TEATRO

Joan Yago, dramaturgo: “Un 'impeachment' a la monarquía no es imposible, pero falta imaginación”

El fundador de La Calòrica estrena en el Centro Dramático Nacional ‘Breve historia del ferrocarril español’, un viaje por la corrupción de la familia real desde el siglo XIX a la actualidad 

Las actrices Esther Isla (izda.) y Paloma Córdoba, protagonistas de la obra.

Las actrices Esther Isla (izda.) y Paloma Córdoba, protagonistas de la obra. / Luz Soria

"Vamos a hablar mucho de Isabel II, de traiciones, de corruptelas, de revueltas gloriosas. Vamos a hablar de amor y vamos a ver, al menos, una imagen de la reina de España practicando sexo con un burro. Pero lo vamos a hacer con el único objetivo de intentar entender la historia de nuestros ferrocarriles. Porque esta es, sobre todo, una historia sobre trenes", dicen, sonriendo y a dos voces, las actrices Paloma Córdoba y Esther Isla, que abren así Breve historia del ferrocarril español, una obra por la que desfilan la reina regente María Cristina y su hija Isabel II, el Marqués de Salamanca, Emilio Castelar, Espartero, Corinna Larsen, el comisario Villarejo y el rey emérito, Juan Carlos I. Escrita por Joan Yago, fundador y miembro de la compañía catalana La Calòrica, está dirigida por Beatriz Jaén y se estrena este viernes en el Centro Dramático Nacional. Y es evidente que, a pesar de esa insistencia burlona de las dos actrices que conforman el reparto, esta no es sólo una historia de trenes. 

Breve historia del ferrocarril español recorre los casi dos siglos que separan el primer viaje del tren Madrid-Aranjuez en 1851 de la inauguración en 2018 del AVE a La Meca, y propone una inmersión en el "origen del capitalismo en España y su estrecha relación con la familia real". Joan Yago habla de trenes, sí, pero también de cómo una reina estuvo a punto de sentarse en el banquillo acusada de corrupción o de cómo se puede ganar dinero a espuertas si estás cerca del trono. EL PERIÓDICO DE ESPAÑA conversó con el autor del montaje el pasado miércoles, después de asistir a un ensayo. 

P. ¿Cómo nace esta obra y qué le hace vincular la historia del ferrocarril en España con la corrupción dentro de la monarquía?

R. Una vez estaba hablando con Xavier Albertí, que entonces era el director del Teatre Nacional de Catalunya, y me dijo que alguien tendría que investigar quién se hizo rico construyendo la red ferroviaria española porque era una historia muy divertida. Y yo recogí el guante porque me gusta mucho la historia de España, empecé a googlear y, efectivamente, es un tema muy divertido sobre el que además hay mucha bibliografía. Era 2015, en los periódicos estaban las denuncias por el presunto cobro de comisiones del rey Juan Carlos I en la construcción del AVE a La Meca, y ahí nació la idea de trazar un viaje desde la construcción de las primeras redes ferroviarias hasta ese AVE, planteando una genealogía del pelotazo en España y la cultura de la corrupción. Y, claro, había varios ingredientes que me parecían divertidos: la historia del origen del capitalismo, el cambio del Antiguo Régimen a la economía financiera, el principio del siglo XX y las revoluciones liberales. Y dije: venga, vamos a tirar de todos estos hilos. 

P. Escribe en su texto que pretende hacer un ejercicio de memoria y de justicia. ¿Qué quiere reparar con esta obra?

R. Creo que es interesante pararnos y ver que siempre que ha habido injusticias ha habido alguien denunciándolas, intentando repararlas o intentando cambiar la situación. Hacer justicia también es visibilizar los males que nos acechan y ver que algunos llevan acechándonos 200 años y siguen ahí. 

P. La obra plantea esa tesis de que la historia se repite y que aquellas prácticas corruptas de una reina del siglo XIX se mantienen intactas en el siglo XXI. 

R. Hay una frase que rescatamos de Corinna Larsen (extraída de las grabaciones del comisario Villarejo) en la que dice (refiriéndose a Juan Carlos I) que él no entiende la diferencia entre dinero público y dinero privado. Y creo que eso nos sirve para entender cómo funciona esta gente y no solo me refiero a los reyes, sino a todos aquellos que, a lo largo de la Historia, han tocado poder y han usado para enriquecerse aquellos recursos que tenían para gestionar el interés de los ciudadanos. Lo han hecho monarcas, políticos y empresarios, gente que entiende que el país es suyo y que ni siquiera son conscientes de estar cometiendo una ilegalidad. 

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Joan Yago, autor de 'Breve historia del ferrocarril español'. .


P. ¿Hay en esta obra un cuestionamiento de la monarquía?

R. Es una pregunta que, para mí, es difícil responder porque yo soy una persona antimonárquica y republicana, pero no creo que la obra lo sea. La obra es una historia de la corrupción, que en este caso tiene que ver con la familia real, pero no defiende un ideario antimonárquico, sino que dice, hey, estos señores llevan casi dos siglos robándonos. La obra no afirma que los presidentes de la República no sean corruptos, sino que esto lleva pasando 200 años y estamos permitiendo que pase. Y nuestros abuelos y bisabuelos ya se levantaron contra esta gente, ya ganaron, pero han vuelto. Y siguen volviendo y permitimos que vuelvan. Creo que la obra es más antiborbónica que antimonárquica, porque habla en concreto de la tradición de esta familia. 

P. ¿Por qué cree que hemos sido tan laxos a la hora de juzgar la corrupción en el seno de la familia real?

R. En parte, porque creemos que no hay alternativa, pero la Historia nos demuestra que las cosas se pueden hacer de otra manera. A un mandatario que se excede en sus poderes, que comete ilegalidades, que roba, se le puede expulsar, se le ha expulsado. Se ha hecho muchas veces en el pasado. Se hizo con Alfonso XIII, con Isabel II, se hizo antes con Fernando VII. La idea de una república o de un impeachment a la monarquía no solo no es imposible, sino que es recurrente en nuestra historia. Pero tenemos una crisis de imaginación y pensamos que esto siempre ha sido así, y una de las cosas que intentamos que pase con la obra es enseñar que sí, que las cosas se pueden cambiar aceptando que es posible que con el tiempo todo vuelva y aun sabiendo que, probablemente, nos volveremos a ver en esta situación terrible en la que estamos ahora, en la que vemos cómo el fascismo está volviendo a Europa, a Italia y a España, con festivales como el de VOX de la semana pasada. Pero a pesar de que siempre intentará volver, siempre podemos intentar expulsarlo.

P. ¿Cree que la obra provocará reacciones encendidas?

R. Espero que no, aunque se me ha pasado por la cabeza no solo a mí, sino al Centro Dramático Nacional y a todo el equipo. Pero hay una razón por la que creo que no vamos a recibir un órdago de las cavernas y es que Isabel II es una reina muy odiada y criticada incluso por la derecha más rancia, porque era una mujer que, además, se pasó la vida teniendo amantes, haciendo lo que quiso y que fue derrotada por el liberalismo. No tengo miedo porque en la obra no decimos nada que no dijeran nuestros bisabuelos hace 200 años, y creo que la derecha no nos va a atacar con fuerza porque no nos estamos metiendo con ninguno de sus héroes.

P. No es la primera vez que escribe sobre una reina, en su obra ‘Feísima enfermedad y muy triste muerte de la reina Isabel I’ ya estaba presente su interés por la monarquía...

R. Mi interés por las monarcas que se llaman Isabel, solamente. Algún día terminaré la trilogía porque mi intención es hacer Isabel I, Isabel II e Isabel Díaz Ayuso.  

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