Entrevista | Juan Antonio Sierra Historiador deportivo

Juan Antonio Sierra: "Si no me gusta un libro, lo dejo"

Historiador deportivo, autor de libros sobre natación y waterpolo. Dirigente en las diferentes federaciones de natación. Fue director económico de Ariel y Seix-Barral durante 50 años. Cumple 98 años.

El historiador Juan Antonio Sierra

El historiador Juan Antonio Sierra / Archivo JCE. Fondo Juan Antonio Sierra. Ft. Campaña

Anna R. Alós

P. ¿Recuerda su primera lectura?

R. Un libro de poesia, tenía diez años.

P. ¿Sigue leyendo?

R. Me cuesta, por la vista, y lo echo mucho de menos. Siempre he leído de noche, en la cama. Un libro me duraba dos días, me los comía.

P. ¿Leía hasta el final aunque no le gustase la obra?

R. No. Si no me gustaba lo dejaba. Como con el futbol, si lo hacen mal, no espero al final porque sufro. Lo veo después en diferido.

P. ¿Quién le transmite el afán por leer?

R. Mi madre. Leia y escribia en catalán porque la enseñanza funcionaba muy bien en Catalunya, de las mejores de España. Mi hermana hacía teatro en la Cooperativa La Fraternitat y yo también actuaba en aquel Cuadro Escénico. Crecí en un ambiente muy culto.

P. Su vinculación a la literatura es sólida.

R. Por mi trabajo tenía al alcance todos los libros que se editaban. Además, el tío de Carmen, mi esposa, era Joan Salvat-Papasseit, poeta que el régimen franquista ignoró por ser catalanista.

P. La democracia lo puso en valor.

R. Gracias a tres familias dueñas de la editorial Ariel: el filósofo y catedrático Pep Calsamiglia, el también catedrático Alexandre Argullós y Joan Raventós, fundador del PSC. Montaron un frente intelectual contra el franquismo. A Joan Sales lo tenían escondido en los altillos de la librería de la Ronda San Antonio. Estaba buscado por el régimen. Ariel le publicó la novela Incerta Glòria, su obra más conocida.

P. ¿Si le pido un autor de teatro?

R. Vital Aza con sus sainetes, hay mucha chispa ahí, y su poesía satírica.

P. ¿Una novela?

R. Amok o el loco de la Malasia, de Stefan Sweig, una novela negra en la que el protagonista, un médico obsesivo, sufre ataques de ira y arremete contra el mundo. Finalmente se suicida.

P. ¿Una poesía muy especial?

R. La increible Oda al Dos de mayo, de Bernardo López García: "Oigo patria tu aflicción y escucho el triste concierto que forman, tocando a muerto, la campana y el cañón". O Rubén Darío.

P. ¿Un ensayista?

R. John Kenneth Galbraith, de la era del New Deal. Planteó que la mayoría de economistas habían descuidado factores como la separación entre la propiedad y la gestión de las empresas. No creo en la teoria keynesiana, soy más del "dame el pan y toma el real".