PERFIL

Javier Moreno Luzón: biógrafo de Alfonso XIII

El historiador Javier Moreno Luzón.

El historiador Javier Moreno Luzón. / Jordi Cotrina

Ernest Alòs

El rey patriota es el título de la biografía que Javier Moreno Luzón (Hellín, 1967) ha dedicado a Alfonso XIII. Una lectura apresurada podría llevar a confundir ese concepto con la versión hagiográfica que elogiaba al monarca por hacer las maletas en lugar de resistirse a la proclamación de la Segunda República. Pero no van por aquí ni el libro ni la producción del catedrático de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos en la Universidad Complutense, cuya última producción se ha centrado en la construcción simbólica de ese nacionalismo, el español, que tiende a no verse como tal.

"El título es este, aunque tenga su ambigüedad, porque a Alfonso XIII le gustaba verse como tal y siempre justificó todas sus acciones importantes de acuerdo con la idea de que venía a sacar a España del atraso". El problema es que se lo tomó muy en serio. De hecho, la Constitución de 1876 otorgaba al monarca amplios poderes efectivos, con unos límites que quizá solo violaría de forma flagrante la Constitución "al respaldar el golpe de Estado de Primo de Rivera en septiembre de 1923 y no convocar las Cortes a los tres meses de cerrarlas".

Moreno alude al concepto de "monarquía escénica", que Alfonso XIII explotó pero al que no se quiso ceñir. Desfiles, visitas a todos los rincones del país, instauración de nuevas festividades que convirtieron la monarquía "en un espectáculo público". Pero con unos contenidos que ponen las bases de lo que acabaría siendo nacionalcatolicismo del general Franco, sobre todo tras el pavor que supone el ciclo revolucionario iniciado en 1917. "Del regeneracionismo en los primeros 15 años de reinado, con manifestaciones que eran compatibles tanto con programas conservadores como con programas liberales, incluso con intentos de integrar dentro del sistema al catalanismo conservador, terminó por abrazar soluciones muy conservadoras".  Tras su apoyo a la dictadura, su gran error, "ya no podía ser el rey de todos los españoles, sino que era el rey de los militaristas católicos autoritarios que habían gobernado durante la dictadura". Algo muy poco verdaderamente patriótico. Con una construcción simbólica que Franco reutilizaría, como "el papel del Ejército como salvador de España, la centralidad de la religión católica como carácter esencial de la nación y la identificación de cualquier tipo de reivindicación de una identidad nacional al margen de la española como un peligro fundamental para la patria". Aparte de esas continuidades con el franquismo, hay otros aspectos de su personalidad que lo enlazan con alguno de sus descendientes y ascendientes. Como la figura del rey campechano, con aventuras amorosas que a Isabel II no se le perdonaban, como mujer, y que en cambio no perjudicaban la imagen de Alfonso XIII. Con Juan Carlos I cree Moreno que hay una gran divergencia (sus respectivos papeles ante los golpes de Primo de Rivera y el 23-F), "un paralelismo mayor" que el de los escándalos de faldas: el descrédito que en ambos casos supusieron las acusaciones de corrupción. 

'El rey patriota'

Javier Moreno Luzón

Galaxia Gutenberg

592 páginas | 25 euros