El plan de Mónica García contra el tabaco: subida de precios y prohibición de fumar en terrazas

La lucha contra el tabaquismo está en la agenda de la nueva ministra de Sanidad, Mónica García. La doctora madrileña se ha propuesto reducir el consumo de cigarrillos en España en esta legislatura y el Plan Integral Antitabaco contempla la ampliación de los espacios públicos libres de humo, la prohibición de fumar en terrazas, la regulación de los vapeadores y también el aumento de los impuestos, una medida que debe pasar por Hacienda.

La titular de Sanidad estuvo el pasado viernes en el Congreso de los Diputados en la Comisión de Sanidad donde trazó su hoja de ruta de legislatura. Según García, durante la tramitación de la anterior ley, "se alegaron problemas de cumplimiento, pérdidas económicas y de empleo y conflictividad social", algo que considera "erróneo". "Tenemos la suficiente experiencia y evidencia científica acumulada para saber que la reducción del tabaquismo solo trae efectos positivos", defiende.

El Ministerio de Sanidad, además, tiene la intención de aumentar los impuestos al tabaco con el objetivo de reducir su consumo. Esta medida se debe negociar con Hacienda, porque los impuestos especiales sobre el alcohol, los hidrocarburos y el tabaco dependen del departamento de María Jesús Montero.

España es uno de los países de la Unión Europea donde el precio de los cigarrillos se vende a un precio más bajo. El precio medio de una cajetilla es de 4,5 euros frente a los más de 13 euros de Irlanda o 10 euros de Francia, aunque tiene previsto aumentarlo a 12 euros en 2025. En Finlandia cuesta más de 8 euros y entre 6 y 7 euros en Alemania, Dinamarca, Suecia o Países Bajos.

Primera generación libre de humo

El objetivo del Gobierno con este plan es "alcanzar la primera generación libre de humo", asegura la ministra, quien explica que el tabaco es factor de riesgo para 6 de las 8 principales enfermedades crónicas: cáncer, enfermedad cardiovascular, diabetes y otras tantas.

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García muestra su preocupación por la llamada "reducción de daños" asociada a las nuevas formas de fumar. "Es especialmente peligroso para la población joven, a la que facilita el acceso a la nicotina a través de sabores afrutados y formatos visualmente atractivos", recalca García.

"El objetivo de este Gobierno es reducir al máximo la adicción al tabaco y a tal efecto, la semana pasada aumentamos las restricciones sobre el tabaco calentado, armonizando nuestra legislación con las exigencias de la Unión Europea", asegura.