'Cómo escribir cómics', de Andy Schmidt y 'Tinta vol. 2': pedagogía del cómic

Lo mejor que puede decirse de Cómo escribir cómics es que Andy Schmidt intenta ser específico. En el terreno de la escritura hay muchos clásicos, de la profundidad de Robert McKee al ingenio de Blake Snyder, pasando por Syd Field y Linda Seger. Si se prefiere algo menos centrado en la estructura en tres actos, podemos acudir a la autobiografía de Stephen King, con ese maravilloso consejo para guionistas ("elimina los adverbios"), y el orientado al teatro The Art Os Dramatic Writing, de Lajos Egri. Hace años que se publicó el de Dennis O’Neil, donde explicaba el "paradigma Levitz", sistema para encadenar tramas y subtramas en una serie de continuará. 

El de Schmidt es un trabajo bien estructurado, con capítulos divertidos donde explica cómo introducirse en la industria, abordando a editores y guionistas sin ser pesado. Hay pocas novedades en el terreno de la premisa, la estructura o la creación de personajes. Su apartado Enriquece la historia es curioso; también el que dedica a transformar la primera idea en un borrador válido. Aplaudo que recuerde que el cómic es un medio visual y que la imagen debe contar buena parte de la historia. Hay errores de traducción imperdonable. Todo el mundo entiende qué es el "plano de situación" y su importancia en la narrativa. Es un fallo habitual prescindir de él, despistando al lector. No hablo solo del plano general al inicio de la plancha, también de viñetas donde aparecen los personajes juntos, lo que sitúa sus posiciones en el escenario. No se entiende que se haga una traducción directa del stablishing point inglés: "Plano de establecimiento".

'Cómo escribir cómics'

Andy Schmidt 

Anaya Multimedia

144 páginas 

20,95 euros

En cuanto a Tinta. Volumen 2, se trata de una nueva y brillante aportación del mallorquín Marcos Mateu-Mestre, que empezó en la productora de Steven Spielberg en Londres y terminó residiendo en California. A su sólida fama en la industria suma la elaboración de manuales de dibujo, donde vierte lo que sabe sobre perspectiva, narrativa visual y composición. Y sabe mucho. Son libros prácticos que llenan el vacío dejado por una teoría del arte cada vez más centrada en lo esotérico y sociológico, y alejada de asuntos básicos como ¿dónde pongo las cosas? y ¿cómo se relacionan los elementos entre sí y con el formato? El primer volumen ya llamó la atención por lo dinámico de la propuesta, con muchos ejemplos visuales y los apuntes teóricos justos . A aquel se sumaron dos más sobre la perspectiva, imprescindibles para aspirantes al dibujo de cómic, animación o videojuegos. No puede usarse bien un programa 3D si no se entienden las bases de la perspectiva. Mateu-Mestre las domina y sabe cómo explicarlas. Luego presentó otro sobre técnicas visuales y ahora llega la segunda parte de Tinta, nuevamente centrada en composición.

En este caso desarrolla un problema específico: la aparición de diferentes formatos. Ya no se trata de componer solo en horizontal o en cuadrado, han vuelto los formatos verticales y han aparecido ratios nuevas. Propone soluciones ajustadas a esas proporciones cambiantes y reflexiona sobre los peligros y las posibilidades de las adaptaciones, asunto cotidiano para los animadores, que piensan sus cuadros en el formato cinematográfico pero también en el televisivo. También se centra en la energía visual, sobre todo pensando en tomas dinámicas. Juega con la clásica idea de la compresión y el estiramiento, y lleva al límite las ideas sobre los tercios. El apartado donde compara la estructura en tercios con la retícula en cuartos es muy sugerente. Y sus paseos por el formato y su insistencia en el espacio negativo, ese gran olvidado.

'Tinta. Volumen 2'

Marcos Mateu-Mestre

Anaya Multimedia

136 páginas

23,95 euros