Ibercaja casi completa el fondo de reserva y congela ‘sine die’ la salida a bolsa

Ibercaja tiene las manos más libres para manejar su futuro sin ataduras. La entidad aragonesa está cerca de completar el fondo de reserva de más de 300 millones de euros que empezó a dotar hace un año y medio, lo que supone la congelación definitiva y sine die de la salida a bolsa. Se librará así de la obligación de dar el salto bursátil al cumplir con la alternativa avalada por el Banco de España para adaptarse a la nueva regulación bancaria surgida tras la crisis financiera de 2008. En la práctica, supone un refuerzo a la independencia y al arraigo en Aragón del noveno banco español, que centra ahora sus esfuerzos en el lanzamiento en la próxima primavera de un nuevo plan estratégico 2024-2026, que ahondará en la digitalización y transformación del negocio.

La Fundación Bancaria Ibercaja, propietaria del 88,04% del accionariado, lleva desde mediados de 2022 realizando aportaciones periódicas al fondo creado con la autorización del supervisor para cumplir con la Ley de Cajas, aprobada en 2013. Con parte de las retribuciones que le devenga el banco de sus beneficios —transfiere el 60% de lo que gana a sus accionistas—, ha dotado con 260 millones este mecanismo hasta el pasado 30 de septiembre, el 83% del total que debe completa antes de que acabe 2025.

El porcentaje de cobertura podría ser aún mayor cuando se contabilice el último trimestre de 2023, pero dependerá de cuál sea el importe final del fondo de reserva. Este se calcula en función de los beneficios totales y de los activos ponderados por riesgo a cierre del año. Inicialmente, cuando se inició el proceso, la dotación que debía alcanzarse era de 316 millones, una cantidad que previsiblemente acabará siendo algo mayor.

Desde la entidad no precisan la fecha concreta en la que se alcanzará el 100%, pero se espera que sea en los próximos meses, conforme avance 2024. Lo que es seguro es que será mucho antes del plazo fijado para cumplir con la reserva alternativa al debut bursátil, ya que todavía quedan dos años para que se cumpla la fecha límite (hasta el cierre de 2025).

Cambios en la cúpula

Por mandato de una ley de 2013, las antiguas cajas de ahorros se convirtieron en fundaciones bancarias, pero estas debían reducir su participación en las entidades de crédito por debajo del 50%. La vía marcada para conseguirlo era la privatización de parte del capital mediante la salida a bolsa. La alternativa a este camino era constituir un fondo de reserva que garantizara sus necesidades de financiación en caso de producirse una situación de dificultad.

Ibercaja se preparaba para dar el salto al parqué en 2020, el año en el vencía el plazo inicialmente fijado por el supervisor, pero estalló la pandemia y el Gobierno de España concedió una prórroga de dos años. En enero de 2022, el banco lanzó formalmente su plan bursátil con la presentación a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) del documento ITF (intention to float), en el que detallaba los pasos a seguir para cotizar. La operación nuevamente se frustró. Sonaban tambores de guerra en Ucrania y la elevada volatilidad de los mercados que había en las semanas previas a la invasión de Rusia sobre este país desaconseja afrontar en ese momento un paso tan trascendencia para el futuro de la entidad.

Meses después, el Banco de España volvió a flexibilizar los plazos para cumplir la exigencia regulatoria y, lo más importante, respaldaba la alternativa del fondo de reserva, la opción que hace ya varios años había seguido la vasca Kutxabank.

Los beneficios de 2023 apuntan a récord

De esta manera, Ibercaja se ha liberado definitivamente de la presión de salir a bolsa, un paso que debía dar por imperativo legal que ahora deja de ser una obligación. La entidad, no obstante, no descarta en un futuro un estreno bursátil, pero solo tomará ese camino cuando la coyuntura de mercado resulte propicia, sin ataduras ni el condicionante ya del plazo.

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Ibercaja presentará en febrero los resultados de 2023, un año en el que con toda probabilidad alcanzará un récord de beneficios, al igual que ha ocurrido en buena parte del sector bancario. Hasta septiembre, la entidad había ganado gana 280 millones de euros, un 68,6% más.

La entidad que lidera Víctor Iglesias está ahora volcada en el lanzamiento del nuevo plan estratégico 2024-2026, que se dará a conocer en abril. Como paso previo para afrontar este proceso, esta semana ha anunciado la remodelación de su estructura directiva, lo que da algunas pistas de cuáles serán las prioridades para este periodo. Las principales novedades son que aflora una nueva área para apostar por el negocio de pagos y consumo, al tiempo que se fortalece el área de Banca de Empresas y que se integra en una misma área —también nueva— la estrategia y la transformación para ganar en la velocidad de cambio de la entidad en cuestiones como la digitalización.