Montero Glez: el prestigio del propio fracaso

Nacido en Madrid en 1965, Montero Glez ha hecho de la literatura una actitud ética ante la vida. «No escribo lo que vende, vendo lo que escribo», afirma el escritor que, si bien había llegado al mundo editorial algunos años antes, se convirtió en autor gracias a la intervención del mítico editor y fotógrafo Mario Munchnik. Casi treinta años después de la publicación de su primera novela, Montero Glez ha logrado construir un corpus literario de gran coherencia, cuyo elemento común es, según sus propias palabras, «el del hombre que regresa a su memoria».

Su libro más reciente es buena prueba de ello. Titulado La vida secreta de Roberto Bolaño (Navona editorial, 2024), este volumen de relatos relacionados entre sí permite a Montero Glez profundizar en esa memoria a través de los amigos, las lecturas y los lugares. Desde Los secretos del mar Rojo de Henry de Monfreid en la traducción de Luis Claramunt, a las charlas con Mohammed El Chukri sobre William Burroughs en Tánger, las noches flamencas en el Candela, su amistad con Ceesepe o su particular relación con una de las figuras emblemáticas de la literatura en castellano, Roberto Bolaño, y la opinión que le genera el negocio editorial. En definitiva, un libro que rebosa vida y que, desde el punto de vista literario, contiene pasajes de una enorme belleza.

«No todo va a ser Charolito, también puedo escribir estas cosas», bromea el propio Montero Glez, que menciona el que tal vez sea su personaje más carismático, el gitano cuarterón protagonista de Sed de champán, novela de culto sobre un Madrid, el del madroño y del Manzano, que ya no existe y del que se despidió para buscar otros lugares en los que inspirarse. Primero Tarifa, luego Cádiz y «ahora ando por Galicia, por Costa da Morte, persiguiendo el aroma de una buena historia para después contarla», confirma el escritor, cuya relación con esa zona geográfica de España ya aparecía en Carne de sirena.

Esa novela con aroma a sal y brea publicada por Temas de Hoy pudo haber sido Premio Planeta, un galardón que se hubiera sumado al Premio Llanes por Huella jonda del héroe, al Premio Logroño de novela por Talco y bronce, al Premio Ateneo de Sevilla por su novela El carmín y la sangre y al Premio Café Bretón por La imagen secreta. «Me presento premios porque me dedico a escribir. Y presento la novela mejor que tengo en ese momento» declaraba al Diario Sur Montero Glez que, por si hubiera alguna suspicacia, aclaraba: «Puedo decir bien alto que nadie me ha llamado para ofrecerme un premio».

Alejado por decisión propia de los centros del negocio editorial y los grupos de influencia, Montero Glez reparte su tiempo entre las colaboraciones semanales en diferentes periódicos y la escritura a más largo plazo de novelas, mientras lucha por «seguir siendo el que soy, un autor que debe su éxito al prestigio de su fracaso».

'La vida secreta de Roberto Bolaño'

Montero Glez

Navona Editorial

140 páginas

24 euros