los accesos y aparcamientos se vieron desbordados por la gran cantidad de gente que asistió en coche, con retrasos interimables para llegar al recinto que llegaron a provocar que se retrasara el concierto de los cabezas de cartel de esa jornada, Depeche Mode. Más tarde, de madrugada, como también en la jornada del sábado, el principal incoveniente se dio en la salida del recinto, cuando miles de asistentes llegaron a esperar más de dos horas para poder coger un taxi o alguno de los autobuses lanzadera que la organización había puesto a disposición del público, y que se desmostraron insuficientes.

El tema de los accesos, un embudo insuficiente para absorber la gran cantidad de coches, taxis y autobuses que llevan al público a un evento de estas dimensiones, es el principal problema esgrimido por la organización para descartar que se pueda repetir la experiencia de este año en el recinto de Arganda. La estación de metro más cercana al recinto, en el casco urbano de Arganda del Rey, está a seis kilómetros.

A pesar de todo, artistas como los citados Depeche Mode, Rosalía, Kendrik Lamar, Fred Again o Skrillex brillaron durante los dos días de festival en Arganda, en los que, una vez dentro del recinto, y salvo algunas humedades todavía persistentes en el terreno y algún fallo técnico puntual, todo funcionó de manera satisfactoria.

Durante aquellas jornadas, fuentes de la organización habían reconocido a este diario las dificultades que estaba atravesando la cita madrileña, pero manifestaron su voluntad expresa de seguir teniendo una presencia fuerte en la capital que fuera más allá de las giras individuales de artistas que organizan a lo largo del año en salas. Estas fuentes llegaron a plantear incluso la posiblidad de un 'decrecimiento', de adoptar un formato más reducido como el que se celebra en la ciudad portuguesa de Oporto cada año unos días después de la edición de Barcelona, y este año en paralelo con la de Madrid. Pero esa opción también ha quedado descartada por ahora.

El anuncio de Primavera Sound llega después del ruido generado en los últimos días por los problemas sistemáticos del recinto de festivales de Villaverde en el que se celebró Mad Cool hace un par de semanas, y donde el Ayuntamiento ha desautorizado, por motivos de seguridad, la convocatoria del Reaggeton Beach Festival que debía tener lugar allí este fin de semana.

Con estas noticias se constata, una vez más, las dificultades de la capital para albergar un macrofestival como los citados por la falta de un reciento adecuado para ello. Concluida la edición de este año y a lo largo de las últimas semanas, Primavera Sound ha estado buscando en Madrid otras localizaciones donde poder celebrarse, una tarea nada fácil debido a la propia estructura y a la célebre 'profundidad' del cartel de la convocatoria: una docena de escenarios que tienen que funcionar de manera casi simultánea y sin molestarse mutuamente dentro de un mismo espacio,con unos 200 conciertos a lo largo de tres días. Pese a la buena disposición que, dicen, han encontrado en las autoridades, esa misión se ha demostrado imposible. Primavera Sound no descarta, a pesar de todo, que sí pueda haber una nueva edición madrileña en 2025 o años posteriores, si tal recinto llegase a existir.