MERCADOS

El primer trimestre del año cierra sin nuevas salidas a Bolsa y prolonga la 'sequía' bursátil del mercado español

 Empresas como Puig, Tendam, Astara, Volotea, Consentino o Cirsa suenan como candidatas para romper con la falta de estrenos en el parqué

Panel del Ibex en el palacio de la Bolsa de Madrid.

Panel del Ibex en el palacio de la Bolsa de Madrid. / EFE/ Vega Alonso

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Ni las fuertes subidas de tipos, ni los cambios normativos para facilitar los procesos de salida al mercado han empujado a las empresas a dar el paso de empezar a cotizar en el mercado continuo de la Bolsa española. La última Oferta Pública de Venta tuvo lugar en julio de 2022 y el mercado espera que en 2024 se revierta esta tendencia. Los tambores de saltos al parqué suenan con fuerza por parte de compañías como Puig, Tendam, Volotea, Astara, Cosentino o Europastry, pero lo cierto es que los tres primeros meses del año acaban de finalizar sin que ningún grupo se haya atrevido a dar el paso. El presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Rodrigo Buenaventura, aseguró a principios de marzo estar preocupado por la ausencia de estrenos bursátiles. "Parece que algunas empresas catalanas y españolas quieren dar el paso, sería muy bueno que ocurra a corto plazo, pero no debemos confiarnos en que la primavera sea definitiva. Tenemos que trabajar a medio y largo plazo", señaló durante su participación en el 'Finance Summit Day' en Barcelona.

Todos los expertos consultados por ‘activos’ hacen hincapié en que el proceso para salir a Bolsa es complicado, conlleva gran cantidad de regulaciones y supone mostrar de forma transparente todas las cuentas ante los inversores. "Muchos propietarios de compañías se están volviendo reacios a tener que 'desnudar' a su empresa frente a los mercados con la ingente cantidad de información requerida, entienden que puede ser un hándicap estratégico a la competencia", explica Javier Méndez, secretario general del Instituto Español de Analistas. "Estamos en una situación geopolítica muy compleja y el futuro es muy incierto. Parece que 2024 tiene que ser el año en el que termine la 'sequía bursátil', pero la guerra en Ucrania y la incertidumbre pesan mucho", resumen Manuel Romera, director de Sector Financiero del Instituto de Empresa. Como ejemplo de ello, la entidad Ibercaja ha aplazado en varias ocasiones su estreno en el parqué.

Pese a estas dificultades, Bolsas y Mercados Españoles (BME), el operador del mercado en España, indica que salir a cotizar al mercado supone un escaparate para atraer talento y para la profesionalización del gobierno corporativo de la empresa. Alejandro Fernández de Araoz, abogado especializado en asesoramiento mercantil del despacho Araoz & Rueda, apunta que la exposición a una base más amplia de inversores permite a las empresas un mayor crecimiento y creación de empleo.

Ahora los tipos de interés se encuentran en el nivel más alto en dos décadas, pero hay que recordar que hasta 2022 el precio del dinero era prácticamente cero. Muchas empresas no se han visto en la necesidad de buscar financiación a través de capital privado y han recurrido a la vía bancaria o al capital privado para financiarse. "Durante mucho tiempo, no ha sido necesaria una diversificación de las fuentes de financiación", apuntan fuentes de BME y también señalan que la falta de salidas a Bolsa es una tendencia global. "No solo se ha dado a nivel europeo, también Estados Unidos, China o Japón, se han ralentizado los estrenos en el parqué", explican.

La inestabilidad de los últimos años no ha ayudado a que las empresas se hayan sentido animadas a dar el paso de salir a Bolsa. "La pandemia ha afectado a los planes de algunas empresas. La compañía se tienen que transformar para estar dirigida por un órgano colegiado, es un proceso que se puede prolongar un año", explica Pablo García, profesor de Finanzas de CUNEF Universidad. Este especialista apuntan que la incertidumbre geopolítica y las bajas expectativas de crecimiento han hecho mella sobre los propósitos de las empresas para salir al mercado. "A pesar de todo, hay varias que están a punto de salir", asegura.

El brusco aumento de los tipos por parte del BCE ha supuesto una oportunidad para empujar a las compañías a salir a Bolsa. "La subida de tipos, con el consiguiente incremento de la financiación que supone, seguramente ha llevado a muchas empresas a mirar al mercado como fuente alternativa para financiarse. El pasado mes de septiembre fue bueno para los estrenos bursátiles en Estados Unidos", asegura el profesor de Finanzas Pablo García. "La guerra en Ucrania e Israel y los problemas políticos en España, que se suman a los globales, hacen que las empresas sean muy cautas a la hora de salir al mercado", afirma García.

La importancia de la política monetaria

Pero en el caso de España todavía no se han dejado sentir los efectos de la subida de tipos en el terreno bursátil. "Con los tipos altos, los inversores se vuelven más exigentes y requieren que las empresas tengan unas expectativas de crecimiento a futuro elevadas, que se sustente en fundamentales soportados por la evolución histórica", afirma Rosa María Orozco, socia responsable del área de Capital Markerts de EY España. Un precio del dinero más elevado también supone que la valoración de la empresa será menor a la hora de vender su participación en el mercado. "Las compañías que se plantean una salida a Bolsa ahora saben que sus beneficios se descontarán a una mayor tasa. Es decir, que probablemente es el peor momento para 'monetizar' su empresa", ejemplifica Javier Méndez, del Instituto Español de Analistas.

El presidente del foro Spain Investors Day, Benito Berceruelo, ha apuntado que la sequía de estrenos bursátiles de los últimos años también puede haber espantado a algunas empresas de salir a Bolsa debido al aumento de los costes de financiación. En la última reunión de política monetaria del Banco Central Europeo se alejó la posibilidad de un recorte en marzo de los tipos de interés, aunque el mercado cree que llegarán en junio de este año.

"La situación macroeconómica debería ayudar a fomentar el apetito de los inversores por las OPVs, debido a la moderación de la inflación y a los posibles recortes de los tipos de interés en 2024, siempre y cuando las incertidumbres con respecto a la inestabilidad geopolítica no se deterioren de manera significativa en los próximos meses", señala Rosa María Orozco, de EY España.

Falta de competitividad

Cada vez más compañías del Viejo Continente han optado por ir a Reino Unido o a Estados Unidos para su estreno bursátil. Esto es algo que Bruselas tiene muy presente, puesto que teme los mercados europeos sean menos competitivos que los anglosajones. Rodrigo Buenaventura, el presidente de la CNMV, ha puesto el foco en la necesidad de que los mercados de capitales sean una fuente de financiación para las empresas europeas que sirva de complemento a la financiación bancaria. El consejo de ministros dio luz verde a cuatro decretos el pasado noviembre para completar la reformar del mercado de valores con el objetivo de aumentar su competitividad. Los textos son transposiciones de diversas directivas comunitarias.

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Con el objetivo de hacer más atractivo el mercado de capitales europeo, Bruselas trabaja en una iniciativa legislativa conocida como 'listing act' que rebajará desde el 25% al 10% el mínimo capital social que deben sacar a negociación las empresas para poder hacer operaciones públicas de venta de acciones. Se espera que tenga luz verde definitiva antes de las elecciones europeas del año que viene. "Esta propuesta parte de la base de que el proceso de cotización es engorroso y costoso para las empresas en la Unión Europea, especialmente para las pequeñas y medianas empresas (pymes). El objetivo es simplificar los requisitos de cotización, incluso en la parte posterior al estreno bursátil, a fin de hacer más atractivos los mercados de capitales públicos para las empresas de la UE y facilitar el acceso de las pymes al capital" explica el abogado Alejandro Fernández de Araoz, de Araoz & Rueda.

Desde la Comisión Europea también se trabaja en la directiva Debra, que pretende equiparar la fiscalidad de la financiación bancaria, que se puede desgravar, y la que se realiza con ampliaciones de capital. La Comisión Europea considera que algunos países de la zona euro mantienen aún un sesgo fiscal entre ambas formas de financiarse al no equiparar las deducciones a las que las empresas pueden acceder al optar por una opción u otra y por ello quiere eliminar las diferencias mediante esta directiva.