NEGOCIACIONES

¿Investidura ahora y moción de censura en otoño? Las reglas del 'plan B' más soterrado para el mandato en Barcelona

Las cábalas siguen cuando faltan cerca de 72 horas para la investidura, si bien no está confirmado aún si será este sábado o si no se retrasa al 7 de julio

Pleno del Ayuntamiento de Barcelona.

Pleno del Ayuntamiento de Barcelona. / EUROPA PRESS

Toni Sust

Hace mucho que se dio por hecho que

 la noche electoral 

de las municipales de 2023 los barceloneses podrían irse a dormir sin saber quién sería su alcalde. Y no es que sea así. Es que si los barceloneses no se hubieran ido a dormir y llevaran varios días de farra, al más puro estilo del jugador del Manchester City Jack Grealish tras ganar la Champions, tendrían tiempo por lo menos un par de jornadas más para seguir de copa en copa sin saber quién dirigirá su ciudad.

Las cábalas siguen cuando faltan cerca de 72 horas para la investidura, si bien no está confirmado aún si será este sábado o si no se retrasa al 7 de julio, algo que debe conocerse este miércoles y que depende de si Vox presenta un contencioso administrativo para pedir la revisión del voto nulo en las municipales.

El fantasma de una moción

Todo indica que el alcalde será Xavier Triasel alcaldable de 

Junts

. No está tan claro si en solitario o con ERC como socio de gobierno. Los Comuns siguen defendiendo un pacto con

ERC

y el 

PSC

, que no quieren verse ni en pintura entre ellos, y el PP está atento a una fórmula en la que pueda acordar que Jaume Collboni es alcalde pero sin 

Ada Colau

 ni ninguno de los suyos en el gobierno.

Ante las prisas y la incertidumbre, sotto voce se comenta una posibilidad que varios miembros de los partidos citan como posible: que tras la investidura del nuevo alcalde llegue, en unos meses, una moción de censura que lo destrone. ¿Qué sentido tendría eso? Salvar el corto plazo. El adelanto de las elecciones generales a este mismo julio por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha cargado de segundas lecturas la vida poselectoral de las municipales.

El avance de las generales

Porque hay gente en Barcelona que sostiene que sin ese adelanto, ERC, Comuns y PSC ya tenían cocinado un acuerdo para gobernar juntos la capital catalana desbancando al ganador de las municipales, Trias. Según algunas versiones, ese pacto hacía alcalde a Collboni. Según otras, a Colau o Maragall.

Una operación como esa con unas elecciones legislativas a pocas semanas es una bomba de relojería que podría pagarse en las urnas. De ahí que los teóricos de este 'plan B', el más soterrado, aseguren que el recurso de buscar una mayoría alternativa tras el verano está vivo aunque nadie lo diga en público.

Requisitos de una moción de censura

La normativa permite una moción de censura en cualquier momento, con ciertas limitaciones. Un concejal solo puede participar en una moción por mandato, aunque si es sustituido, el nuevo edil sí tiene una segunda opción pero deberá encontrar suficientes concejales que conserven este derecho.

Una moción de censura en Barcelona tiene que ser presentada por los 21 concejales que suman la mayoría absoluta o más, y debe figurar un candidato a alcalde, que se entiende que debería ser pactado antes por los partidos que la presenten.

Mociones de confianza

El sistema tiene una extensión que Colau usó en su primer mandato: la cuestión de confianza. Según la ley orgánica del Régimen Electoral General, un alcalde que gobierne en franca minoría puede utilizar una cuestión de confianza en cuatro casos: la aprobación de unos presupuestos, del reglamento orgánico, de ordenanzas fiscales y una aprobación que ponga fin a la tramitación de instrumentos de planeamiento general de ámbito municipal.

El alcalde elabora un proyecto y una vez este sea rechazado por la mayoría del pleno, presenta la cuestión de confianza. Si la pierde, pierde la alcaldía. En el caso de los presupuestos, solo la perdería si en un mes el resto de concejales logra formar una mayoría y elegir a otro alcalde. Si no, las cuentas son aprobadas automáticamente, como pasó con las de 2018 en Barcelona, con Colau como alcaldesa. Un alcalde que supera una cuestión de confianza no puede recibir una moción de censura durante seis meses.

El pacto de izquierdas

El fantasma de la moción de censura en otoño se vincula con un eventual acuerdo futuro entre 

Barcelona en Comú

, el PSC y ERC, porque la fórmula con el PP parece inviable ya que populares y Comuns se vetan entre sí. No obstante, es cierto que si ahora ERC se convierte de entrada en socio de Trias dentro del gobierno de la ciudad, se antoja prácticamente imposible que dentro de tres meses lo abandone para participar en una moción de censura contra el exsocio. Pero con un 'plan B' tan soterrado y una aritmética tan versátil como la de este mandato, nunca se sabe.