Telecomunicaciones

Zegona ultima la compra de Vodafone España por más de 5.000 millones de euros

El fondo anunció en un comunicado a la Bolsa de Londres en septiembre que se encontraba en negociaciones con la compañía española

Logo de la sede de Vodafone en Madrid.

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La gestora de inversiones británica Zegona habría conseguido finalmente la financiación necesaria para comprar al menos el 50% de Vodafone España, con una inversión superior a los 5.000 millones de euros, según ha confirmado la agencia Bloomberg. La acción podría anunciarse en los próximos días.

El fondo anunció en un comunicado a la Bolsa de Londres en septiembre que se encontraba en negociaciones con la compañía española. Por entonces calificó la operación de "potencial". Pero las conversaciones se habrían acelerado en los últimos días y la firma podría realizarse este mismo fin de semana.

No es la primera vez que Zegona lidera una acción así. Ya lo hizo con la operadora de cable asturiana Telecable en 2015, que compró por 640 millones de euros, compañía que posteriormente compraria Euskaltel en 2017 por 686 millones de euros. En ella, Zegona llegó a participar en un 21,4%. Así, el fondo adquiere negocios de telecomunicaciones, medios y tecnología, los "repara" y los vende para ofrecer rentabilidad a los accionistas, según explica en su página web.

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Vodafone, por su parte, lleva más de un año intentando cerrar un acuerdo para su filial española. Y Zegona ha pasado por delante de otros grupos interesados como RRJ Capital, Warburg Pincus y Apollo Global Management Inc. La noticia sale a la luz, además, en un momento de actividad frenética en el mercado de las telecomunicaciones español. Porque Orange SA y Masmovil están esperando la autorización regulatoria para fusionarse, en un acuerdo que creará el mayor operador de España, por delante de Telefónica. Vodafone había estudiado hacerlo, antes de conocerse este acuerdo.

Y en mayo de este año, la nueva consejera delegada del grupo, Margherita Della Valle, admitía que revisaría la estrategia de la filial española y dejaba la puerta abierta a una posible desinversión. El motivo: la enorme presión competitiva del mercado, que ha llevado a la compañía a perder clientes en favor de los operadores lowcost.