Perfil | Directora general Barcelona Wine Week

Céline Pérez: Una francesa que apuesta por el vino español

Céline Pérez, directora de la Barcelona Wine Week (BWW).

Céline Pérez, directora de la Barcelona Wine Week (BWW). / activos

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Céline Pérez nació en Colmar, Alsacia, en 1980. Pero su padre, Juan Pérez, es de Pontevedra, y eso le facilitó conocer muy bien España. Algo que se convirtió en un valor añadido cuando se licenció en Administración de Empresas y Relaciones Internacionales, en la Universidad de Lyon II, y empezó a trabajar en París. Ejercía de enlace con el mercado español.

En esos años conoció al que sería su marido, de Barcelona. "Y después de unos cuantos viajes de ida y vuelta", en 2012 decidió instalarse en la capital catalana para ser product manager del Grupo Planeta. Doce años después, vive dedicada a la promoción y la expansión de las bodegas españolas.

Y es que, según asegura, siempre le había llamado la atención "el trabajo en ferias y eventos", y tenía muchas ganas de crecer profesionalmente. "Así que cuando, por casualidad, vi que había una vacante por cubrir en Fira de Barcelona, me presenté sin dudar", añade. De este modo, en 2015 inició su andadura en Alimentaria Exhibitions. Primero como directora adjunta para las ferias de México y Lisboa, y, a partir de 2018, en Alimentaria Barcelona, "trabajando de la mano del director general, Toni Valls".

En 2020 nació un nuevo proyecto. "El hasta entonces conocido como Intervin, que durante 45 años había formado parte de Alimentaria, se separó y adquirió entidad propia con el objetivo de convertirse en la gran feria del vino español". Se puso en marcha así la Barcelona Wine Week, la dirección general de la cual le ofrecieron a Pérez el año pasado. "Asumo el nuevo cargo como un gran reto y una gran oportunidad -explica-, porque creo realmente que el mercado vitivinícola español es un sector con muchísimo potencial y se merece una gran feria".

Consolidar resultados

Está convencida de que el modelo de la Wine Week «está dando muy buenos resultados» y apuesta por continuar en «la senda de la consolidación» en esta primera fase.

"Es un salón joven. Mi cometido es velar por los intereses del sector. Las encuestas de satisfacción nos indican que vamos en la buena dirección. Siempre se puede aportar más y mejor, pero sobre todo debemos centrarnos en las oportunidades que podamos ofrecer a las bodegas. Al final, nuestro principal objetivo, y no me canso de decirlo, es propiciar un buen retorno en inversión a todas las bodegas que apuesten por la Barcelona Wine Week y hacer de esta feria el mejor escaparate del vino español de calidad en los mercados internacionales", argumenta.

Y buena prueba de ello es que, en 2023, el 81% de los asistentes afirmaron haber cerrado un acuerdo durante los días de feria, asegura la directora general.

Optimista respecto al futuro

En un contexto de inflación al alza e importantes retos medio ambientales, Pérez se declara "bastante optimista respecto al futuro del sector». "Se ha hecho una labor increíble en el vino español en los últimos 20 años. Hay todo un trabajo por la excelencia y la diversidad que ayudan a que cada vez se perciba a las empresas españolas de forma más positiva en los mercados internacionales".

A su entender, la internacionalización, el medio ambiente y la sostenibilidad, la transformación digital, el enoturismo y el consumo -«cómo educamos en un consumo responsable y seducimos a las nuevas generaciones"- son los principales retos y las grandes oportunidades de las empresas del sector para crecer en los próximos años.

Reconoce que en Francia existen grandes vinos, "más todavía en Alsacia", donde nació, y que años atrás no esperaba estar promocionando las bodegas españolas; pero admite que realmente es "un mundo apasionante". "Todo el conocimiento en torno al vino es inalcanzable. Estoy aprendiendo y disfrutando muchísimo. Detrás del vino -continúa- hay todo un relato lúdico social que es muy bonito. Siempre dicen que los grandes acuerdos se cierran en una mesa y, en ese momento, una copa de buen vino siempre ayuda". 

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En esta línea, destaca uno de los últimos estudios de la Interprofesional del Vino de España según el cual la población de los municipios españoles con menos de 2.000 habitantes dedicados mayoritariamente al cultivo de la vid se ha incrementado hasta el 35,8% en los últimos 20 años, mientras que la de los que carecen de viñedos ha descendido el 9,6%. Con datos actualizados tras la pandemia, el informe desvela además que el sector contribuye con el 1,9% al PIB español (20.330 millones de euros) y genera 363.980 puestos de trabajo.

Con la perspectiva de los años, asegura no arrepentirse de su traslado: "Me encanta vivir en Barcelona, tiene todas las ventajas de una ciudad grande pero sin sus inconvenientes". Y, en casa, Céline Pérez prefiere la garnacha. "Soy más de vinos tintos. La verdad es que los vinos de Catalunya me gustan bastante. Y ahí lo dejo", bromea.

Cuarta edición de récord

Del 5 al 7 de febrero, Barcelona Wine Week celebra su cuarta edición, con la presencia de 850 bodegas y más de 20.000 visitantes, el 20% de los cuales se esperan internacionales. Comparada con la edición anterior, el volumen de la feria ha crecido el 12%. La organización ha invitado a 650 compradores internacionales -50 más que el año pasado- procedentes de 60 países, y ya hay programados más de 8.000 encuentros de negocios.


El salón lleva seis meses con el cartel de completo y lista de espera. "Visto el éxito obtenido, trabajamos para ampliar espacios y que en 2025 puedan participar todas las que quieran", asegura Céline Pérez, directora general del salón. En España existen 4.347 bodegas y casi todas son exportadoras. "Hay muchas bodegas a las que atraer para ser cada vez más representativos del sector".