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Hipoteca fija: qué es y cómo beneficiarse de ella

Aporta una mayor estabilidad que las hipotecas de tipo variable, ligadas a los vaivenes del euríbor

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Aporta una mayor estabilidad que las hipotecas de tipo variable, ligadas a los vaivenes del euríbor.

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Redacción

Ha llegado el momento: has encontrado la casa de tus sueños y no ves momento de mudarte a ella. Pero antes, debes escoger una hipoteca y comienzan las dudas. ¿Es mejor una hipoteca fija o una de tipo variable? Aunque la mayor parte de los españoles han optado por el segundo tipo, el primero ofrece ventajas muy beneficiosas a largo plazo. Al final decantarse por una modalidad de préstamo hipotecario u otro depende de la situación financiera personal, de tener una visión a largo plazo y mirar la estabilidad laboral del comprador. Quienes busquen una mayor estabilidad, las hipotecas a tipo fijo son tu solución.

Qué es una hipoteca fija

A diferencia de las variables, hipotecas a tipo fijo se caracterizan por no depender de ningún índice de referencia para fijar sus cuotas mensuales. En su caso, los pagos de cada mes se fijan cuando se firma el préstamo hipotecario, ya que mantiene el mismo tipo de interés durante toda la duración del mismo, y no varían. Es decir, factores externos como la subida del euríbor o cualquier otro índice de referencia no afectan al precio. Suelen ser préstamos con una extensión de 20-25 años y se pueden alargar hasta los 30 años.

Eso sí, también tiene contraprestaciones en comparación con las hipotecas de tipo variable. Una de ellas es que las comisiones de apertura suelen ser más elevadas que en el caso de las variables, puesto que las cuotas no variarán más adelante. La otra desventaja son las cuotas. Normalmente, y junto con los intereses, suelen ser más altos.

Beneficios de una hipoteca fija

Como los intereses de las hipotecas fijas no varían porque no están referenciados a ningún indicador como el euríbor, el comprador tendrá la tranquilidad de no llevarse ningún susto que le recorte una mayor cantidad de ahorros en meses donde el euríbor suba. En momentos como el actual, donde el euríbor ha acompasado la subida de los tipos de interés hasta llegar al 3,6%, es más interesante optar por una hipoteca fija.

Cómo cambiarse a una hipoteca fija

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Si tiene una hipoteca variable, puede modificar su préstamo para beneficiarse de una a tipo fijo. Una de las maneras es mediante la novación hipotecaria. En este caso, deberás llegar a un acuerdo con tu banco para cambiar el interés y transformar la hipoteca de variable a fija. Para ello, el banco querrá tasar la vivienda y formalizar la novación ante notario, siempre y cuando acepte previamente (puede negarse). Hay varios gastos a pagar: la tasación cuesta unos 300 euros de media y la comisión por cambiar la hipoteca variable a una de tipo fijo, aunque en 2024 no pueden cobrarte esta comisión. En condiciones normales, el coste no puede superar el 0,05% sobre el importe pendiente de la hipoteca si realizas el cambio durante los tres primeros tres años, después el coste es gratuito.

También es posible mediante una subrogación del préstamo hipotecario. Consiste en cambiar una hipoteca a un banco que acepte sustituir tu actual interés variable por uno fijo. Como en el caso anterior, deberás tasar la vivienda y formalizar la subrogación ante notario, así como encontrar una entidad bancaria que esté dispuesta a llevar a cabo la operación. Y como antes, el cambio conlleva gastos asociados. La tasación son unos 300 euros, los gastos de cancelación registral que ascienden de media a unos 1.000 euros y la comisión por amortización anticipada, que cuenta entre el 0% y el 1% sobre su importe pendiente, dependiendo de lo incluido en el contrato. Por ley, en 2024 no podrán cobrarte esta comisión si realizan la amortización.