Opinión | OPINIÓN

Novelas que explican mejor que los libros de Historia

La ficción puede escudriñar la verdad de forma más pulcra e incisiva

El escritor Carlos Ruiz Caballero, durante la presentación de su novela 'Retrato del fin del mundo'

El escritor Carlos Ruiz Caballero, durante la presentación de su novela 'Retrato del fin del mundo' / Manu Mitru

El libro Retrato del fin del mundo (Alba, 2024), de Carlos Ruiz Caballero, se inspira en una fotografía. La instantánea se hizo el 6 de marzo de 1937 en el campo de concentración de Fyffes, en Tenerife, en mitad de la Guerra Civil. Aparecen un hombre y una mujer: Néstor Mendoza y Margarita Rocha. Se acaban de casar. Él será fusilado unas horas después en el Barranco del Hierro. Ella no quiere, pero él insiste en que ese momento quedé inmortalizado. Los dos eran anarquistas. Como el autor recuerda desde el principio, su libro es una novela, una ficción, pero la herramienta factual que la provoca es irrevocable.

Tuve la suerte de presentar esta obra en la librería Nollegiu de Barcelona. Lo habitual. Introducción del editor, Manuel Guedán, análisis y preguntas del que escribe estas notas y respuestas del autor. De pronto, Ruiz Caballero, por sorpresa, anuncia que en la sala está el hijo de Margarita Rocha, hijo del que fue su pareja toda la vida y con el que vivió al marcharse a Latinoamérica. Se pone en pie y explica que aquella presentación es un acto sanador. «Ahora ya le podré explicar a mi hijo (también sorpresivamente en la sala) mirándole a los ojos por qué se llama Néstor».

No había estado jamás en la presentación de un libro que alcanzara un estado de emoción tan elevado. La mayoría de asistentes estaba en shock. La historia de amor de Carlos Ruiz explica mucho mejor la realidad que deberieron ser los años de la Guerra Civil que un libro de Historia. La ficción puede escudriñar la verdad de forma más pulcra e incisiva. Sé que muchos no estarán de acuerdo, pero el ejemplo de este Retrato del fin del mundo es una demostración. No es sólo la historia de amor, sino todo aquello que rodeó la sociedad canaria durante aquellos terribles días. Un lugar donde no hubo una guerra directa, pero sí fusilamientos que rompieron vidas.