LA VIDA CONTIGO

"Un buen tinto de la D.O. Rías Baixas precisa de un cierto tiempo de crianza en la bodega"

Singapur, Corea y Bulgaria son mercados a los que han accedido gracias a su actva participación en ferias y exposiciones del vino nacionales e internacionales

Copas de vino tinto.

Copas de vino tinto. / UNSPLASH

Tino Hermida

Aunque el albariño es el rey, no todo es blanco en Rías Baixas, no en vano en los últimos años empieza a asomar una representación -por el momento, testimonial- de los tintos. Un hecho que también se percibía en la Festa do Viño de Meaño donde este año, entre las 21 bodegas presentes, ofrecían sus tintos de la DO, cinco, cuando a inicios de este siglo solo una, “D’Arvelos”, embotellaba un tinto Rías Baixas en la comarca saliniense. En esta edición, en la feria meañesa el “Terra de Mareas” de Francisco Méndez, uno de los bodegueros meañeses más jóvenes, que empezó a embotellar ya su tinto Rías Baixas de la primera añada en su bodega, que echaba a andar de su mano en 2018 a sus entonces 32 años.

– ¿Cuánto tinto Rías Baixas (Galicia) y de qué variedad embotella?

–De momento, es testimonial, 1.200 botellas de la variedad caíño, que el mercado absorbe a las primeras de cambio. En bodega procesamos 10.000 litros de albariño, todo ello de viñas propias. En cuanto al caíño Rías Baixas, es una uva que me viene legada de mi abuelo. Cuando echamos a andar la bodega en 2018, aun cuando el abuelo ya no vivía, yo siempre tuve claro no dejar el tinto.

– ¿Proyecta incrementar la producción de tinto Rías Baixas?

– Sí, en proyecto tenemos plantar próximamente 8.000 metros cuadrados de caíño.

– Dice que el mercado acoge muy bien los tintos. ¿Dónde vende su Terra de Mareas tinto?

– Sobre todo en la exportación, lo mismo que los blancos. Nuestro mercado está sobre todo en Singapur, Corea y Bulgaria.

Fran Méndez con una copa de vino de su cosecha de Rías Baixas. 

Fran Méndez con una copa de vino de su cosecha de Rías Baixas.  / NOE PARGA.

–¿Cómo para una bodega pequeña como la suya sus vinos llegan tan lejos?

–A través de contactos en ferias del vino. Son una ocasión excelente para abrirse puertas. El tinto Rías Baixas tiene un recorrido al alza y con mucho tirón.

–¿El caíño se vendimia a la par del albariño o más tarde?

 Caíño y albariño no se pisan en vendimia. La uva caíña se vendimia en octubre, unos 15 días después de acabado el albariño.

–¿Cómo se comporta esa uva en viña?

–De manera similar, si bien a la uva tinta le cuesta ganar grado alcohólico. Por eso, es preciso realizar antes un rareo en la viña, esto es, tirar al suelo aquellos racimos más pequeños, lo que permitirá que los otros, mejor dotados, se desarrollen más y ganen grado alcohólico. Algunos lo realizan en septiembre, pero nosotros la hacemos al salir la uva de la purga, que suele coincidir en junio, que nos permite eliminar sarmientos cortos, deshojar la viña y airear más el racimo y que trabaje mejor el fitosanitario.

Es una labor que en generaciones anteriores no se hacía, porque se desconocía. ¡Menuda me armaba mi abuelo si me veía tirar al suelo un racimo de caíño! Hoy suena duro hacerlo, pero es obligado, para luego tener buena uva, sana, y buen vino.

–En fitosanitarios: ¿requiere los mismos tratamientos, o el tinto tiene alguna singularidad?

–No, las mismas pautas y fitosanitarios que el albariño.

–Se han planteado un experimentar con un caíño blanco Rías Baixas?

–No lo descartamos, y nos gustaría probar, pero cuando produzcan esos 8.000 metros cuadrados que tenemos proyectados.