ASUNTOS PROPIOS
Baltasar Garzón, jurista: "A algunos les incomoda mi propia existencia"
"La verdad es que, tras años de servicio público en distintos frentes, hay poco que me pueda molestar. Como me aconsejaba mi padre, tengo las espaldas muy anchas"
Fue el juez de los GAL y del narcotráfico gallego, el que echó el lazo a Pinochet y el condenado por el Supremo a 11 años de inhabilitación por las escuchas de la Gürtel. En estos años apartado de la carrera, Baltasar Garzón ha fundado un bufete (International Legal Office for Cooperation and Development), se ha movido por el tablero internacional –defiende 'pro bono' a Julian Assange– y ha formado nuevo hogar con la fiscal Dolores Delgado. Entretanto, el Comité de Derechos Humanos de la ONU dictaminó que la sentencia del Alto Tribunal fue "parcial y arbitraria", y que España tenía "la obligación" de borrar sus antecedentes penales.
¿Han borrado sus antecedentes penales?
No han hecho nada. Lo hemos reclamado ya en tres ocasiones al Ejecutivo.
No se siente reparado, entonces.
Cuando el comité de la ONU emitió el dictamen, se lo comuniqué a mi madre –tiene 93 años, está lúcida y lleva mi agenda– y me preguntó: "Hijo, ¿eso es bueno para ti? Pues para mí, también". Un rato después, en el chat familiar, escribió: "Tengo que comunicaros a todos que hoy el tribunal más importante del mundo le ha dado la razón a mi hijo. No necesitaba que dijeran que era una injusticia, ya lo sabía. Y Dios me ha dejado en la Tierra para verlo". A partir de ahí, me da igual lo que diga la Sala Segunda o el sursuncorda..
¿El cuerpo le pide volver a empuñar el mazo?
Desde muy joven quise ser juez, profesión que me quitaron sin justificación. Yo solicito que me repongan en la posición que tenía. Lo que haga después, será una decisión personal. Tengo 67 años y creo que doy juego todavía, pero no sé si reconocerán el derecho cuando ya no pueda ejercerlo.
¿Con usted empezó la instrumentalización moderna de la Justicia?
El desarrollo más evidente del 'lawfare', de la guerra jurídica, para atacar a líderes y lideresas progresistas es en Latinoamérica, pero cada vez más se instala en España, con casos como el propio 'procés' o mi propio proceso. Cuando se prostituye la democracia, se corre el riesgo de perderla.
Fiscales conservadores se han reunido con Feijóo. ¿Cómo lo ve?
Los fiscales en ejercicio en la más alta categoría, como el fiscal Narváez y la señora Madrigal, no pueden atacar al Gobierno ni participar en estrategias cuando después tienen que seguir con su actividad jurídica. Es grave, como también la banalización de este tipo de hechos.
¿No le entran ganas de volver a la política?
En absoluto.
En 2017 impulsó, junto a Julio Llamazares, la plataforma Actúa.
Me interesa lo que hago: denunciar la situación y llamar al consenso de las fuerzas progresistas. Entonces creí –y sigo creyendo– que se pierden muchos esfuerzos con divisiones que no conducen más que a favorecer a la derecha. No podemos permitir que se entronice a las fuerzas ultraconservadoras, algunas de contenido claramente fascista.
Algunos, Ayuso por ejemplo, están preocupados por el "totalitarismo comunista".
¡Una gilipollez! Esta señora quiere horadar la base electoral de Vox y obtener una mayoría absoluta para gobernar con una política neoliberal de lo más casposa.
A usted le tachan de "chavista", de "defensor de corruptos".
A algunos les incomoda mi propia existencia. La verdad es que, tras años de servicio público en distintos frentes, hay poco que me pueda molestar. Como me aconsejaba mi padre, tengo las espaldas muy anchas.
¿Le molesta que husmeen en su vida privada, junto a la fiscal Delgado?
No hemos dado mucha ocasión más allá de algún viaje a un sitio público. Llevamos una vida muy normalita, disfrutando de la familia y de nuestros perros.
Ella será nombrada fiscal jefe de Derechos Humanos y Memoria Democrática del TS.
Que yo sepa no ha salido la plaza.
Habría choques de intereses.
Mi fundación, comprometida con la defensa de la memoria democrática y la lucha contra la impunidad, es compatible con quienes se alineen. Y Dolores siempre se ha alineado.
Reconocerá que siempre se busca problemas. ¿Duerme bien?
Las horas que duermo, que no son más de tres, las duermo muy bien.
¿No le acechan sus sombras?
¿Sombras? Muchos, cuando se ponen a explicarlas, se atribulan. Yo sigo las doctrinas de Marco Aurelio y de Epicteto, hago un examen de conciencia diario y trato de corregirme al día siguiente.
Su bufete defiende a investigados del caso Villarejo. ¿Es recurrente en su examen?
No los llevo, y no llevo el control de todo. Cuando me condenaron tomé la decisión de no intervenir jamás en ningún proceso penal español. Y pese a que la puerta giratoria para mí no funciona, todavía se meten conmigo.
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