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Amaya Mendikoetxea: "Lo que me espanta realmente es el nivel de ataques que hay en el discurso político"

¿Una lingüista se puede ir de la lengua? "Totalmente, sí, sí. Acostumbro a decir más de lo que debería" bromea la Rectora de Universidad Autónoma de Madrid.

Amaya Mendikoetxea, rectora de la Universidad Autónoma de Madrid.

Amaya Mendikoetxea, rectora de la Universidad Autónoma de Madrid. / José Luis Roca

Sonriente, aparentemente bienhumorada, Amaya Mendikoetxea es la única mujer Rectora de las seis universidades públicas de la Comunidad de Madrid. Filóloga inglesa, dice que intenta que todas las Facultades, áreas de conocimiento y ámbitos de la UAM se sientan valorados y representados en ella. Es delegada de la Conferencia de Rectores para políticas de igualdad.

¿Es usted todo academia, como puede parecer?

Yo me considero un ser universitario de arriba abajo. Toda mi vida ha sido la universidad.

¿Y no tiene cara B?

Todos tenemos cara B. Yo creo que soy una persona bastante auténtica, porque me cuesta mucho -y no creo que sea una virtud, es un defecto- ocultar lo que pienso o siento. Y cara B… La verdad es que mi vida se resume en mi trabajo y mi familia. Me encanta la naturaleza. Y, relacionado con mi trabajo, el lenguaje, la literatura, la poesía.

¿Quiso ser rectora de la UAM para ver si luego la nombran ministra de Educación o Defensora del Pueblo, como a Ángel Gabilondo?

No (ríe). La verdad es que yo no tengo ninguna aspiración fuera de la universidad. Soy una rectora muy de puertas adentro, enamorada de la vida universitaria. No tengo aspiraciones políticas.

Es que esta Universidad da grandes oportunidades. Se puede llegar hasta a Rey de España.

Exacto, sí, sí. Puedes estudiar aquí y llegar a ser rey. Tendrías que hacer alguna modificación genética, creo. Pero, aparte de eso, la verdad es que de esta Universidad han salido políticos, líderes empresariales, científicos internacionales… Es gran universidad.

Amaya Mendikoetxea junto al Rey Felipe VI.

Amaya Mendikoetxea junto al Rey Felipe VI. / EPE

¿Una lingüista se puede ir de la lengua?

Totalmente, sí, sí.

¿Usted acostumbra?

Acostumbro a decir más de lo que debería. Creo que tengo poco filtro.

Se doctoró en York con una tesis sobre Teoría Sintáctica. ¿Se la leía luego a sus niños para dormirles?

A mis niños les he leído cuentos, sobre todo en inglés, porque su padre es inglés y han crecido bilingües. Mis hijos asistieron a mi lección de la cátedra y dijeron que era lo más aburrido que habían escuchado en su vida.

La Autónoma es referente en políticas de inclusión y está comprometida con la erradicación del acoso y la discriminación. Tienen una Guía para el uso no sexista de la lengua. Y una Unidad de Igualdad. ¿Son pioneros en todo esto?

Desde el principio, en 1968, la UAM nació con una vocación muy democrática, muy inclusiva, muy de defender derechos de minorías. La Guía para el uso no sexista de la Lengua nació hace varios años. Y desde 1993 tenemos un Instituto de la Mujer. Hemos sido bastante pioneros. Luego se creó la Unidad de Igualdad, que ahora ya por ley tienen que tener todas las universidades. Y ha habido una serie de profesores, sobre todo en Derecho, en Filosofía, en Económicas, que han apostado muy fuerte por la defensa de la igualdad.

¿Acepta el lenguaje inclusivo? ¿Tiene usted alumnes?

Jeje. Tengo una vicerrectora que los tiene. A mí me cuesta.

Usted tiene alumnas y alumnos.

Bueno, ahora los llamamos estudiantes. Yo en eso he pasado de una posición de lingüista, de decir que el género gramatical es el género gramatical, y que creamos un lenguaje muy farragoso si utilizamos el desdoblamiento o los circunloquios, a verlo desde un punto de vista más político. Ahora soy mucho más consciente de que tiene implicaciones.

Reivindica que los estudios de género se consideren una disciplina académica como las demás. ¿Qué le parece que la derecha estigmatice lo que llama “ideología de género”?

Nosotros ya tenemos un máster en estudios de género, que es muy bueno y tiene mucha aceptación. Hemos visto que todos los problemas y casi todos los retos a los que nos enfrentamos, como el cambio climático, desigualdades o transición digital requieren de soluciones multidisciplinares. Y creo que es un buen momento para estudios como los de género.

¿Se puede decir que es usted feminista?

Sí. Yo me considero feminista, si feminista significa amor a todas, y flores, y…

Eso no es ser feminista. Eso es ser hippie.

Pero hay una parte del feminismo que es que todas somos buenas y ellos son malos y con eso yo no comulgo. En reivindicar la igualdad de los hombres y las mujeres, por supuesto.

La Biolinguística sostiene que un fonema es tan real como una proteína. ¿Usted ha visto algún fonema o alguna proteína?

He visto un fonograma. Pero no he visto un fonema porque es una entidad abstracta y tiene una representación mental en algún sitio de nuestro cerebro. No podemos todavía verlo. Pero estoy segura de que lo vamos a ver.

Los fonemas le rondan la cabeza.

Me rondan todo el rato, porque si no, no podría hablar.

¿Qué tal hablan nuestros políticos?

Hay buenos oradores. Por ejemplo, Sánchez es muy buen orador. Pero en general les falta un poquito. Si comparas, por ejemplo, el discurso de la Cámara de los Comunes británica con nuestro Parlamento…

Nos faltan muchos fonemas por intercambiar.

Hay que intercambiar mucho fonema. Lo que me espanta realmente es el nivel de ataques que hay en el discurso político.

La Complutense considera a Isabel Díaz Ayuso alumna ilustre. ¿Le hubiera gustado tenerla en este campus? ¿Le da envidia que estudiara allí?

No siento ninguna envidia, porque creo que es complicado gestionar algo así. Yo me ponía en la piel del Rector y…

Pues fue idea suya.

Eso dicen. Pero yo he hablado con el Rector de este tema y no, no está tan claro. No soy partidaria de politizar la universidad ni de dejarnos utilizar por los políticos, porque entra en conflicto con lo que deberíamos ser: una institución abierta a distintos puntos de vista sobre la vida y la realidad.