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Nieves Herrero: "Yo soy feminista, y tengo verdadera preocupación por cómo se reproducen los asesinatos de mujeres"

Nieves Herrero con su libro La Baronesa, sobre Carmen Thyssen.

Nieves Herrero con su libro La Baronesa, sobre Carmen Thyssen. / Diego Radames

Dice que su libro La Baronesa, sobre Carmen Thyssen, ya vuela solo. Le ha costado muchos disgustos por la actitud conocidamente voluble de la protagonista. Piensa ya en otra novela que no le dé dolores de cabeza. Dirige un programa diario en Onda Madrid, y en cuanto puede se echa unas manitas al mus.

¿Finalmente Carmen Thyssen incordia o no incordia con su libro?

Pues después de la sorpresa inicial de que yo sacase el libro, que creo que se sorprendió, ahora estamos en la fase de tirarnos flores una a la otra. Espero y deseo que no haya ya ningún conflicto y que la novela vuele sola.

Quién le mandaría meterse en tratos con la baronesa, que tiene fama de ser muy yo-mi-me-conmigo.

Cuando te llama la baronesa para que hagas un libro siempre piensas que a ti no te va a pasar lo que les ha ocurrido a otros, que les ha dejado plantados. No sé si el equívoco estuvo en que para mí siempre fue una novela y ella dice ahora que va a escribir su biografía. Me ha dejado un poco boquiabierta, porque siempre fue una novela a medias. Yo le daba capítulos novelados, basados en hechos reales.

A estas alturas, tras tres años de trabajo, no puede decir que no sabe qué se torció.

Es que no lo sé. Lo único que sé es que hay una empresa audiovisual importante con un proyecto de documental y con muchos ceros.

Pero si a ella los ceros le sobran.

Pues siempre dice que necesita cash porque tiene muchísimos gastos, y siempre tiene algún cuadro en mente.

¿Ha pasado a llamar al libro novela para evitarse problemas?

No. Para mí siempre fue una novela. Ahora, sin Tita, he sido más libre a la hora de organizarla.

¿Ana Obregón y la baronesa tienen situaciones paralelas?

[Ríe] A ver cómo te lo digo. Tienen situaciones con cierto paralelismo. Pero ella lo que no quería era que su hijo se quedara solo si a ella le pasaba algo. Y pensaron en ampliar la familia. Mientras que el planteamiento de Ana es que quería la continuidad del hijo ya fallecido.

Lo de la soledad de Borja suena un poco raro. Y Obregón concretamente lo que ha sido es abuela.

Pues yo no lo sé. Creo que Tita en algún momento de su vida dirá quién es el padre de sus hijas, como dijo que Manolo Segura era el padre de Borja.

Da la impresión de que usted no se moja ni debajo de la ducha.

Hombre, me he mojado mucho. El hecho de sacar el libro ya significa una actitud. Conmigo no va el que un trabajo de tres años se tire a la basura.

Dice de Carmen Cervera que es “sin duda, el personaje más interesante de estas últimas décadas”. ¿De verdad?

Yo creo que en el mundo de la cultura es sin duda una de las personas más importantes. Sin ella la colección Thyssen no estaría aquí, porque tuvo muchos novios. Se lo debemos a ella. Más de 1.400 cuadros.

¿Tita la deslumbró?

Me deslumbró el personaje, probablemente.

O sea, que es usted una chica fácil.

Jaja. No, no soy tan fácil, aunque con Tita venía de casa dispuesta a que el personaje me atrapara. Pero fui conociendo más a la mujer con miedos, vulnerable, que duerme con la luz encendida, que habla con sus muertos. Y me atrajo más que la deslumbrante que conocemos.

Habla de la reiterada presencia en su vida de Lex Barker. ¿Ser viuda de Tarzán pudo dejar a Jane sin saber de qué liana colgarse?

Sí. Ella estuvo muy despistada a su muerte, sin saber qué liana mover. Estuvo a punto de irse con el amigo de Lex que manejaba todo en Hollywood, Kirk Kerkorian. Pero apareció Espartaco Santoni, el hombre apasionado, para mí su capítulo más oscuro, con el que llega no a tocar suelo, sino semisótano.

Dice que fue como la terapeuta de la baronesa. ¿Usted se la cree?

Yo sí creo en Tita, la creo. Sé que ella ha borrado totalmente los episodios negativos de su vida. Pasó muy de puntillas por la vida de Espartaco, que creo que fue su gran pasión. Lex Barker fue el hombre que la deslumbra y el barón Thyssen, la estabilidad y la persona que la sitúa en el mundo.

¿A qué política o político le haría un libro como éste?

A Felipe González y a Suárez. Me ofrecieron hacer a Suárez y hablé con su hijo. Me dijo que había muchos intentos de hacerlo, y que si algún día se escribiera, lo haría él. Me apetece esa época de la Transición, año 82, cuando Felipe González gana las elecciones. Es un personaje que me atrae.

Cuando la ultraderecha niega la violencia de género, ¿qué cuerpo se le queda?

Yo soy feminista, y tengo verdadera preocupación por cómo se reproducen los asesinatos de mujeres. He llegado a pensar qué podría hacer yo y cada uno, como ir a colegios a explicar una serie de cosas. Porque creo que la clave está en la infancia, en la educación, en la adolescencia.

Usted no descompone la sonrisa ni bajo tortura. ¿Cómo logra tanta compostura?

[Ríe]. Pues no es impostado. Yo tenía un padre muy simpático, que me enseñó que lo mejor que uno puede hacer es regalar una sonrisa cada día, que nadie tiene por qué aguantar tus malos humores ni saber que tienes una preocupación.

¿Nunca se suelta el pelo?

Cuando me tocas mucho las narices, si llega un momento en que ya no puedo más, me lo suelto. Con el libro me he soltado el pelo en dos o tres programas de televisión en los que ya no podía más. Y explotas.